28 de diciembre del 2003
Choque en los medios en Brasil: Un espejo distante
Norman Solomon
Después de un cuarto de siglo de intensa organización en la base y de una victoriosa campaña presidencial hace un año, los movimientos sociales de Brasil se encuentran en una posición de fuerza para presionar al gobierno izquierdista del PT a fin de que cumpla sus promesas. El contraste con el actual clima político en Washington es tan diametralmente opuesto como las cuatro estaciones de los dos países. Pero los activistas brasileños están otorgando actualmente una prioridad especial a la misma preocupación que afecta a cada vez más gente en Estados Unidos - el imperativo de enfrentar a los medios corporativos.
En la noche del 10 de noviembre, en la central de la Asociación Brasileña de Prensa aquí en Río, más de 100 activistas se reunieron para ayudar a iniciar la Campaña por la Democratización de los Medios. A pesar del progreso en la justicia social, los medios de masas brasileños continúan firmemente en manos de las nueve familias acaudaladas afanadas por defender los intereses de las elites económicas conservadoras. La contradicción entre un movimiento democrático ascendente y una oligarquía mediática obsoleta es extrema.
El gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva - conocido por todos como simplemente "Lula" - representa las esperanzas de la gran masa de gente empobrecida que sufre por la vergonzosa desigualdad económica del país. Uno de los objetivos clave es la reforma agraria - un tema que ha logrado gran prominencia en los últimos años en gran parte gracias al trabajo innovador del MST, el movimiento diverso y bien organizado de los trabajadores sin tierra.
La constitución brasileña estipula que la propiedad de la tierra que no tiene un uso social puede ser transferida a los ciudadanos desposeídos. Hartos de que los gobiernos no hayan implementado esa provisión desde hace mucho tiempo, el MST ha organizado numerosas tomas de tierras en los últimos años.
Los violentos ataques físicos contra los trabajadores sin tierra por parte de la policía y de bandas de matones han ocurrido en forma paralela a los ataques en su contra en las principales fuentes noticiosas del país.
Los activistas del MST son calumniados y vilipendiados por los medios dominantes en Brasil. En el MST dicen que el establishment mediático trata de "criminalizar los movimientos sociales". Por ese motivo el MST ha unido sus fuerzas con numerosos otros grupos para lanzar la Campaña por la Democratización de los Medios.
En varias reuniones en noviembre - como en el primer Foro Social Brasileño, que atrajo a 25.000 activistas a la ciudad de Belo Horizonte - escuché a mucha gente que comparaba las luchas por la tierra con las que trabajan para lograr espacio en los medios. Un orador llamó a "una reforma agraria en las ondas".
Entre los primeros componentes de la Campaña por la Democratización de los Medios está un boicot nacional de Veja, la principal revista noticiosa del país. Los activistas califican a la llamativa revista de "símbolo de la manipulación".
Un ejemplo reciente del sesgo típico de Veja es un amplio artículo de una página sobre los cultivos genéticamente modificados - un tema ardientemente controvertido en Brasil, donde el gigante de la agroindustria Monsanto trata ansiosamente de lograr el control de la alta tecnología sobre la gran industria de la soja del país.
"Veja" significa"vea" en portugués. Por eso, las nuevas pegatinas que promueven el boicot dicen "¡Vea! ¡Qué mentira!"
Durante el año desde que los votantes eligieron a Lula por una mayoría aplastante, los medios dominantes de Brasil han advertido a menudo contra iniciativas progresistas mientras lo alientan a abandonar elementos clave del programa de su Partido de los Trabajadores. "De esta manera", comentó un dirigente de la Unión Nacional de Estudiantes hace algunos días, "la lucha mediática se hace más importante".
El nuevo enfoque conciliador de Lula hacia el Fondo Monetario Internacional a principios de este mes es una victoria para el monopolio mediático de Brasil y los intereses que representa. Pero parece seguir adelante con algunos aspectos de su orden del día social que podría ponerlo en conflicto con los titanes de los medios.
Mientras consolidan la base para la confrontación directa con las concentraciones antidemocráticas de poder mediático, los movimientos sociales brasileños también proceden a desarrollar medios independientes de comunicación.
Los grupos de base están haciendo uso efectivo de transmisores no habilitados de radio que informan a las barriadas y a otros vecindarios con métodos que son imposibles a través de los medios capitalistas. Un periódico semanal de formato grande que circula en todo el país, Brasil de Fato, se acerca a su primer aniversario. Numerosos otros canales mediáticos no-corporativos están ya funcionando y muchos otros están siendo preparados.
Tales medios aseguran un ambiente de trabajo muy diferente del de los medios corporativos de Brasil. Muchos periodistas de los medios dominantes se quejan de que se les presiona para que limiten la cobertura noticiosa - sea que las restricciones signifiquen que no se informe sobre huelgas o que no se mencione que un gobernador ha sido abucheado en un evento público.
Después de unos pocos días asistiendo a reuniones y escuchando discursos en tres ciudades brasileñas, me sentí en casa. Los movimientos por la democracia están aprendiendo a organizarse por la democratización de los medios en Brasil y en Estados Unidos, o en cualquier otra parte. Un flujo libre de informaciones y de opinión no sólo es algo por lo que vale la pena luchar - es esencial.
* Norman Solomon es co-autor de "Target Iraq: What the News Media Didn't Tell You." Para leer un pasaje y más información, vea: www.contextbooks.com
Título original: Media Clash In Brazil: A Distant Mirror
14 de noviembre de 2003
Link: http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?SectionID=21&ItemID=4502
Traducido por Germán Leyens