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Rodolfo Walsh

Literatura y política

"Un oscuro día de justicia" fue escrito en 1967, un mes después de la muerte del Che Guevara. La edición de bolsillo de 1973 incluyó también un reportaje de Ricardo Piglia a Walsh, grabado en marzo de 1970, y con el título "Hoy es imposible en la Argentina hacer literatura desvinculada de la política":

Hay una cierta evolución en la serie [de los irlandeses]. En este cuento aparece una nota política, la primera más expresamente política, porque había una connotación política en todos los otros pero mucho más simbólica e inconsciente. En este cuento se empieza a hablar del pueblo y de sus expectativas de salvación representadas por un héroe, es un héroe que es externo, es decir, no deposita sus expectativas en sí mismo, sino en algo que es externo, por admirable que pueda ser. Creo que la clave de la iluminación, de la comprensión sobre la relación política en este caso entre el pueblo por un lado y sus héroes por el otro, está en final, cuando dice: "Mientras Malcom se doblaba tras una mueca de sorpresa y de dolor el pueblo aprendió". Y después, más adelante, cuando dice "el pueblo aprendió que estaba solo", y más adelante "el pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza". Creo que ése es el pronunciamiento más político de toda la serie de los cuentos y muy aplicable a situaciones muy concretas nuestras: concretamente al peronismo e inclusive a las expectativas revolucionarias que aquí se despertaban o se despertaron con respecto a los héroes revolucionarios, inclusive con respecto al Che Guevara, que murió en esos días. Te das cuenta, la gente que te decía: "si el Che Guevara estuviera aquí entonces yo me meto y todos nos metemos y hacemos la revolución". Concepto totalmente mítico, es decir, el mito, la persona, el héroe, haciendo la revolución en vez de ser el conjunto del pueblo cuya mejor expresión es sin duda el héroe, en este caso el Che Guevara, pero que ningún tipo aislado por grande que sea puede absolutamente hacer nada, es decir cuando se delega en él lo que es una cosa de todos no se da el proceso, no se puede dar. Esa es la lección que ellos aprenden ese día. No hay ninguna connotación peyorativa para un tipo que viene de afuera, que pelea, se juega, y es un héroe. No deja de ser un héroe por el hecho de que el otro lo cague a patadas, pero lo que ellos aprenden es que ellos, en una segunda instancia, si es que ellos se la quieren cobrar respecto al celador, se tienen que combinar entre ellos y ellos cagarlo a patadas entre todos. Esa es la lección.

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