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Tecnología

4 de enero de 2003

Otro software es posible

Arturo de Corinto - Lenz
Universidad Nómada

Otro Software es posible. Los proyectos para las nuevas tecnologías de Lula contados por su coordinador, Marcelo d'Elia Branco. Publicado en
Il Manifesto del 28 de diciembre de 2002.

En el Foro Social Mundial de Porto Alegre del año pasado, el centro de medios permitía elegir entre el software propietario y el open source. Podía verse así a mediactivistas que cargaban su Linux, sentados junto a periodistas de los media «oficiales» que escribían y mandaban sus artículos utilizando el logo de Microsoft. No es una novedad que el estado de Rio Grande do Sul siempre ha sido sensible a la crítica del copyright. Sin embargo, con Marcelo d'Elia Branco, coordinador del departamento de informática de la Universidad Estatal de Rio Grande do Sul, así como responsable del «Proyecto software libre» del mismo estado (
www.softwarelivre.rs.gov.br), hemos hablado de los proyectos para el futuro. El proyecto nace después de que el gobierno de la región adoptara una posición oficial de apoyo a la introducción del software libre en todos los sectores del Estado. Entonces el gobierno regional dejó de comprar licencias de software propietario y puso en marcha una reforma del sistema educativo, de la justicia y de la sanidad basado en la informatización masiva de estos sectores, con el software libre como elemento de una política de incentivo y respaldo a las pequeñas empresas y con el objetivo declarado de desmarcarse del abrazo asfixiantes de los monopolios del software.
Marcelo nos cuenta que la banca pública (el Banco do Sul) del estado tiene abierta una línea de financiación para las empresas que quieran migrar sus plataformas informáticas al software libre y que la fundación Fapers ha abierto otra para la investigación académica en el campo del software libre. Un primer resultado de esta política es que los cajeros automáticos de los tres millones de titulares de cuentas corrientes del Banco do Sul encuentran el icono del pingüino Tux (la mascota de Linux) en cada pantallazo de la maquinita que distribuye el dinero. Paralelamente, el gobierno desarrolla un software que sustituye al software Microsoft Exchange con Evolution como cliente de correo en sus oficinas.
Sin embargo, la iniciativa más interesante, cuenta Marcelo, es que la universidad UERGS ha puesto este año a disposición de tres mil estudiantes unos 750 PC, 47 servidores y decenas de programas informáticos cien por cien de software libre. El sistema de gestión de esta red de ordenadores proviene de otra universidad (Univates, socio del proyecto), y ellos han podido adaptarlo porque es libre y no propietario. Así, no sólo en los cursos de ingeniería informática los lenguajes de desarrollo corren en GNU/Linux, sino también toda la administración universitaria y la enseñanza a distancia funcionan con software con licencia GPL (
www.fsf.org) y todo el web-system usa Zope (www.zope.org).
La escuela brasileña, añade Marcelo, ocupa el centro de este ambicioso proyecto. En efecto, dos mil cien escuelas públicas, primarias y secundaria, están experimentando un entorno de comunicación basado en software libre y producido por una empresa pública. «Era el único modo de reducir en un 70 por cien los gastos de un proyecto que con software propietario habría costado un millón doscientos mil dólares», dice Marcelo. Asimismo, uno de los objetivos asociados consiste en poner en marcha un circuito económico virtuoso con las empresas del territorio que son las únicas preparadas para instalar los programas y llevar su mantenimiento.
Sin embargo, la cuestión no es sólo económica. El principio en el que se basan estos proyectos es que la educación informática sólo puede ser pluralista y que, junto al software propietario, dentro de una escuela debe haber también software libre. Entre otras cosas, porque, señala Marcelo, «una escuela pública que sólo usa Microsoft está haciendo marketing para Microsoft y no puede tener derecho a los fondos públicos para crear futuros consumidores de Microsoft».
La idea de llevar el software libre a América Latina en la escuela pública no es nueva en América Latina. En México, el proyecto de la «Red Escolar Libre» de Arturo Spinoza Aldama, consistente en poner en red a miles de escuelas con software libre abortó tras una donación de Microsoft y la visita de [Steve] Ballmer (número dos de Microsoft) al presidente mexicano. Algo parecido sucedió con el gobierno de Perú, como denunciara el diputado Villlanueva, protagonista de un duro
enfrentamiento con Microsoft por su proyecto de introducir el software libre en la administración del Estado, garantizando mejor la transparencia de la relación gobierno/ciudadanos y la universalidad del acceso a las fuentes de información.
Es éste un escenario que se inserta en el programa de Lula para las nuevas tecnologías, sobre todo cuando sostiene el pluralismo tecnológico y el desarrollo de las empresas informáticas locales para prevenir el abismo digital, produciendo software y hardware y no sólo contenidos, como se piensa en Europa. Un programa que resueltamente contra la tendencia dominante y que visto con temor por las grandes corporaciones.
Traducción:
Universidad Nómada