Vergüenza ajena
No encuentro otra expresión que la del título para sintetizar mis sentimientos cuando ayer, martes 25/2, vi en en un noticiero de televisión a Carlos Gaitán, funcionario del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, tratando de justificar el desalojo y la represión a los ocupantes del edificio del ex Padelai.
No podía creerlo pero era el mismo Gaitán que yo conocí en enero de 1987, cuando junto a otros jóvenes participamos de la Brigada "Malvinas Argentinas" y marchamos a la cosecha del café a la Nicaragua Sandinista. En ese entonces Carlos Gaitán era Carlitos, joven abogado de la Federación Juvenil Comunista, que hasta ganó la mención de "trabajador vanguardia" dentro de la brigada por ser quien recolectó más café. Los recogíamos en una canasta, grano por grano, llenábamos nuestras bolsas y luego al hombro las transportábamos hasta el lugar de la pesada, distante varias cuadras. Después volvíamos contentos y cansados a comer arroz y porotos, tomar un café y a la cama, hasta el otro día a las 5 de la mañana. Así transcurrieron los dos meses de trabajo de la Brigada "Malvinas Argentinas" en una Unidad de Producción Estatal (UPE) del gobierno sandinista, en la región de Matagalpa.
Cuando ayer lo vi en televisión, tardé en reconocerlo, de traje oscuro, argumentando las razones por las que el gobierno de Aníbal Ibarra había enviado tan feroz represión contra gente humilde.
Esta mañana lo volví a ver haciendo similares declaraciones tratando de justificar la represión de su patrón Ibarra, ahora enfundado en un traje gris y diferente corbata. Fue demasiado, me dio "vergüenza ajena" y por eso me decidí a escribir estas líneas sobre Gaitán y también sobre sus jefes políticos: los también ex comunistas Oscar Laborde, vendido a la Alianza e intendente de Avellaneda (que también participó de la Brigada de Café), Alejandro Mosquera y Eduardo Sigal, jefe a su vez de Laborde en aquellos años y actual senador bonaerense ex Frepaso, ex Alianza y operador de Kirchner-Duhalde.
Escribo estas líneas no sólo por indignación sino para que el pueblo nicaragüense y también nuestro pueblo argentino no crea que todos los que fuimos solidarios con Nicaragua Sandinista en esos años nos hicimos funcionarios del gobierno. Somos varios los que seguimos en la misma lucha, con las mismas ideas de siempre o mejor aún, defendiendo el legado de Augusto Sandino, José de San Martín, Simón Bolívar, Carlos Fonseca Amador (fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional) y por supuesto Ernesto Che Guevara.
Seguramente el doctor Gaitán no se acuerde (ni quiera acordarse) de su propio pasado. Ya no se agacharía a "pepenar" el café (recoger los últimos granos o "rojitos", al pie de la planta). Ahora se agacha ante las órdenes represivas de Ibarra y la Policía Federal, la misma que asesinó a 6 argentinos en la Capital Federal el 19 y 20 de diciembre de 2001.
Abrupta bifurcación de caminos en medio de la crisis, eso creo que está en el fondo de las actitudes de ciertos individuos. Por suerte no son mayoría. El 15 de febrero fuimos más los que nos movilizamos en todo el mundo por la paz y en contra de la guerra a Irak. Lamento que Gaitán haya dejado vacío su lugar en una hipotética brigada de solidaridad con Irak. Estoy segura que millones estarían dispuestos a ocuparlo.
Irina Santesteban
Delegada judiciales de Córdoba
Mesa Nacional de la Tendencia Clasista "29 de Mayo"