27 de diciembre del 2003
La censura en el "país de las libertades" (IV)
Libertad de extorsión
La Jiribilla
La decisión por parte de los dueños de El Diario La Prensa, un grupo privado de inversionistas liderado por Clarity Partners LP, BMO Halyard Partners, ACON Investments y Knight Paton Media, de prohibir la aparición de un artículo firmado por Fidel Castro, sobre los esfuerzos del gobierno cubano para mejorar la educación en la Isla, generó la renuncia del director de ese periódico, Gerson Borrero.
La noticia resulta inocultable sobre si se tiene en cuenta que EE.UU. se autodefine como el país paradigmático en el mundo en cuanto a libertad de expresión, así como la influencia que pudo tener en la censurable decisión de los editores del diario en español más antiguo de Nueva York, una carta enviada a sus directivos por los contrarrevolucionarios de Miami.
Estos últimos no saben ya qué hacer para que los ciudadanos de ese país no sepan la verdad sobre la Isla: sus televisoras no transmiten los Panamericanos —los cubanos ganan demasiadas medallas—, no permiten la asistencia de los músicos cubanos al Premio Grammy Latino —la indiscutible calidad de sus artistas podría resultar demasiado contrastante con la vacuidad de la parafernalia tecnológica— y hacen todo lo posible por impedir que los norteamericanos viajen a Cuba a conocer la realidad de la Isla de primera mano. Lo contrario podría dejar al desnudo ese millonario negocio en que se ha convertido la propaganda anticubana.
Al mismo tiempo, hay que reconocer que el gesto de Borrero denota que todavía hay quienes tienen vergüenza. El director de El Diario La Prensa no solo salvó su honrilla, sino, posiblemente, hasta su vida. Los «democráticos» terroristas de Miami cuando no suelen convencer con cartas, imponen sus opiniones enviando bombas.