GREGORIO Goyito LEVENSON
(1911-2004)
En la madrugada de hoy, miércoles 19 de mayo, dejó de existir Gregorio Levenson,
uno de los últimos sobrevivientes de una generación casi extinguida de
luchadores sociales y políticos.
NAC&POP
Hijo de inmigrantes polacos, se inició en la militancia anarquista de los
astilleros de San Fernando, allá por 1927, cuando fue arrestado por primera vez
durante una protesta obrera por la ejecución de Sacco y Vanzetti.
Jugaba fútbol y llegó a preolímpico en box, cuando en la ciudad de Córdoba se
plegó a las luchas por la Reforma Universitaria y adhirió a la Federación
Juvenil Comunista. Sufrió las persecuciones que desató el golpe de Estado de
1930 y con un flamante título de bioquímico se radicó en Avellaneda. En la zona
fabril
cercana al Dock Sur, se sumergió en las organizaciones obreras de la época. Allí
conoció a su esposa, Lola Rabinovich, y nacieron sus tres hijos.
Fue de los primeros comunistas que asumieron el peronismo. En 1945 conoció al
coronel Perón en la Secretaría de Trabajo y a Evita en varios encuentros con
sindicalistas que se sucedieron hasta 1952.
Destacado fundador del movimiento de promoción de las Pymes, participó también
en la redacción de la célebre Ley de Minería de 1949.
Caído el gobierno peronista se plegó a la Resistencia, a la que contribuyó
además a través de una intensa labor como cooperativista. Y en su laboratorio de
especialidades medicinales de Ramos Mejía lo encontraron los acontecimientos de
la década del 70.
Junto a sus hijos y otros jóvenes militantes de la izquierda revolucionaria, fue
fundador de las Fuerzas Armadas Peronistas y se incorporó en 1973 a los
montoneros como responsable de las finanzas de la organización. Administró el
diario Noticias y otros emprendimientos hasta que salió al exilio. Lo pasó
principalmente en Costa Rica y México, siempre como activo militante de los
derechos humanos.
En 1970, tras un combate, falleció su hijo Alejo. En 1976, defendiendo una
posición montonera, cayó Bernardo. Y en 1977 un comando de la ESMA secuestró y
desapareció a su esposa Lola.
La etapa democrática halló al viejo e incansable Goyo en trabajos solidarios y
en la protección de los llamados chicos de la calle desde su creación de la Red
Azul y Blanca. Sobre el tema elaboró dos trabajos: el primero con Historias de
vida, y uno en el que participaron Raúl Eugenio Zaffaroni y otros especialistas:
Niños y adolescentes de máximo riesgo social. Escribió un Esbozo histórico del
movimiento obrero y rindió homenaje a los caídos en la lucha armada desde 1955
en un texto en colaboración con Ernesto Jauretche: Héroes, historias de la
Argentina revolucionaria. Y volcó sus experiencias de 80 años de militancia en
un libro que llamó De los bolcheviques a la gesta montonera que también publicó
la Editorial Colihue. Deja inconcluso un apunte biográfico de su hermana Raquel
y su amada Lola.