7 de septiembre de 2003
Conferencia sobre el software libre
Las ideas y los sueños
Brecha
El movimiento de software libre busca un uso más solidario y libre de los programas de computación de utilidad social, así como eliminar las leyes que garantizan la propiedad sobre las ideas. Por José Ibarburu
El sábado 23 de agosto, pese a las inclemencias del tiempo, la sala de conferencias de la Facultad de Ingeniería lucía repleta.* Un público en su mayoría masculino, de edad mediana y muy arropado, esperaba con gran expectativa la presencia del supremo sacerdote del software libre, Richard Stallman (véase recuadro). Protagonista de Free as in Freedom y considerado por muchos como el programador más importante del mundo, la estatura de Stallman se mide antes que nada en términos políticos. Su look revela la filosofía que articula su vida: pelo largo, lentes, barba, barriga prominente y una remera vieja bajo un saco formal. Se presentó a sí mismo como un "voluntario de tiempo completo" dedicado a promocionar el software libre antes que nada porque las circunstancias lo obligaron. "Es como si alguien se estuviera ahogando y uno, si sabe nadar -y no es Bush-, lo tiene que salvar", dijo.
El presidente de la Free Software Foundation trabajó durante años en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y en 1975 logró desarrollar Emacs (un editor de texto en software libre). Los intentos del MIT de apropiarse de este programa obligaron a Stallman a renunciar en 1984. Desde entonces no ha trabajado en ninguna otra empresa y subsiste gracias a la venta de su programa.
SOFTWARE LIBRE. Básicamente hay dos tipos de software: el software propietario y el libre. Software propietario -conocido también como software "normal"- es el que se vende a través de una licencia de uso y sirve sólo para una máquina en particular (se entrega sólo el programa ejecutable). En cambio el software libre implica dos programas: el ejecutable (programa que los humanos no entienden pero que la computadora comprende y ejecuta) y el fuente (accesible para quienes saben lenguaje de programación pero no para la máquina).
Entre ambos programas hay un compilador, que traduce del programa fuente al ejecutable. El programador sólo escribe el fuente, y en el caso del software libre, éste está disponible para cualquier persona. El software libre, a diferencia del "normal", entrega los dos programas, más la documentación de cómo se hizo el programa completo.
Hay una serie de condiciones que debe cumplir un programa para que se lo considere de libre acceso. Para Stallman hay cuatro condiciones que son irrenunciables: garantizar la libertad de uso permitiendo ver el código del programa con el cual se ha escrito, contribuir cambiándolo según la propia necesidad de cada uno; ayudar al prójimo, y por último publicar las mejoras que se lograron a partir de la versión original a efectos de que otros puedan apropiarse de ellas. La base de datos isis que distribuye la UNESCO y Netscape, pese a que son gratuitos, no pueden considerarse como libres, ya que no permiten acceder al código de programación con el cual han sido diseñados. "No podemos aceptar instituciones que no promuevan compartir con el prójimo. Sólo el terror puede convencer a no ayudar a otros. La libertad es que nadie tenga poder sobre las personas. No somos comunistas, y no despreciamos el comercio, pero no lo consideramos más importante que la libertad", expresó Stallman. Valoraciones todas ellas que desnudan su marca protestante y su compromiso con la defensa de los derechos individuales.
Pero la propuesta de Stallman incluye también aspectos más generales: rechazar el ALCA, la globalización que favorece la concentración del poder de las empresas, así como la Organización Mundial del Comercio. Su dedicación al desarrollo en software libre es fruto de diferentes factores: "idealismo político", obtención de reconocimiento, búsqueda de diversión y conocimiento. Pero también hay en juego sentimientos más espurios, "lo hago entre otras cosas por reputación profesional, para ser admirado, y por odio a Microsoft", agregó.
Luchar contra el software propietario exigiría "una ética de comunidad" y el objetivo no es sólo obtener ventajas prácticas sino antes que nada lograr sustituir el carácter "antisocial del soft propietario" por un sistema "ético y social como el soft libre". Irónicamente Stallman cerró su conferencia -entre calurosos aplausos- disfrazándose de santo, con una toga y una aureola, mientras bendecía a las computadoras que cuentan con software libre.
PENSAMIENTO INFINITO. Afirmar que un pensamiento o idea tiene propiedad es erróneo para Diego Saravia, ingeniero de la Universidad Nacional de Salta (Argentina), ya que la economía es la ciencia de la escasez, y todos ' sabemos que el conocimiento no es escaso, por lo tanto no es parte de la economía, y no puede ser susceptible de convertirse en propiedad de alguien. Y si dejamos que esto pase corremos un grave peligro: que aquellos que se adueñan de algo infinito terminen siendo dueños de todo lo finito". Reconocer que existe propiedad sobre las ideas "desconoce que no existen objetos capaces de equiparar el potencial infinito de un concepto. Uruguay cuenta con un espacio delimitado, pero hay infinitas posibilidades de hacer copias del Word o del Windows. De ahí que en los hechos termina valiendo mucho más ese supuesto conocimiento que todo el territorio de Uruguay", recalcó.
El derecho que tiene un programador sobre su producto es el que una sociedad le reconozca en un momento dado. Para Saravia un programador tiene derecho a cobrar por su trabajo, "pero mi salario tiene que ser el equivalente al tiempo que me llevó hacer el programa, no es lógico ni razonable que por el trabajo de un mes termine ganando millones de dólares al vender copias. Pero todavía es menos justo que el programador cobre un sueldo y el que se quede con las suculentas ganancias sea el empresario que le paga".
Otra de las intervenciones que suscitó interés fue la realizada por el doctor Juan Andrés Ramírez, director del Instituto de Derecho Civil de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República y senador del Partido Nacional. Ramírez dictó -como buen docente- una clase magistral historiando los derechos de propiedad intelectual a través del tiempo (prehistoria, en la época de la invención de la imprenta y durante la revolución industrial). Esta extensa recopilación de antecedentes le permitió estar totalmente de acuerdo con las afirmaciones realizadas por Saravia y Stallman. "El arte soy yo, la ciencia somos nosotros", dijo, citando a Claude Bernard, con el fin de fundamentar cómo los esfuerzos por la libertad de uso de las ideas no sólo debían aplicarse al software sino también a todas las ideas que constituyen un bien de goce compartido pleno.
El encuentro se cerró finalmente con la intervención de Martín Ponce de León, senador por la Vertiente Artiguista del EP-FA, quien no se separó un ápice de lo afirmado por el resto de los expositores. Su presencia y comentarios parecen posicionarlo como el portavoz principal de su fuerza política en temas tecnológicos, problemática que por el momento parece vedada para el resto de la izquierda.
* La Conferencia sobre Software Libre fue organizada por Hipatia Uruguay (organización que promueve la libertad del conocimiento, creada en 2001) y por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República.