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Argentina: La lucha continúa

Elecciones; ideas para el debate y la formación política

3/02/03

Es un hecho de peso, para los explotados, la inexistencia de un partido revolucionario que se constituya en columna de una alternativa de masas, antiimperialista y anticapitalista, en nuestro país. Que, planteando la batalla en todos los terrenos contra el régimen y el sistema, se fije, además, el propósito de participar en las elecciones venideras con el planteo leninista de introducirse en los aparatos parlamentarios del Estado capitalista, para disgregarlos y finalmente contribuir a su disolución revolucionaria.
Como se sabe, esta es la posición de la 3º Internacional, en época de Lénin. Quién consideraba a esa época como de un nuevo Parlamentarismo. (epoca imperialista, de "guerras y revoluciones" y de ofensiva sobre las masas: así fue caracterizada por aquella Internacional surgida del triunfo de Octubre en Rusia de 1917).
En la 1º Internacional de Marx (fase de imposición inicial de la legalidad de la explotación capitalista, con leyes antiobreras) sus jefes desarrollaron la idea de "intervenir en los parlamentos de los países europeos, con el objetivo de usar la participación política desde el punto de vista del desarrollo de la conciencia de clase, es decir impulsar el despertar de la hostilidad de las clases explotadas, contra las clases dirigentes". Convirtiendo las bancas en "tribunas de denuncia anticapitalista".
"Esta actitud se modificó luego- dice los textos de la 3º Internacional- "no por la influencia de una teoría, sino por la del progreso político. A consecuencia del incesante aumento, de las fuerzas productivas y de la ampliación del dominio de la explotación capitalista; el capitalismo y con él los estados parlamentarios, adquieren una mayor estabilidad".
De allí la adaptación de la táctica parlamentaria de los partidos socialistas de la 2º Internacional, que "pasaron a la acción legislativa "orgánica" en los parlamentos burgueses y la importancia siempre creciente de la lucha por la introducción de reformas dentro de los marcos del capitalismo. El predominio del programa mínimo de los partidos socialistas, la transformación del programa máximo en una plataforma destinada a las discusiones sobre un lejano "objetivo final". Sobre estas bases, se desarrolló- continúan los textos de la 3º Internacional- "el arribismo parlamentario, la corrupción, la traición abierta o solapada de los intereses primordiales de los explotados".
La actitud de la 3º Internacional, con respecto al Parlamentarismo "no está determinada por una nueva doctrina, sino por la modificación del papel propio del parlamentarismo. En la época del capitalismo de libre concurrencia, el parlamento fue un instrumento que trabajó en ese momento, en un cierto sentido, por el progreso histórico.
En las condiciones actuales, caracterizadas por el desarrollo del imperialismo, el parlamento se ha convertido en un instrumento de la mentira, del fraude, de la violencia, de la destrucción, de los actos de bandolerismo. Obras del imperialismo, las reformas parlamentarias, perdieron toda importancia, para las masas trabajadoras".
"El Parlamentarismo, así como toda la sociedad burguesa, perdió su estabilidad. La transición del período "orgánico" al período "crítico" crea una nueva base para la táctica de las organizaciones de los explotados. Cuando algunos socialistas que dicen aspirar al comunismo, afirman que en sus países aún no llegó la hora de la revolución y se niegan a separarse de los oportunistas parlamentarios, consideran, en el fondo, conciente o inconscientemente, al período que se inicia como un período de estabilidad relativa de la sociedad imperialista(en nuestro caso en un país semicolonial) y piensan, por esta razón, que una colaboración con la centroizquierda puede lograr, sobre esa base, resultados prácticos en la lucha por las reformas". Para mostrar los errores y capitulaciones electorales de la izquierda en nuestro país, bastaría tomar los esfuerzos realizados por los frentes electoralistas, desde el Frente del Sur, luego el Frente Grande, mas tarde el Frepaso, para llegar finalmente a la Alianza y ver cuan distinta es la posición esgrimida por la 3º Internacional:
"Los revolucionarios deben tomar como punto de partida el estudio teórico de nuestra época (tendencias del imperialismo a la destrucción, agudización continua de la guerra civil, etc) Las formas de las relaciones políticas y de las agrupaciones pueden diferir en los diversos países, pero la esencia de las cosas sigue siendo la misma en todas partes: para nosotros se trata de la preparación inmediata, política y técnica de la sublevación de los explotados que debe destruir el poder burgués imperialista y establecer un nuevo poder de los trabajadores y el pueblo".
