Econoticiasbolivia.com (Cochabamba, febrero 11 de 2003).- Trabajadores y dirigentes sindicales cochabambinos consideran que el impuestazo, propuesto por el gobierno, es una imposición del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se debe rechazar desde las calles y en el mismo Parlamento..
Analistas políticos contrarios al actual sistema consideran que el gobierno se aprovechó del diálogo para dictar el impuesto al salario. Jugó a hacerse el avestruz con los dirigentes sindicales del país, y mientras en las mesas de negociación se debatía sobre coca, ALCA y gas, el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada anunció el recorte de sueldos y salarios.
Rebautizada en el argot popular como "impuestazo", esta medida que -según el presidente- está diseñada para salvar al país de la quiebra y el colapso económico es, en esencia, el impuesto gradual y directo al salario para quienes ganan desde los 880 bolivianos.
Antes de que el mensaje presidencial de este domingo llegara a su fin, los bolivianos divulgaban ya en corrillos callejeros y en la plataforma de las organizaciones sindicales, un rechazo generalizado a este nuevo gravamen a su economía..
El lunes 10 el descontento se hizo patente en todos los sectores sociales del país. En Cochabamba, dirigentes sindicales, líderes campesinos, trabajadores municipales, desempleados, trabajadores en salud, universitarios y otros agrupados en el denominado Estado Mayor del Pueblo (EMP) declararon que bajo ningún motivo aceptarán "este nuevo 21060".
Tras una reunión de emergencia que se realizó desde las 9:30, en la misma sede donde se desarrollan las mesas de diálogo, el parlamentario de oposición y dirigente del EMP, Evo Morales, dijo que se decidió combatir en las calles la aplicación del impuestazo y anunció que el miércoles 12 se realizará una movilización gigantesca en repudio a esta medida. Anticipó que la pelea será igual de radical en el Congreso boliviano.
Coincidió con Morales el máximo dirigente de la Central Obrera Departamental, José Luis Choquetijlla. "Destronaremos a Goni", dijo..
MOVILIZACIONES
Caracterizados por vanguardizar manifestaciones de protesta, universitarios de la FUL local iniciaron hoy, martes 11 de febrero, la serie de movilizaciones que, por lo anunciado, en Cochabamba no tendrán pausa. Se concentraron en la plaza 14 de Septiembre a las 10 de la mañana y, acto seguido, lanzaron proclamas en contra del impuestazo y el congelamiento del presupuesto para las universidades estatales.
La movilización universitaria mató dos pájaros de un tiro. Atizó la imagen simbólica de Sánchez de Lozada y, de rebote, ahuyentó al embajador de Estados Unidos, quien debía realizar una visita protocolar a la prefectura cochabambina ubicada en la misma plaza.
Ya en la tarde se realizó un inusual encuentro. Evo Morales y el presidente de los empresarios bolivianos, Carlos Calvo, se reunieron para hablar del tema de preocupación nacional: el impuesto a los salarios. Se anticipó que juntos cerrarán filas hasta que el gobierno desista de aplicar esa medida..
Y las movilizaciones ya tienen fixture en Cochabamba. Mañana, miércoles 11, a partir de las 9:00, marcha de repudio al impuestazo convocada por el EMP; jueves 12, acatamiento al paro nacional convocado por la COB; marcha de protesta del Comité Cívico cochabambino, en fecha y hora a definirse, la misma que concluirá en un cabildo abierto. Estas movilizaciones tienen como aditamento la anunciada participación de profesionales afiliados a la empresa privada.
Una vez más el síndrome de soledad aqueja a Gonzalo Sánchez de Lozada. Incluso Jaime Paz, jefe del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y principal aliado del actual gobierno, dijo hace una semana, durante la entrega de una escuela en la ciudad de El Alto de La Paz: "Sería una estupidez que el presidente aplique un nuevo paquetazo a la economía de los bolivianos".
Y aunque ayer se lo vio en Oruro defendiendo a ultranza al presidente, es esa exactamente la valoración que el pueblo boliviano -que no tiene doble discurso- le da al impuestazo. Es una metida de pata de la administración Sánchez de Lozada.