Juane Basso

El Eslabón

"Sorpresa, vino Dri". El lunes 15 de diciembre una llamada telefónica sorprendió a los integrantes del juzgado Federal 4 de Rosario, incluido el juez Omar Digerónimo. La noticia que el testigo clave de la causa Quinta de Funes y único sobreviviente de aquel centro clandestino de detención, Jaime Dri, se presentaría en su juzgado esa misma mañana a prestar declaración sacudió a los tribunales federales.
Cerca del mediodía, el Pelado Dri –como lo conocen sus amigos–, ratificó ante el juez Digerónimo declaraciones anteriores sumadas a la causa. Posteriormente partió con un vasto convoy a reconocer los distintos lugares donde estuvo detenido.
La delegación –que hizo el recorrido en 5 autos– estuvo integrada por Dri y su esposa, el juez y sus asesores, varios policías federales con un equipo de camarógrafos, el comisario de la delegación local, los abogados del equipo de derechos humanos y familiares de desaparecidos.
"Por tu propia Voluntad". Al llegar a la Quinta de Funes, ubicada en Diagonal San José y ruta 9, Dri se emocionó por estar entrando junto a familiares de sus compañeros. Entre los presentes estaba Ana Oberlín, abogada e integrante de la agrupación H.I.J.O.S, hija de un ex compañero de Dri y que hoy forma parte de la larga lista de víctimas de la dictadura.
La militante le dijo al Pelado: "Esta vez entrás por tu propia voluntad". En la quinta, –hoy propiedad del oculista que todos conocemos por sus anuncios en canal 3, el doctor Ferroni–, Dri contó con detalles su experiencia en el lugar.
El grupo se dirigió luego a la Intermedia, otra quinta ubicada camino a la Rivera, propiedad de Miguel Amelong, hermano de teniente Daniel Amelong, uno de los represores responsables de la Quinta de Funes. Allí el ex diputado chaqueño relató cuando fueron trasladados los 16 detenidos de Funes.
Finalmente el recorrido terminó en la escuela Magnasco, ubicada en Zeballos y Ovidio Lagos, edificio al que también fueron conducidos los detenidos de Funes. Los estudiantes que daban sus exámenes finales no entendían por qué esos señores acompañados de un juez entraban en todos los salones y miraban desde la ventana. La explicación la dio Dri, al buscar el aula donde había estado junto con sus compañeros. En ese lugar, el sobreviviente recordó el momento en que les comunicaron a los presos que Tulio Valenzuela había denunciado la operación con la que Galtieri intentaba dar muerte a la conducción de Montoneros en México –Valenzuela había estado en Funes y luego fue obligado a participar de la operación. Su mujer embarazada y uno de sus hijos quedaron como rehenes y hoy figuran en la lista de desaparecidos–.
Jaime Dri también reconoció la escalera y el baño por los que tenían que bajar vendados los detenidos y repitió el itinerario con los ojos tapados para confirmar su recuerdo.
"No se descartan medidas cautelares". Una vez producida la declaración de Dri, testimonio vertebral de la causa Quinta de Funes, sólo faltan algunas testimoniales para completar la instrucción, entre estas se cuenta la del canciller Rafael Bielsa, quien se presentará nuevamente ante Digerónimo el próximo lunes. Fuentes del juzgado federal aseguran que "los tiempo del proceso no se prolongaran mucho" aunque son cautelosos porque plantean que "hay que completar el material y la información necesaria para recién abordar a los posibles imputados". La misma fuente planteó que "no se descarta la posibilidad de tomar medidas cautelares para evitar posibles salidas del país", pero también se reconoció que "hay muy pocos lugares del mundo en donde esconderse."
Brinzoni fue al juzgado. El Eslabón pudo conocer un informe que organismos de derechos humanos de Rosario enviaron a los ministerios de Interior y de Justicia de la Nación, tiempo antes de la detención del sargento de inteligencia de ese cuerpo. En el escrito se denuncia que el Jefe del Segundo Cuerpo de Ejército, el general Roberto Brinzoni se acercó al juzgado federal preocupado por la marcha de la causa Quinta de Funes.
En el informe donde se consignan todos los hechos de amenazas e intimaciones sufridas por militantes y abogados de derechos humanos, los organismos cuentan que en una entrevista que mantuvieron con el fiscal Francisco Sosa hace algunas semanas, el fiscal reconoció que había recibido la visita del jefe del Segundo Cuerpo con un abogado. Las organizaciones de derechos humanos afirman en el informe que interpretan el movimiento de Brinzoni "como una intimidación e intromisión"•