|
23 de mayo del 2002
Sería un nuevo Vietnam para los norteamericanos
La invasión a Irak que prepara Bush
El Siglo
Las conversaciones sostenidas últimamente entre enviados de la
ONU y el gobierno de Irak no se han traducido en acuerdos concretos respecto
a la exigencia que se hace a Hussein para que permita el regreso de los inspectores
de desarme a su país. En tanto, EE.UU. continúa los preparativos
para una ofensiva militar contra este país considerado "enemigo" porque
en los últimos años no ha complacido a Washington.
Las sanciones que están vigentes contra Irak de parte de EE.UU. y la
ONU, según lo decidido por esta organización, no serán
levantadas mientras el gobierno dirigido por Saddam Hussein no permita que dicha
misión constate que en ese país no existe un programa de producción
de armas nucleares y biológicas.
Numerosos organismos internacionales y gobiernos han denunciado este año
que EE.UU. prepara una ofensiva militar destinada a destruir la capacidad defensiva
de Irak y deponer a Hussein. Uno de los últimos en hacer advertencias
sobre estos planes ha sido el rey Abadalá II de Jordania, quien señaló
que "sería catastrófico para todo Oriente Próximo" un ataque
norteamericano.
Los planes de Bush
Las opiniones de diversos sectores internacionales apuntan a que Bush sólo
espera que se apacigüe el conflicto entre palestinos e Israel y que termine
la intervención de sus tropas en Afganistán, para poner en acción
la poderosa maquinaria bélica que está dispuesto a lanzar contra
el pueblo de Irak.
El periódico "The New York Times" dio a conocer hace poco que los planes
del gobierno norteamericano comprenden una campaña aérea y una
ofensiva terrestre en la que participarían entre 70.000 y 250.000 soldados.
En otro medio de comunicación, el "Yellow Times", escribió Christoffer
Reilly el mes pasado que las propias informaciones publicadas por el Pentágono
y fuentes militares no reveladas de EE.UU. permiten confirmar que "nuevas bases
para su uso contra Irak están siendo construidas en Jordania, los Emiratos
Arabes, y Kuwait. Esos informes fueron parcialmente confirmados en un artículo
del International Herald Tribune publicado el 8 de abril de 2002.
Según ese artículo, el Pentágono ha estado desplazando
equipos, aviones y otros materiales militares desde su base aérea en
Arabia Saudita a bases ubicadas en Qatar, Kuwait, Bahrein, los Emiratos Arabes
Unidos y Omán para ayudar a las futuras operaciones aéreas de
EE.UU. contra Irak.
Agrega el periodista: "Todavía no se puede confirmar que la administración
Bush esté construyendo una base aérea en Jordania. Sin embargo,
el general Tommy Franks, jefe del Comando Central de EE.UU., declaró
recientemente a reporteros en el Pentágono que durante los últimos
18 meses se han transportado secretamente municiones de Arabia Saudita a áreas
no especificadas en la región".
Bush y los "halcones"
Immanuel Wallerstein, investigador adjunto en la Universidad Yale, escribió
un artículo para "ZNet en español" afirmando que Bush llevará
a cabo la invasión de Irak "por necesidad de política interior
de EE.UU".
Señala, además, las causas por las cuales Bush está prácticamente
forzado a atacar Irak, y cuáles serán, a su juicio, las consecuencias
que tendrá esta acción bélica para la posición que
ocupa la principal potencia militar en el mundo actual: "Los halcones de EE.UU.
creen que sólo el uso de la fuerza -de una fuerza muy importante- restaurará
nuestra indiscutida hegemonía en el mundo. Sin duda es verdad que el
uso de una fuerza abrumadora puede establecer la hegemonía, como sucedió
con Estados Unidos en 1945. Pero la hegemonía de EE.UU. no es lo que
solía ser. La superioridad económica del país en el mundo
entre 1945 y 1965 ha sido reemplazada por una situación en la que su
posición económica no es significativamente mejor que la de la
Unión Europea o la de Japón. Por este relativo deterioro económico,
EE.UU. perdió la aquiescencia política sin discusión de
sus aliados más cercanos. Todo lo que queda es la superioridad militar.
Y, como nos enseñara Maquiavelo hace siglos, la fuerza no basta: si es
todo lo que tienes, entonces su uso es un signo de debilidad más bien
que de fuerza y debilita al que la utiliza".
Añade el autor que son muy pocos los Estados que apoyan a EE.UU. en esta
perspectiva, entre otros Israel y Gran Bretaña, pero "ni un solo estado
árabe, ni Turquía, o Irán, Pakistán, ni Rusia ni
la mayor parte de Europa".
Una guerra de agresión contra Irak, dice, "podría convertirse
en otro Vietnam. Igual que en Vietnam, la guerra se prolongará y costará
muchas vidas estadounidenses. Y los efectos políticos serán tan
negativos para EE.UU. que, llegado el momento, Bush (o su sucesor) se retirará.
Un síndrome de Vietnam renovado y amplificado será el resultado
en el interior del país".
Solidaridad
Durante la visita que realizaron integrantes del movimiento Campo Antiimperialista
para solidarizar con la población irakí y los kurdos, participaron
delegados de Austria, Alemania, Francia, Italia e Irán. Estuvieron en
Basrah, la ciudad más afectada por las destrucciones y contaminaciones
del ataque de la "Santa Alianza" en 1991.
La delegación constató un amplio sentimiento antiimperialista
tanto en las masas populares como entre los intelectuales. El pueblo irakí
no pide caridad, sino levantamiento del embargo y término de la agresión
imperialista.
Gracias a un esfuerzo extraordinario, se ha reconstruido la infraestructura
básica, el trafico funciona, está garantizada una alimentación
básica para todos suficiente para sobrevivir, a pesar de que no es posible
evitar la malnutrición. También el sistema de salud es gratuito
a pesar de sus limitaciones. Lo mismo vale para el sistema educativo.
En las conclusiones sobre dicha visita, se critica con mucha franqueza aquellos
aspectos considerados negativos del régimen político dirigido
por el partido Baath y el gobierno. Sin embargo, la organización resumió
la situación de Irak frente al mundo actual con las siguientes palabras:
"En todo caso, la lucha para un Medio Oriente antiimperialista y democrático
tiene que pasar por la defensa del Irak contra el imperialismo. El aspecto principal
de la democracia es el derecho a la autodeterminación nacional, incluyendo
el derecho a disfrutar los propios recursos naturales".