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México S.A.
Carlos Fernández-Vega
La Jornada
EL DORADO MUNDO de la globalización fue devastado ayer tras los atentados
terroristas en Estados Unidos.
EL PANICO se apoderó de las "mundializadas" economías, y
junto con las torres gemelas de Manhattan y sus 200 mil toneladas de estructura
de acero, los mercados internacionales de valores y divisas se desplomaron,
mientras el del crudo se disparó al alza dando claras señales de que nuevos
vientos de guerra amenazan la estabilidad del planeta.
LA MAGNITUD de la respuesta guerrera del pasmado -y ese sí apanicado-
gobierno estadunidense no será, pues, una sorpresa, toda vez que el presidente
George W. Bush pasa a retiro virtual y -carta blanca de por medio- entra en
franca y pública operación el aparato militar-industrial que toma las decisiones
importantes en ese país. La guerra, una vez más, como reactivador de la ''economía
más sólida del mundo''.
POR PRIMERA VEZ en sus 225 años de historia independiente, el imperio
sufre en el corazón de su territorio los efectos de una acción punitiva, práctica
-dicho sea de paso- a la que han recurrido, a lo largo del tiempo, los diferentes
gobiernos estadunidenses en contra de las naciones más débiles del planeta.
Así, los centros vitales de Estados Unidos fueron gravemente dañados: el político,
el militar (Pentágono), el financiero (Manhattan) y el de seguridad nacional
(el intocable, el invencible, el más refinado del mundo, según la versión
Disney de los propios anglosajones).
WALL STREET -devastado en 1929, aunque por otras razones- no fue tocado,
físicamente, a pesar de que uno de los objetivos del ataque terrorista -las
torres gemelas de Nueva York- se encontraba a unos cuantos pasos de distancia.
Pero el efecto fue igualmente devastador, no sólo para el mercado bursátil
neoyorquino (el ombligo del universo financiero-especulativo), sino para sus
pares en el mundo entero.
TAL VEZ el de ayer pueda considerarse como el primer martes negro en la historia de la actividad
bursátil internacional, consecuencia de un acto terrorista. Este tipo de eventos
tiene un amplio registro en la historia del planeta, pero el referido es el
único observado en el corazón mismo de la actividad política, económica y
financiera del planeta. Estados Unidos entró en estado de pánico, tal vez
el mismo que sus distintos gobiernos han provocado en otras naciones con sus
acciones militares, y el pánico tiende a paralizar.
LA BOLSA neoyorquina de valores cerró sus puertas ante el pánico financiero
suscitado tras los atentados terroristas. Esa acción tal vez "salvó"
parte sustancial de la inmensa fortuna que cotidianamente se negocia en esa
institución, pero se llevó entre los pies a las que se manejan en los principales
centros bursátiles internacionales, entre ellos los europeos, antes de que
ellos mismos decidieran cerrar sus puertas, también de manera temporal. El
alemán perdió casi 12 por ciento, el francés 7.5 por ciento, el inglés 6 por
ciento y el español 5 por ciento.
EN AMÉRICA LATINA la situación no fue distinta. La Bolsa Mexicana
de Valores decidió cerrar sus puertas, tras un primer intento de suspender
momentáneamente las cotizaciones buscando un poco de "calma", poco
después de conocerse los atentados en Manhattan y el Pentágono. La medida
no tuvo resultados positivos, pues el índice de precios y cotizaciones reportaba
una caída cercana al 5.5 por ciento.
EN EL BREVE LAPSO de operaciones que registró ayer la BMV, las acciones
de Telmex y de América Móvil, ambas encabezadas por Carlos Slim Helú, así
como las de la trasnacional Wal-Mart de México, las del Grupo Televisa, presidido
por Emilio Azcárraga Jean, y las de Tv Azteca, de Ricardo Salinas Pliego,
entre otras, se desplomaron. De acuerdo con analistas bursátiles, "el
mercado está totalmente desconcertado, es algo con lo que no contaba nadie,
el prospecto de que sea un atentado terrorista pone un elemento de gran volatilidad,
por lo que las bolsas estarán bajo fuerte presión en los próximos días".
LA SECRETARIA DE HACIENDA y el Banco de México no sólo oficializaron
el cierre de la actividad en la BMV, sino que decidieron posponer la colocación
de una nueva emisión de Certificados de la Tesorería de la Federación -que
tradicionalmente se realiza los martes-, mientras el presidente de la Asociación
de Banqueros de México, Héctor Rangel Domene, reportó que la actividad gremial
en el país no mostraba alteración, al tiempo que señalaba que ninguna sucursal
había cerrado sus puertas. En tanto, en las primeras horas de la mañana el
mercado bursátil brasileño mostraba un desplome cercano al 10 por ciento,
mientras el argentino caía 5.5 por ciento y el chileno casi 3 por ciento.
LAS PRINCIPALES aseguradoras y reaseguradoras internacionales, todas
ellas con importantes contratos de resguardo de propiedades en Estados Unidos,
reportaron enormes pérdidas y la cotización de sus acciones en los mercados
bursátiles más importantes del mundo se fueron, figurativamente, ''al hoyo''.
Las que físicamente sí sufrieron esa circunstancia fueron algunas de las grandes
empresas internacionales de consultoría económica y financiera, como Salomon
Brothers y Merril Lynch, que tenían oficinas de representación en las torres
gemelas de Manhattan y la primera de ellas un edificio conjunto de 47 pisos
que también se desplomó.
PARALELAMENTE, el pánico y los vientos de guerra provocaron que los
precios petroleros internacionales repuntaran. Ayer, los crudos de referencia
reportaron un alza cercana al 15 por ciento y la cotización del Brent del
Mar del Norte arañó los 32 dólares por barril. Las operaciones en el mercado
estadunidense de petróleo en la Bolsa Mercantil de Nueva York, ubicado a unos
cuantos pasos de las torres gemelas devastadas, también fueron suspendidas.
México podría obtener inesperados beneficios con este repentino boom de los
precios petroleros, aunque la respuesta guerrera que prepara el gobierno estadunidense
podría tener otro tipo de consecuencias negativas para el país, sobre todo
para la seguridad nacional, dada la creciente necesidad de energéticos que
tendrán los vecinos del norte una vez que den respuesta militar a los atentados
terroristas.
EN LOS MERCADOS NACIONALES, el efecto espejo del nerviosismo y pánico
prevalecientes en Estados Unidos también tuvo su consecuencia. El llamado
superpeso sufrió una sensible baja de casi 5 por ciento en su cotización con
el dólar estadunidense, aunque los operadores en las distintas casas de cambio
no reportaron mayor alteración en la demanda de billetes verdes.
ASI, LA "SOLIDEZ" de la globalización ha sido puesta en
prueba. La acción guerrera estadunidense probablemente conlleve la reactivación
de su muy estancada economía y, desde luego, las de los países dependientes
de la "globalización", como sucedió anteriormente.
Las rebanadas del pastel:
¿Y SI LOS ACTOS terroristas en Estados Unidos s