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El
atentado en EE.UU:
Una lección moral y política
J.M. López Fernández
PPara dar,
en medio del caos, de la desolación y de los gritos de venganza desde todos
los niveles, una versión medianamente objetiva de los hechos actuales, contrastando
las informaciones parciales de las medios de comunicación, habría que analizar
los sucesos del martes día 11 septiembre 2001 mas detenidamente, no solo en
EU, sino también en el resto del mundo.
Las estadísticas actuales mundiales nos muestran los miles de muertos y heridos
a través de las guerras, brotes de hambre y enfermedades, contaminaciones
industriales, intentos de escapar de la miseria y opresión, y otros sucesos
evitables que ocurren diariamente. Normalmente las reglas del funcionamiento
del "nuevo orden mundial" estipulan que ese tipo de desastres ocurren
fuera del mundo "civilizado" occidental. En éste sentido, la única
novedad que se ha producido es que ahora le ha tocado a Estados Unidos mismo.
Los que tengan conocimientos mas allá de lo que los medios de comunicación
"oficiales" nos informan sobre el terrorismo, conocen el contenido
de los miles de artículos, estudios y publicaciones sobre el terrorismo de
los propios estados occidentales. Recordamos solamente que el mismo día del
atentado, hace 28 años, otro acto de terrorismo, organizado y patrocinado
por Estados Unidos, acabó violentamente con la vida y régimen de Salvador
Allende e instaló la sangrienta dictadura de Pinochet. Siendo consciente que
actualmente EE.UU es el campeón mundial en la disciplina "manos manchadas"
causando sufrimiento al mundo en una escala inigualada, se puede calificar
el atentado, denunciando el enorme sufrimiento humano de este, como una lección
moral y política. Los Norteamericanos han vivido durante nada más que un día
de los 365 anuales, las circunstancias de vida en que se encuentra la gran
mayoría de este planeta diariamente.
Desde el punto de vista de los millones de personas que viven diariamente
la injusticia del sistema capitalista mundial, que sufren la represión por
parte de gobiernos marionetas alimentados y patrocinados por la "Liga
de los Caballeros", perdiendo familiares, amigos, ilusiones y esperanzas,
muriendo por intereses de las multinacionales, se puede comprender la "alegría"
y "celebraciones" en muchos países, al ver como se están cayendo
los símbolos de poder y orgullo de Estados Unidos, siendo a la vez los centros
operativos del capitalismo mundial. Es más, en la época en que vivimos, no
solamente "matan" los ejércitos y las bombas sino también, el dinero,
es decir el juego de los negocios mundiales. Las dos Torres Gemelas, son algunos
de los sitios desde donde los fomentadores de la globalización hacen sus cálculos
de beneficios, proyectan sus planes y estrategias, así impidiendo una vida
digna a millones de personas. En éste sentido, actualizando el Derecho de
la Guerra Internacional, se puede considerar estos lugares, igual que el Pentágono,
como objetos militares, y, entender los que utilizan la palabra "autodefensa".
Ahora, soportamos otra vez esa hipocresía, ese doble moral a la hora de juzgar
los hechos, en que la vida de una persona de occidente parece valer más que
miles de otras partes del mundo.
A ver si estos lideres que se creen tan decentes, cristianos y democráticos
también suspenden sus actividades deportivas, y programaciones, ponen sus
banderas a media asta y guardan silencio con hechos similares, fuera del "mundo
civilizado". De momento responden fielmente a las ordenes de su "Gran
Hermano" Estados Unidos, igual que sus medios de comunicación, formado
por periodistas alojados en hoteles de 5 estrellas, que copian obedientemente
esa versión del atentado , así justificando y preparando la opinión pública
para cualquier tipo de guerra de venganza. Pero de éste modo ellos, y sus
periodistas mercenarios tendrán que considerarse una vez más cómplices, con
sus manos manchadas de la sangre de los que caerán, en el acto de venganza
que espera el mundo según nos muestra la conocida tradición americana.
* Profesor de Derecho Internacional, Málaga, España