|
400 MUERTOS EN EL ESTE AFGANO
El vuelo del halcón
El secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld afirmó ayer
que las fuerzas norteamericanas y sus aliados mataron alrededor de 400 talibanes
y miembros de Al-Qaida desde el inicio, el último sábado, de la
Operación Anaconda, en la que ya murieron ocho soldados norteamericanos.
También aseguró que los combatientes que aún se encuentran
en las montañas de Gardez, al este del país, "morirán
o se rendirán" en pocos días. Para ello, Estados Unidos envió
refuerzos a la región. También ayer, la fuerza de paz multinacional
sufrió un golpe fuerte cuando cinco soldados (tres daneses y dos alemanes)
murieron al estallar los misiles antiaéreos que estaban tratando de destruir
cerca de Kabul.
La Operación Anaconda, que tiene como objetivo desalojar a varios centenares
de combatientes de Al-Qaida y talibanes de las montañas de la provincia
de Paktia, siguió ayer con el incesante ataque de la aviación
norteamericana a las montañas de Arma. Al mediodía, se suspendieron
los bombardeos. Los combates terrestres se concentraron en el valle de Shahi
Kot, a 50 kilómetros al sur de Gardez, capital de la provincia. Tras
un difícil comienzo de la operación, por la fuerte resistencia
que encontraron en los combatientes talibanes y de Al-Qaida, los aliados anunciaron
que mataron alrededor de 400 militantes islámicos. Estados Unidos mandó
ayer refuerzos a la región, incluyendo 220 soldados, hasta 12 helicópteros
Apache y cinco artillados, junto con aviones de ataque de la fuerza aérea
A-10 "Warthog". Además, tres afganos aliados murieron en cinco
días de batalla contra un adversario que ha ofrecido una resistencia
mucho más fuerte de la esperada. Ayer, estrategas norteamericanos reconocieron
haber subestimado el número y la fuerza de los combatientes islámicos.
Además de los cinco miembros de las fuerzas de paz muertos ayer, otros
siete resultaron heridos en el accidente ocurrido en los alrededores de Kabul.
El jefe de equipo alemán, el general Harald Kujat, dijo que los soldados
habían estado preparando una explosión controlada para destruir
dos misiles (SA-3) capturados a los talibanes. "Aparentemente, la explosión
detonó antes de tiempo", sostuvo Kujat.