Privilegiar en el campo de la cultura y la ciencia el fatigado latiguillo de la reivindicación salarial --por más justa que esta fuere-- por encima del postergado debate sobre propuestas de cambio e innovación académica es no entender el profundo drama terminal en que está sumida la cultura y la ciencia argentinas.

Más aún, estimo que privilegiar la reivindicación salarial a la luz del colapso de la infraestructura científica y académica del país es un acto de grosero egoismo suicida, absolutamente inconducente e insufrible, y una actitud seguidista del oficialismo de turno. Es groseramente egoista por cuanto aquella infinidad de compatriotas investigadores que no tienen como nosotros acceso privilegiado a la nómina del aparato científico-burocrático del país lo que con justicia aspira es a acceder como mínimo a una infraestructura científica (biblioteca, laboratorios y portales electrónicos) moderna y actualizada, y a cuerpos de docentes dignos, capaces y esencialmente decentes.

Finalmente, estimo que privilegiando la reivindicación salarial no seremos capaces de movilizar a la inmensa masa de investigadores y estudiantes del país que ansiosamente anhela alcanzar la sociedad del conocimiento y espera por consiguiente de nosotros una actitud de ruptura con el pasado de capitulacioners y de desprendimiento respecto de los incestuosos anzuelos salariales con que los gobiernos pretenden seducirnos para acallar nuestra protesta.

Cordialmente,

Eduardo R. Saguier

Investigador Independiente del CONICET