"Para los revolucionarios, el parlamento no puede ser actualmente, en ningún caso el teatro de una lucha por reformas, y por el mejoramiento de la situación de la clase obrera, como sucedió en ciertos momentos de la época anterior. El centro de gravedad de la vida política actual esta definitivamente fuera del marco del Parlamento. Por otra parte, la burguesía está obligada, por sus relaciones con las masas trabajadoras y también a raíz de las relaciones complejas, a hacer aprobar de diversas formas algunas de sus acciones por el Parlamento donde las camarillas se disputan el poder, ponen de manifiesto sus fuerzas y sus debilidades, se comprometen etc".
"Por eso el deber histórico inmediato de la clase de los explotados consiste en arrancar esos aparatos a la clase dirigente, para romperlos, destruirlos y sustituirlos por los nuevos órganos de poder que surjan. Por otra parte los revolucionarios deben estar profundamente interesados en contar, en las organizaciones institucionales de la burguesía con exploradores, que facilitarán su obra de destrucción. Inmediatamente se hace evidente la diferencia esencial entre la táctica de los que van al Parlamento con fines revolucionarios y la de los parlamentarios que comienzan reconociendo la "estabilidad relativa" del capitalismo y apuestan a la duración indefinida del régimen".
El parlamentarismo de los oportunistas se plantea como tarea para obtener reformas a cualquier precio; esta interesado en que cada conquista sea considerada por las masas como logros del parlamentarismo socialista.
Debemos considerar, sin embargo que vivimos en la época del imperialismo y en un país semicolonial, donde el Parlamentarismo a entrado en baja constante en las expectativas populares y dejado de ser ámbito para resolver, ni siquiera, pequeños cambios y modificaciones favorables a los explotados o a favor de los intereses de la nación.. Al punto, por ejemplo, que en nuestro país en las elecciones de Octubre del 2001 las abstenciones, los votos protestas, anulados y los en blanco llegaron a sumar 11.000.000, convirtiéndose en la principal fuerza.
La convocatoria electoral de Abril, en Argentina.
Durante 20 años de democracia, el deseo de las masas de volver a la democracia Parlamentaria iniciado durante la dictadura militar, decayó en forma proporcional al odio a las leyes antiobreras, a los decretos de necesidad y urgencia del ejecutivo, a las investigaciones de coimas para votar tal o cual medida contra el pueblo, al enriquecimiento por corrupción de los diputados de los partidos del capital. Hechos, que han llevado en la actualidad, a una demolición de los partidos tradicionales: fragmentación y lucha facciosa en el PJ; agonía del otro partido histórico de la burguesía -el radicalismo-. Deserción de las fuerzas reformistas más importantes del escenario político: fractura del ARI, con el socialismo "unificado" que presentó candidaturas propias; división de Autodeterminación y Libertad, la "construcción horizontal" que tantas expectativas había generado en la juventud, el estancamiento de Izquierda Unida y la imposibilidad de ponerse en marcha de una alternativa electoralista con eje en el PO.
Es que, uno de los más importantes acontecimientos, expresados desde las jornadas de lucha popular del 19 y 20 de Diciembre del 2001, ha sido el desprestigio del parlamentarismo burgués. Luego de 20 años de engaño emergieron intentos (ciertamente fracasados,) de construcción de organismos de democracia directa como las Asambleas Populares y las Asambleas de trabajadores desocupados y ocupados.
El Parlamentarismo burgués que intenta reciclarse con la izquierda "constitucionalista" en cabeza, no ha podido reflotarse pese al esfuerzo contrarrevolucionario de sus aparatos; utilizando las consignas de "elecciones libres" y el proyecto de mejoramiento burgués, tras una "Asamblea Constituyente".
Dos argumentos se plantean frecuentemente con el objetivo de participar con candidatos en las elecciones, uno en el seno de la vanguardia, el ya esgrimido de la 3º Internacional Leninista, que concluía, con razón, afirmando que "el antiparlamentarismo de principio, expresado como el rechazo absoluto y categórico a participar en las elecciones y en la acción parlamentaria revolucionaria, es una doctrina infantil e ingenua, que no resiste la crítica; resultando, muchas veces, de una sana aversión hacia los políticos parlamentarios, no comprende la posibilidad del parlamentarismo revolucionario".
Y el otra argumento, por lo general, expresado en el pueblo y principalmente en sus sectores menos politizados, que afirma que es necesario, apoyar lo que consideran el "mal menor".
Con relación a este último punto, es necesario repetir que las clases dominantes están fragmentadas y enfrentadas entre sí. Carecen de partidos, de cúpulas sindicales con autoridad ante las masas, de instituciones respetadas por la sociedad. Y la crisis que les viene desde las entrañas del sistema mundial, las disgrega y dificulta al extremo su accionar.
