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EE.UU,
el mayor exportador
de violencia en el mundo,
sostienen analistas
Jim Cason y David Brooks/La
Jornada
Washington
y Nueva York, 12 de septiembre. El presidente George W. Bush y su gobierno
clamaron hoy una "guerra plena" contra el terrorismo, pero expertos
en el tema advirtieron que aunque una respuesta militar podría ser inevitable,
ésta no evitará más ataques e indicaron que es hora de que este país intente
entender las razones que motivan a ciertas personas a entregar la vida para
dañar a Estados Unidos.
"Lo que se necesita es un análisis de dónde estamos en este mundo y por
qué somos odiados por tanta gente en el planeta", explicó Richard E.
Rubinstein, profesor de resolución de conflictos en la universidad George
Mason. El profesor y varios sicólogos subrayaron que los ataques de ayer probablemente
no fueron realizados por "locos", sino por activistas con compromisos
ideológicos y que la pregunta ahora es: ¿por qué?
El profesor Rubinstein, autor de varios libros sobre terrorismo, explicó a
La Jornada que desde su perspectiva la respuesta es que "por todo el
mundo, no sólo en Levante, sino en Colombia, Indonesia, o por ejemplo, en
varios países africanos, la gente está luchando para proteger su identidad,
su forma de vida; lucha por la dignidad o por la justicia económica, y se
encuentran frente a balas, armas, tanques, o bombardeos de aviones y, virtualmente,
todos estos proyectiles, bombas y armas tienen escrito: 'Hecho en Estados
Unidos'". El país, dijo este experto, "es el exportador mayor de
la violencia en el mundo hoy día".
En una amplia entrevista con La Jornada, el profesor de Ciencias Políticas
manifestó su condena a los ataques contra el World Trade Center y el Pentágono,
y supuso que habrá una reacción militar casi inmediata. "Lo primero que
tenemos que hacer, claro, es apesadumbrarnos por nuestros muertos, aunque
la gente demandará que se adopten medidas para encontrar a los responsables,
fiscalizarlos o matarlos", sostuvo.
Pero Rubinstein, quien se ha dedicado durante décadas al estudio de este tipo
de atentados, destacó que la respuesta militar no detendrá más ataques en
el futuro. "La gente en este país tiene que entender que la represalia
sólo continúa el ciclo de violencia, no acaba con él", dijo.
Por otro lado, el almirante retirado Eugene Carroll afirmó: "si simplemente
destruimos Kabul en represalia, eso no detendrá las agresiones".
"Creo que necesitamos entender este ataque como un intento para igualar
la balanza o de tomar venganza contra el país más poderoso del mundo por gente
que se siente victimizada por esta nación, y que comparte una combinación
particular de un sentir de falta de poder, humillación y esperanza de un cambio
radical que forma parte de la mentalidad terrorista", opinó Rubinstein.
Este experto y varios sicólogos señalaron que los ataques probablemente no
fueron cometidos por "cobardes insensatos", como han calificado
los políticos estadunidenses a los autores de los atentados. "La persona
que hace esto no se percibe a sí misma como dando su vida en un punto prematuro",
comentó el doctor Harvey W. Kushener, experto en "bombas suicidas",
a The New York Times. "Lo ve como algo para el bien mayor de la sociedad.
Y para nosotros que intentamos defendernos contra esto, es desastroso".
Rubinstein comentó a La Jornada que "en verdad no importa si eres un
palestino que participa en la intifada, o si eres un campesino colombiano
intentando vivir en el campo, o un separatista indonesio, o de Sri Lanka:
es probable que seas víctima de las armas otorgadas por Estados Unidos a tropas
asesoradas o capacitadas por Estados Unidos". Si la población estadunidense,
dijo el especialista, estuviera consciente de las armas o el entrenamiento
militar que otorga este gobierno a otros países, quedaría "horrorizada".
Esta información, dijo Rubinstein, no justifica la muerte de civiles en este
país o en cualquier otra parte. Pero, agregó, "ciertamente, es más comprensible
que la gente esté enfurecida pero sea incapaz de atacarnos de una forma convencional,
y que siente que es poco posible armar un caso contra nosotros políticamente,
dado que controlamos de forma sustancial a la Organización de Naciones Unidas...
Así, algunos utilizarán el arma de los débiles, que es el terrorismo".
"No hay duda que esto va a ser un punto crítico mayor en la historia
estadunidense", explicó Rubinstein. "La pregunta es de qué manera
vamos a cambiar. Los estadunidenses han descubierto que no están protegidos
por una manta de invulnerabilidad y que no están separados del resto del mundo.
¿Esto hará que sientan que tienen que dominar absolutamente, que será la nueva
Roma? ¿O se darán cuenta que uno necesita revaluar y reconstruir las relaciones
con otros pueblos del mundo, para reducir el odio que, generación tras generación,
producirán ataques terroristas entre otras cosas?
Mientras varios líderes nacionales de todas partes del mundo expresaron su
apoyo a Estados Unidos, una fuente diplomática de la Organización de Naciones
Unidas cuestionó la forma en que este país está definiendo el ataque. "Es
muy peligroso que Estados Unidos diga que es un ataque contra el mundo",
comentó. "No es un ataque contra el mundo, es un ataque contra Estados
Unidos en respuesta a las políticas estadunidenses".