¿Quiénes son los terroristas?
Piden 25 años de prisión para cuatro militantes populares chilenos que lucharon junto al MRTA en Perú
Resumen
Un fiscal peruano solicitó una pena de 25 años de prisión para cada uno de los cuatro ciudadanos chilenos acusados de perpetrar asesinatos y secuestros como miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), informaron fuentes judiciales.
El fiscal superior para casos de terrorismo, Tony García, hizo la petición al comenzar el juicio oral por el fuero común contra Jaime Castillo Petruzzi, Lautaro Mellado, María Concepción Pincheira y Alejandro Astorga.
Los cuatro acusados son juzgados por presunto terrorismo agravado por la justicia civil peruana después de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) resolviera el año pasado anular la condena de cadena perpetua que les impusiera en 1994 la justicia militar al hallarles culpables del delito de traición a la patria.
El fallo de la CIDH, que admitió un recurso presentado por los abogados de los acusados, estableció que éstos no gozaron del debido proceso en el juicio por el fuero castrense y que tenían que ser procesados nuevamente por la justicia civil.
El fiscal García pidió también que los acusados paguen cada uno, una reparación civil de 250.000 soles (alrededor de 71.000 dólares).
El juicio oral que lleva adelante la Sala Nacional para Terrorismo, que preside el magistrado Pablo Talavera, se inició hoy en una zona especial de la cárcel limeña de Lurigancho, en el sector este de Lima.
La próxima audiencia del proceso oral a los cuatro chilenos fue convocada por el tribunal para el cuatro de febrero próximo.
Petruzzi, Mellado, Astorga y Pincheira, son acusados de integrar un comando del MRTA dedicado a secuestrar empresarios para pedir rescates para financiar la actividad de esta agrupación.
El Movimiento Revolucionario Túpac Amaru comenzó su actividad terrorista en 1984, cuatro años después que la organización maoísta Sendero Luminoso.
El fundador del MRTA, Víctor Polay, capturado en 1992, purga una condena de cadena perpetua en una cárcel militar, en la base naval del puerto limeño del Callao, en la que también se encuentra el jefe máximo de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, atrapado ese mismo año.