|
Cuatro frases para una guerra
Jose Uriarte
Deia
SLOMO BEN
AMI, ex embajador en España y ex ministro de Asuntos Exteriores de Israel,
ha dicho una frase tremebunda. A través de ella, el hombre se lanza desesperado
al vacío desde lo alto de la estructura occidental en llamas. Hablaba de Afganistán.
«¿Qué presión tenemos sobre un Estado en el que no existe ningún objetivo
militar que valga el precio de un misil?», se preguntó en pura tesis dineraria
de la guerra.
Es decir, no hay cruzada moral, ni santa alianza... no hay siquiera venganza.
Todo se reduce a una cuenta de resultados. Y por ahí empieza el final. Un
balance lo soporta todo. ¿No fue la imposibilidad de mantener por mucho más
tiempo el ingente gasto militar lo que llevó un 6 de agosto de 1945 al Enola
Gay a Hiroshima?
Es hora de recordarle a Ben Ami otra cita suya, ésta pronunciada en El Escorial,
sobre los problemas de la democracia moderna. «Las religiones políticas nos
llevan al caos», dijo allí. Pero, ¿qué es la economía sino la religión que
profesa el poder?
No sé, quizás el pasado marzo, en Toledo, Noam Chomsky se adelantara al «lideraremos
al mundo a la victoria» que George Bush también entonó ayer. Porque Chomsky,
en su intervención «La paz es preferible a la guerra, pero ¿qué clase de
paz? Si Hitler hubiera conquistado el mundo, habría paz, pero no el tipo de
paz que deseamos», negó a la paz valor absoluto y nadie sabe qué tipo de
paz desea Bush como balance de otra guerra. El mundo parece un avión secuestrado
en vuelo sobre Manhattan...