El bombardeo del sistema telefónico, otra pequeña degradación
Robert Fisk
Traducido para Rebelión por Marina T.
Es difícil llorar por una central telefónica. En verdad, la destrucción del sistema telefónico local en Bagdad es una experiencia miserable para decenas de millares de familias iraquíes que desean mantenerse contacto con sus parientes durante las horas oscuras y largas del bombardeo. Pero la central telefónica destruida y los alambres umbilicales y el cemento roto del Centro de Comunicaciones Internacionales de Mimoun no pueden igualarse a los huesos e intestinos expuestos y la carne destrozada de los civiles heridos de Bagdad.
El punto, por supuesto, es que representa otra de esas pequeñas degradaciones que nosotros (como en "nosotros, Occidente") llevamos a cabo rutinariamente cuando en una guerra no van las cosas a nuestro gusto.
Obviamente, "nosotros" esperábamos que no se llegaría a esto. Los ejércitos Anglo-Americanos deseaban conservar la infraestructura de Bagdad para sí mismos - después de que hubieran "liberado" la ciudad bajo una lluvia de rosas de su jubilosa gente - porque a su llegada necesitarían líneas telefónicas operativas.
Pero después de una noche de explosiones masivas por toda la ciudad, el amanecer trajo ayer la constatación de que las comunicaciones habían sido sacrificadas. El enorme centro de telecomunicaciones Rashid fue alcanzado por un misil crucero que penetró hasta el sótano del edificio. La central telefónica de Karada, donde los Bagdadies pagan su factura de teléfono, estaba rasgada de arriba abajo. Nada más. Porque "nosotros" hemos decidido destruir los teléfonos y todos aquellos sistemas de "mando y control "que pudieran estar incluidos, como de doble uso, en la red.
Así ayer, la mayoría de los Bagdadies tuvieron que atravesar la ciudad en coche para verse; hubo más tráfico por las carreteras que en cualquier otro momento desde que empezó la guerra. También se vino abajo el sistema de Internet de Bagdad. La televisión iraquí, una pálida sombra de sí misma desde que los americanos bombardearon los estudios en la noche del miércoles, solo se puede ver entre un número creciente de cortes de luz.
Así pues, ¿qué es lo que viene a continuación? Cada día trae, desde luego, noticias de acontecimientos que, por sí mismos, no tienen gran importancia pero que, juntos, añaden una dimensión siniestra, nueva, al inminente sitio de Bagdad. Ayer, centenares de jeques tribales de todas partes de Irak se reunieron en el Hotel Bagdad antes de reunirse con el presidente Saddam Hussein.
Las tribus iraquíes, ignoradas por los planificadores y los mandamases militares de Washington que creen que Irak está unido tan solo por el partido de Baath y el ejército, son una fuerza de gran alcance, cementada su unidad por matrimonios y una red de familias leales al presidente Saddam que proporcionan una fuerza tan cohesiva como el mismo partido Baath.
Hombres de las tribus protegen los silos de cereal y las estaciones generadoras de electricidad en los alrededores de Bagdad. Dos de ellos fueron los que inhabilitaron un helicóptero Apache capturado la semana pasada. Y ayer, los líderes tribales vinieron de todo el Irak, de Nínive y de Babilonia y de Basora y de Nasiriya y de todas las ciudades de Mesopotamia.
El Presidente Saddam ya ha dado un sistema de órdenes que dice a la tribus "que luchen [contra los americanos y los Británicos ] en grupos y ataquen sus líneas de vanguardia y retaguardia para bloquear su avance... Si los enemigos se colocan en una posición, comenzad a hostigarles por la noche...
Otro signo de las cosas que están por llegar. Al menos 20 "escudos humanos" internacionales - que hasta ahora "protegían" centrales eléctricas, refinerías de petróleo y plantas de producción de alimentos - decidieron salir de Irak ayer. Lo mismo hicieron todos los periodistas Chinos, tras instrucciones de su gobierno.
Ni todas las optimistas declaraciones del gobierno iraquí, entre ellas una victoria contra los infantes de marina estadounidenses en las afueras de Nasiriya, pudieron cambiar su decisión.
Los ataques nocturnos de hace tiempo, se prolongan ahora a plena luz del día, de modo que el sonido de los aviones y cohetes - de hecho, varias veces he oído los mísiles pasar sobre las calles principales - han adquirido una especie de normalidad. Algunos almacenes han vuelto a abrir. De nuevo hay verduras frescas. Y como toda gente bombardeada, los Bagdadies se están acostumbrando a lo que se ha convertido en un peligro embotado, familiar.
A veces me pregunto, ¿es ésto "conmoción y pavor"?.