Medios y Tecnología
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Carlos Iglesias
World Data Service
11-Ene-2004
Si quedaba alguna duda, recientemente quedó involucrado
el magnate mediático Gustavo Cisneros en el contrabando de dólares para tratar
de deponer al presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
El gobierno de Chávez ha denunciado en múltiples ocasiones lo que llama 'cuatro
jinetes del Apocalipsis' (otras tantas cadenas mediáticas, entre ellas el Grupo
Cisneros) envueltas en querer ponerlo de patitas en la calle.
Los dólares ilegales que maneja ese grupo empresarial, no podían venir de otro
lugar que de Estados Unidos, principal respaldo y fuente de financiamiento de
la oposición al proceso bolivariano que encabeza Chávez.
Las revelaciones fueron hechas por el diario Vea, que afirmó que la suma total
enviada a financiar a los oponentes de Chávez alcanzó 18 millones de dólares,
según la casa Italcambio, a dónde se dirigieron los envíos.
El periódico aseguró que el gerente de esa casa de cambio, Carlos Dorado, era
el destinatario de la plata antichavista, y debía subastarlo en el 'mercado
negro' para después invertir las ganancias en las 'campañas golpistas'.
Esas acciones contra el proceso bolivariano y el gobierno de Chávez están encabezadas
por los grupos G-5 y Coordinadora Democrática (CD), principalmente. Según Vea,
existe una conexión Cisneros-Miami-Dorado, que empezó durante una visita de
miembros de la CD a Estados Unidos en 2003, para demandar más generosidad a
los grandes empresarios venezolanos.
Aquella delegación reprochó a los poderosos hombres de negocios que manifestaran
con tanta tibieza en materia monetaria su rechazo al gobierno de Chávez.
El grupo llegado a la ciudad floridana llena de elementos conservadores, no
sólo venezolanos, sino también cubanos, incluía al diario El Nacional y miembros
de los partidos Acción Democrática (AD) y Primero Justicia.
La primera prueba del contrabando de billetes verdes apareció el 29 de diciembre
último, en el aeropuerto internacional de Maiquetía y ascendió a 2,5 millones
de dólares encontrados en una maleta.
Pero, según Vea, se trataba sólo de la punta de un témpano, porque sus fuentes
en Italcambio, que prefirieron mantenerse en el anonimato ante posibles represalias,
aseguran que fueron 18 millones los que llegaron.
Esas sumas fueron trasladadas ilegalmente en diciembre, repartidas en billetes
de 100 dólares, precisó la fuente de la publicación venezolana.
Ya desde mayo del año pasado, fuentes oficiales venezolanas habían denunciado
ese tráfico de dólares, aunque en otras variantes más nacionales, como los gerentes
despedidos de PDVSA.
El embajador en Cuba, Julio Montes, dijo en aquella oportunidad que esos individuos
intentaban crear un partido político a partir del dinero malversado al ente
petrolero nacional.
El diplomático señaló entonces que las cifras eran imposibles de calcular, porque
esos antiguos empleados de PDVSA se habían dedicado sistemáticamente a vaciar
las arcas antes de su salida forzada.
El Grupo Cisneros alcanzó notoriedad desde los 1960s, aunque no tuvo sus orígenes
en la radiodifusión, como otros grandes de la región latinoamericana, sino de
una gama amplia de empresas.
Una de ellas era la embotelladora de Pepsi-Cola en Venezuela, aunque cuando
tuvo que alinear con la gran rival de ese refresco, Coca-Cola, no dudó en hacerlo
por su lealtad a las ganancias.
Las revelaciones sobre el contrabando de dólares coinciden con evaluaciones
de que las filas de la oposición venezolana están aquejadas de una fuerte desmoralización.
Los anti-chavistas, como se autotitulan, han sufrido fracasos sucesivos y sus
cabecillas se han puesto a buen recaudo en el exterior, opinó recientemente
el embajador en Cuba, Julio Montes.
La desmoralización se expresa en que no han podido acudir a sus tradicionales
manifestaciones callejeras pese a reclamar éxitos rotundos en los procesos de
recogidas de firmas para intentar un referendo revocatorio de Chávez.
La oposición citó varias cifras, entre ellas, 3,6 millones de firmas a su haber,
del total de 12 millones de votantes en ese país sudamericano, pero es reconocido
por casi todo el mundo que hubo fraude.
Las trampas se extendieron, según algunos cálculos, a un tercio de esa cantidad
que alegan los oponentes a la Revolución Bolivariana, de ahí que habrá que revisar
a fondo todas las rúbricas.
Pero, el gobierno de Chávez, que ostenta un verdadero récord de éxitos electorales
desde su inauguración y ahora está consolidada, por lo que es general la opinión
de ir a un referendo y derrotar a los rivales en las urnas.
Con la Misión Barrio Adentro, explicó Montes, se han detectado más de dos millones
de venezolanos que no estaban empadronados y que son votos seguros para el proceso
bolivariano.
Por otra parte, también conspira contra los intentos hostiles de la oposición
el panorama económico nacional en franca recuperación, según estimados del Banco
Mundial, que vaticina un crecimiento de 6% para 2004.
Entre las razones alegadas para seguir el camino electoral se cita que la oposición
quedaría privada de emplear la fuerza, como quieren algunos de dentro y otros
de fuera.
El hallazgo de las millonarias sumas de dólares de contrabando vinculadas a
la oposición y en la que el Grupo Cisneros tiene una participación tan rotunda,
pudiera confirmar la validez de tales apreciaciones.
La presencia de los Cisneros en la operación monetaria clandestina ratifica
que los principales grupos mediáticos venezolanos forman una falange a la vanguardia
de la oposición a Chávez.
Si alguna confirmación era necesaria sobre tal apreciación, la vida lo confirmó
en octubre pasado, con la actitud asumida hacia la Reunión de Alto Nivel sobre
Pobreza, Equidad e Inclusión Social, con auspicio de la OEA.
Aquel encuentro en Porlamar, isla de Margarita, fue silenciado completamente
por los medios difusivos opositores de Venezuela, pese a la importancia del
tema y su incidencia en millones de personas.
De aquella reunión, esos medios apenas publicaron un desacuerdo entre el presidente
Chávez y el secretario general de la OEA, el colombiano César Gaviria, quien
abandonó el encuentro antes de concluir.
Así, nadie se sorprendió cuando el periódico Vea involucró al Grupo Cisneros
en este trasiego ilegal de dólares destinados a subvertir al gobierno venezolano.
Esas acciones forman parte de un extenso rosario de pasos que, hasta el presente,
sólo han servido para profundizar las medidas de beneficio popular del gobierno.