"Destape" de un combatiente anónimo
Lucía Sepúlveda Ruiz
Lo que hizo Raúl Castro durante la dictadura pinochetista, sólo se supo
cuando sus compañeros lo enterraron el pasado sábado 19 de junio en el
cementerio Metropolitano de la zona sur de Santiago, Chile. En los homenajes
rendidos por compañeros de militancia, combate y prisión, se descubrió quién fue
realmente 'Jacinto', Raúl Castro Montanares, uno de los héroes anónimo de la
resistencia. El dirigente de la Coordinadora de Ex Presos Políticos, que hasta
poco tiempo atrás fuera dirigente sindical de la Empresa Metropolitana de Obras
Sanitarias EMOS, había sido en los años 80 un combatiente de las milicias de la
Resistencia Popular. Como tal, participó en acciones de propaganda como la toma
de Radio Portales, y en 'recuperaciones' o expropiaciones. Una de ellas tuvo un
carácter simbólico, ya que se rescató la bandera de la Independencia de manos de
la dictadura para ponerla a resguardo en manos del pueblo, y la otra, fue un
asalto a un banco ubicado en un centro comercial de la zona oriente de la
capital, para financiar las tareas de la resistencia.
Murió a los 51 años, súbitamente, por un problema cardíaco. Junto a su féretro
hicieron guardia de honor amigos y familiares que lo velaron en la casa de la
'Iniciativa Miguel Enríquez 30 años', ubicada en Club Hípico 424. Todo un
símbolo, porque Raúl Castro nació justamente un 15 de agosto, fecha que coincide
con el aniversario de la fundación del MIR, la organización que hasta su muerte
lideró Miguel Enríquez, muerto en combate 30 años atrás.
Sus acciones de resistencia
A los 51 años, a 'Jacinto' sólo le pudo vencer su corazón. Sobrevivió a la
Operación Cóndor, ya que fue secuestrado en Perú para ser interrogado y
torturado en Chile. Había soportado diez años en la Cárcel Pública y dos
condenas a muerte. Pero no resistió los nuevos tiempos. Solo, en su domicilio,
como si saliera a hacer en secreto una nueva acción de resistencia, murió a
alguna hora del pasado lunes 14 de junio, el fornido combatiente que en 1981
junto a un destacamento miliciano recuperó la bandera de la Independencia para
devolverla el 2003 al Museo Histórico, exigiendo justicia y verdad para los
caídos.
En esta democracia, se querelló contra la CNI por torturas y luchó siempre por
los derechos humanos y sindicales y contra la impunidad. En dictadura, había
buscado la justicia con las armas en la mano, participando en un intento de
ajusticiamiento del ex Presidente de la Corte Suprema, Israel Bórquez, conocido
por su frase de que los detenidos desaparecidos lo tenían 'curco'. Por esa
acción frustrada fue torturado y encarcelado y debió firmar hasta el año 2002 en
el patronato de reos al ser puesto en los años 90 en libertad condicional.
Orgullo por el padre
Adrián, el hijo mayor de 'Jacinto', lo despidió con orgullo, destacando que él,
y sus hermanos María Valentina, Griselle, Carolina y Francisco; sus madres,
Victoria, Katty y Joana, así como todos los hijos de miembros de la resistencia,
podían públicamente dar gracias a sus padres por su lucha y su entrega
revolucionaria, al contrario de lo que le ocurre a un hijo o familiar de
torturadores.
De origen proletario, Raúl era el segundo de cuatro hermanos. Desde la
adolescencia participaba en las luchas estudiantiles y poblacionales en una
población obrera de la zona oriente de Santiago, y se integró en los años 70 a
la joven organización.
Solidaridad y consecuencia
Raúl Castro debió terminar sus estudios de enseñanza media en la cárcel, ya que
para el golpe militar dejó el Liceo, perseguido por su participación en la
Brigada Secundaria del MIR. Su situación actual, de precariedad económica y
marginación social, era similar a la de muchos ex presos, pero él, dotado de un
gran sentido solidario estaba dedicado justamente a apoyar a los más
necesitados, a través de su trabajo en la Comisión de Bienestar de la
organización de ex presos políticos.
Militante del MIR hasta la fragmentación de esa organización política a fines de
los años 80, Raúl Castro Montanares integraba actualmente la directiva de la
Coordinadora de ex Presos Políticos, donde trabajaba, entre muchos compañeros,
junto a Higinio Esperguer, quien le rindió homenaje emocionado en el cementerio.
Higinio habló de su audacia, arrojo y valentía en la lucha de Resistencia.
Recordó la calidad humana y la lealtad de 'Jacinto' no sólo con sus convicciones
políticas sino con cada uno de sus compañeros, y la capacidad que tenía, como
hombre de pueblo, de relacionarse con todos en la vida y en la cárcel, incluidos
los presos comunes.
Contra la tortura
Recientemente Raúl Castro se había querellado contra los agentes de la CNI que
luego de secuestrarlo en Perú en 1982, gracias a la Operación Cóndor, lo
trasladaron a Chile y luego al Cuartel Borgoño donde fue sometido a toda clase
de torturas, que resistió dignamente. También testimonió ante la Comisión
Nacional de Prisión y Tortura que funcionó hasta mayo de este año, exigiendo
allí el derecho colectivo de los ex presos a una reparación integral y el fin de
la impunidad para los torturadores y asesinos.
Su inesperada muerte parecía a sus amigos un chiste más de Raúl, conocido por su
chispa y humor a toda prueba, su encanto y éxito con las mujeres, y su amor a la
vida.
Alejandra Barrueto, hablando a nombre de la 'Iniciativa Miguel Enríquez 30
años', expresó a su vez: 'Te recordaremos organizando a los ex prisioneros
políticos, encabezando los homenajes, discutiendo de política contingente,
analizando las derrotas, las responsabilidades e intentando reconstruir el sueño
extraviado.'
Como él hubiera querido, la despedida fue entonando 'Trabajadores al poder' el
himno del MIR; luego, la Internacional, y en seguida canciones con guitarra,
incluido un tango. Hubo anécdotas del tiempo de la cana, y festivos testimonios
de los amigos y familiares. Y al final, resonó en la voz desgarrada y fuerte de
Victoria, la madre de su hija Valentina, la vidalita 'Piedra y camino', que
termina diciendo 'De un sueño lejano y bello vida ay, soy peregrino'.