La noche que secuestraron a otras Marías
La noche del 16 de septiembre de 1976 es tristemente recordada, en La Plata, como la "Noche de los lápices"
Esa noche fueron secuestradxs 7 estudiantes secundarios.
Entre ellxs se encontraba María Claudia Falcone (16 años) y María Clara
Ciocchini (17 años) ambas estudiantes de Bellas Artes.
Argentina indymedia
María Claudia y María Clara militaban en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y formaban parte de un grupo de estudiantes que luchaba por el boleto estudiantil. La policía de la provincia de Buenos Aires había dispuesto un operativo de escarmiento para lxs que habían participado de esa campaña, considerada por las Fuerzas Armadas como "subversión en las escuelas". Lxs 7 estudiantes secundarios no fueron lxs únicxs detenidxs-desaparecidxs, luego de ellxs hubo otras detenciones de estudiantes, en su mayoría de militantes de la UES (organización estudiantil que tenía una fuerte vinculación con la agrupación Montoneros).
María Clara, llego a La Plata desde Bahía Blanca, donde colaboraba en la Pequeña Obra con un grupo de monjas tercermundistas. Trabajaban en las villas y barrios pobres, en educación y salud, admiraba al Che y a Camilo Torres, el cura guerrillero de Colombia; leía a Juan Gelman y Pablo Neruda. Entró a la UES en 1973, a partir de su convicción cristiana, a pesar de su padre. Durante 1974 asumió la responsabilidad del grupo UES, a la vez que Perón endurecía el discurso contra la juventud, especialmente Montoneros. En la conservadora ciudad de Bahía Blanca estaba mal vista la militancia, las pintadas "Perón o muerte" hechas por los chicos. La triple AAA ya había comenzado a secuestrar estudiantes. En noviembre de 1975 fueron a buscar a María Clara, en la madrugada, justo una noche en que la familia había decidido dormir en otro lado, por esa razón se fueron a vivir a La Plata.
María Claudia, ingreso a Bellas Artes en 1973, ese primer año fue elegida delegada. Su padre había sido perseguido por su participación en el levantamiento del general Valle; de él heredó la pasión militante y de su madre, Nelva que era maestra, la preocupación por los demás. Siempre regalaba su ropa o incorporaba compañerxs a las comidas familiares. Quería parecerse a Evita. Militaba en la UES, colaborando en tareas de educación y sanidad en las villas. Durante una reunión con otros colegios, para plantear la estrategia a seguir para conseguir la implantación del boleto estudiantil secundario, dijo a un compañero: "Aunque no consigamos el boleto para nosotros, quedará para futuros estudiantes".
Las dos estudiantes secundarias, fueron secuestradas de la casa de la tía abuela de María Claudia. Pasaron por distintos centros clandestinos de detención donde fueron torturadas: Arana, Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5a., 8a., y 9a. de La Plata y 3a. de Valentín Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires.
María Claudia fue vista por última vez; por Pablo Díaz, el día 28 de diciembre del mismo año en Banfield, al igual que a tres mujeres embarazadas que dieron a luz en el lugar. "Yo estaba en calzoncillos, las chicas en ropa interior, algunas sin corpiño..." "A Claudia y a mi nos dijeron que cuidáramos a dos embarazadas que se encontraban detenidas allí, de un grupo de seis: nos encargaron que las vigiláramos y que cuando tuvieran contracciones golpeáramos las puertas para llamar a la guardia". (Pablo Díaz)
Además de las torturas que debieron soportar al igual que los compañeros varones, las compañeras detenidas-desaparecidas, fueron sometidas a todo tipo de abusos y violaciones sexuales, como una forma más de tortura y ensañamiento.
"Un día, María Clara le pidió a uno de los guardias que no la tocara más, que la matara pero que no la tocara más, mientras se golpeaba la cabeza contra la pared" (Pablo Díaz)
Lxs alumnxs de la escuela EMEM N° 7 del barrio de Palermo, por votación, decidieron bautizar a la escuela María Claudia Falcone. "Los nombres no son neutrales, tienen una carga ideológica, definen nuestra identidad".(Matías Woiciechowski, preceptor de la escuela N° 7).
Maria Claudia Falcone y María Clara Ciocchini, no son nombres neutrales, son los nombres de dos compañeras de tantas que fueron detenidas- desaparecidas en la ultima dictadura militar. Son parte de nuestra identidad de mujeres luchadoras, de nuestra historia más reciente y del presente de muchas mujeres que en los piquetes, en las escuelas, en los comedores populares, en las asambleas, en las fábricas, en el campo, en las calles... resisten sin rendirse y son el sosten fundamental de las luchas populares, que sin ellas no son posibles.