Escalada guerrerista oficial
Fuente: Redresistencia
Fracasa diplomacia uribista en el exterior y política de "seguridad democrática" en el país. El accidente del avión de la CIA en Caquetá demuestra que militares norteamericanos están participando en operativos contrainsurgentes
Por Hernando López
Los representantes de los países americanos se sintieron defraudados, después que el vicepresidente de Colombia, Francisco Santos Calderón, terminó su discurso en la Asamblea General, el pasado 12 de febrero. Nunca explicó cuáles eran las "pruebas irrefutables que mi gobierno tiene de que el atentado del Club Nogal fue perpetrado por las FARC". Santos había dicho, con lenguaje lacayuno, "mi gobierno y el de los Estados Unidos tienen las pruebas de que fueron las FARC". Pero nunca fueron presentadas. La Resolución de la OEA, aunque dice que "rechaza el execrable atentado terrorista cometido por las FARC", se cuida de calificarlas como terroristas, pero a diferencia de la ONU y la Unión Europea no plantea el diálogo y la solución política del conflicto. Con todo, el gobierno colombiano no quedó satisfecho con la Resolución. "Queríamos más, definiciones muy concretas y directas", dijo una fuente del Casa de Nariño.
En contraste, los pronunciamientos de la ONU y la Unión Europea no le atribuyen la responsabilidad a las FARC y mucho menos la catalogan de "terroristas". Al parecer, sin descartarlos, la ONU no está convencida de las "pruebas irrefutables".VOZ conoció que un alto funcionario de la Casa de Nariño le explicó a un grupo de embajadores, que la "prueba" del gobierno es un artículo de Red Resistencia en que aseguran que en el Club El Nogal se reunieron voceros del paramilitarismo y empresarios colombianos. La explicación no satisfizo a los embajadores. Más bien se rieron de ella por lo elemental.
Tampoco es convincente la versión de los organismos de inteligencia de que fue un miliciano de nombre "Marbel", responsabilizado de numerosos atentados en los últimos meses y del cual circula un retrato hablado. Nadie entiende cómo no ha sido detenido a pesar de la intensa búsqueda con redes de sapos y demás. Ya comienza a creerse que "Marbel" no existe y es más bien un fantasma que trasnocha a los organismos de inteligencia. No convence, igualmente, la versión de la revista Cambio, que recoge en la edición de esta semana un informe de inteligencia militar algo inverosímil. Responsabiliza a la Columna Teófilo Forero que actúa muy lejos de la capital, su radio de acción es el sur del país.
Los gringos se involucran
"Red Resistencia es una web de colombianos y extranjeros en Europa, que reproduce documentos de las organizaciones de izquierda colombianas, incluyendo los grupos insurgentes, y además hace sus propias explicaciones y análisis de la realidad del país. "Estas últimas no comprometen sino a Red Resistencia", le dijo a VOZ un miembro de las FARC-EP. "Nuestros documentos circulan por internet y se publican en nuestra web, con la firma del Secretariado, del Estado Mayor Central o de los bloques según el caso; siempre tienen una firma responsable", aclaró. Aunque en el caso de El Nogal, explicó, "no está en condiciones de reivindicar o desmentir la responsabilidad".
En octubre del año pasado, en efecto, rodó el rumor que VOZ nunca pudo confirmar de que en el Club El Nogal se habían reunido dirigentes políticos de los partidos tradicionales, empresarios y el jefe paramilitar Salvatore Mancuso. Sin embargo, esta versión no explica el atentado contra la exclusiva sede social. Salta sí a la vista, que hay hipótesis que no se revelan. Como la que planteó en un principio el ministro del Interior y de Justicia, Fernando Londoño Hoyos, que aludía al contrabando del Whisky y a supuestas diferencias internas. Luego se echó para atrás y se unió al coro oficial, orquestado desde Washington. Este semanario conoció de fuente segura, que Piliph Chicola llamó a altos funcionarios colombianos para que acogieran una sola versión y que esta apuntara a las FARC. No obstante. El Director de la Policía Nacional, general Teodoro Campo, en un principio dijo que no podía hablarse de una sola hipótesis.
Hasta el momento, entonces, las "únicas pruebas son de la creciente intervención yanqui", dijo el miembro de las FARC-EP, quien señaló que la avioneta caída en Caquetá con una tripulación de un militar colombiano y cinco norteamericanos, está al servicio de la CIA y el personal gringo no era civil sino militar. "Hacían espionaje para los norteamericanos; están tratando de ubicar a Ingrid Betancour y a otros retenidos, para darles las coordenadas a los militares colombianos, que preparan un operativo militar de rescate y lo que llaman una operación quirúrgica para atacar a un miembro del Secretariado. Eso lo sabemos muy bien", añadió.
Lo otro que sale a flote es el fracaso de la política de "seguridad democrática", pocos meses después de entrar en vigencia. El ensayo ha sido nefasto y solo sirvió para escalar el conflicto. Se lo dijeron en CNN al presidente Uribe Vélez, quien perdió la cordura que dice se la mantiene con los ejercicios de yoga. Pero la verdad es que desde el inicio del gobierno y con la escalada guerrerista oficial, la guerrilla intensificó el poderío militar y la capacidad de desestabilización. Lo reconoce de forma tácita Carlos Eduardo Jaramillo, ex consejero de paz, en la última revista Cambio: "Después de la experiencia del Caguán, las FARC salieron renovadas, con sus filas llenas, sus arcas repletas y, sobre todo, con una visión diferente el conflicto". Pero lo cierto es que el gobierno de Uribe Vélez cree, con prepotencia, que está en condiciones de derrotar a la guerrilla en los próximos tres años y por ello descarta los diálogos de paz.