Sólo les queda la capacidad de engañarnos, dividirnos y paralizarnos. A esa faena se han lanzado una vez más. Ahora el anzuelo se llama por un lado, Renovación Peronista, con mascaron de proa a Néstor Kirchner. La base de este engaño es la engañosa idea de que el país ha comenzado a remontar la crisis.
Por otro lado el disfraz de "nacional y popular", confeccionado, a un menemista de la primera época: Rodríguez Saa
Estamos muy lejos de "comernos", ahora después del 19 y 20 de diciembre del 2001, maniobras como éstas, que una y otra vez lograron su objetivo. La mayoría de la población los repudia en el día a día y lo hará también en las elecciones, si hay comicios en abril.
La idea, entonces, de no participar en las elecciones no puede ser simplemente un hecho simbólico, puede ser un acto movilizador, de protagonismo de masas y militante. Se trata de apelar a las Asambleas Populares hacerlas resurgir y a las Asamblea de trabajadores ocupados y desocupados que decidan desarrollar una gran movilización, que expresen un programa anticapitalista y antiimperialista de rechazo al voto y a las elecciones. no por el mero hecho que las elecciones no son para diputados y senadores y solo para presidente. Si no porque las elecciones son la forma de dominación y de engaño más formidable en las condiciones de desocupación, hambre, miseria, represión y entrega actual. O sea, una legitimación para el futuro gobierno, al cual, el actual, le deja ya trazado el camino, por los acuerdos con el FMI, los aumentos tarifarios, la pesificación en la devolución de los ahorros, y demás leyes económicas en marcha.
El argumento de la necesidad de la participación con una línea de parlamentarismo revolucionario, obviamente queda inconcluso hasta que el debate político de los revolucionarios se plasme en una organización revolucionaria de los trabajadores. Imposible resolver esto en la línea de la "unidad de la izquierda" tras candidatos prefabricados o "frentes electorales" o inventando ficciones del PT de Lula, con Degenaro en cabeza.! Nada menos quién acompañó todos las propuestas de centroizquierda que apoyaropn a la Alianza de De la Rua y populistas como la del Polo Social que terminó finalmente plegándose al Duhaldismo.
Consignas económicas y vínculo con las consignas políticas
Las reivindicaciones que levanta el pueblo en sus luchas están íntimamente ligadas a las consignas políticas que asumen sus organizaciones sociales y sindicales.
A pesar que los desocupados, reclamaron el cumplimiento de los planes asistencialistas conquistados al gobierno, como eje de la pelea, la gran bronca de aquellos a los políticos burgueses, por la situación de desempleo en la que quedaron tras 20 años de democracia y en consecuencia el descreimiento en el Parlamentarismo capitalista, los llevó desde hace años a formularse frente a las elecciones las consignas de abstención o voto en blanco, que no se insubordinandosé así a la legitimación del régimen, los partidos y los candidatos.
En la actualidad un sector de las organizaciones piqueteras, se han estancado en las consignas reivindicativas asistencialistas y se están pasando, por ahora imperceptiblemente, a posiciones de apoyo a los partidos de la izquierda reformista electoral, que tienen como centro de la acumulación política de los explotados la participación en el Parlamentarismo burgués.
La unidad de desocupados y ocupados, en una lucha anticapitalista genuina, por salario y trabajo, solo puede encararse sobre un cambio en la correlación de fuerzas, para lo que es fundamental el rechazo al electoralismo y a la constitución burguesa por via de su reforma.
Las consignas de lucha anticapitalista contra la desocupación, como reparto de las horas de trabajo, salario, rechazo de la contraprestación a las PYMES, plan de obras públicas etc, beneficios sociales para los desocupados, solo pueden ser levantadas como parte de la lucha contra el sistema capitalista y en la linea de la preparación al margen de la burocracia sindical de la huelga general.

Estos objetivos de lucha reivindicativa y métodos de lucha copntundentes, nos obligan a rechazar el principal engaño del gobierno: las elecciones. Cuyo objetivo es desviar la bronca tras una salida electoralista y consolidación de un futuro gobierno para salir de la crisis. Por eso es completamente censurable la participación electoral de la izquierda, que solo, por el mínimo objetivo de conseguir votos, la clientela del "mal menor", se sume a la convalidación de un montaje político para que los partidos del capital y el imperialismo salgan del estado de derrumbe en el que se encuentran.
Solo estas propuestas colocarán al movimiento unificado de los explotados y a los que sin creer en las nuevas teorías antirrevolucionarias del horizontalismo, se postulan para construir una vanguardia revolucionaria en el terreno de plantearse la lucha a fondo contra el Estado y la ya comprobada respuesta violenta (ver el golpe ininterrumpido proyanqui en Venezuela) del imperio a los pueblos que buscan liberarse.
Osvaldo González.