13 de diciembre del 2003
Amnistía Internacional y el premio a la "Comisión de la Verdad"
"La Vela de la Esperanza" en los cuarteles militares del Perú
Luis Arce Borja
La semana pasada, Amnistía Internacional condecoró con la "Vela de la Esperanza 2003" (1) a la Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional. Este galardón según Amnistía es en reconocimiento al "papel trascendental que realizaron, terca y valientemente, para develar la verdad en nuestro país, permitiendo escribir una historia que ha dado voz a los que no han tenido voz durante dos décadas". Teresa Carpio directora de la sección peruana de Amnistía, no se quedó en el simple y festivo halago, sino que aprovechó la ceremonia para hablar al gusto del paladar de Alejandro Toledo y apuntalar su gobierno que se hunde en una espantosa crisis de carácter social, económico, político y moral. Carpio dijo, que "La Comisión de la Verdad y Reconciliación ha contribuido deforma importante en el proceso de transición a la democracia y el camino hacia una verdadera Reconciliación de la sociedad peruana ayudando a crear conciencia histórica".
El evento para premiar a la Comisión de la verdad se efectuó en un lujoso restaurante limeño y en torno a un suculento banquete que estuvo rodeado de vinos importados y finos licores que solo se consumen en los sectores altos de los grupos de poder o en los cerrados círculos de las mafias que funcionan en el tejido social del Estado. Los 15 millones de peruanos en la extrema pobreza solo pueden contemplar este tipo de banquetes en sueños o cuando tienen la suerte de leer alguna revista que publica crónicas de la palaciega vida de reyes, príncipes y princesas europeas. En la opípara cena no faltaron conocidos empresarios, políticos y autoridades del gobierno. Alejandro Toledo, estuvo representado por Manuel Rodríguez Cuadros, viceministro de relaciones exteriores. En varios momentos de la reunión, y al calor de los buenos tragos, se levantaron los vasos para brindar por la "verdad y la democracia" que según los invitados al festín de Amnistía, se había instaurado en Perú a partir de la "Comisión de la Verdad".
La vela incandescente de Toledo
Dejando lo anecdótico de esta apetitosa reunión veamos otros aspectos más importantes. ¿Qué ha premiado Amnistía?. El respaldo de Amnistía a la "Comisión de la Verdad", tiene por los menos tres propósitos fundamentales: Primero, avala y sostiene la campaña del gobierno actual y de la Comisión de la Verdad para encubrir los abominables crímenes y genocidios cometidos por las fuerzas armadas y fuerzas policiales. Segundo, el premio otorgado por Amnistía a la Comisión de la Verdad, busca en lo inmediato oficializar a nivel internacional la mascarada organizada desde el Estado, en torno a que el trabajo de esta comisión ha sentado las bases para una "reconciliación nacional" de los peruanos; y como punto final, el premio de Amnistía, es antes que nada, una condecoración al gobierno de Toledo, por haber hecho del Perú, como dijo en la reunión Teresa Carpio, un país donde ahora se respira la "verdad y la democracia".
¿De qué "verdad" y "democracia" habla Amnistía, y de qué "reconciliación nacional" se trata?. No ha habido ninguna verdad en el informe final de la Comisión de la Verdad. Su objetivo fundamental ha sido encubrir los abominables crímenes de las fuerzas armadas y de los gobiernos de turnos. Los 13 millones de dólares que recibieron los miembros de esta comisión ha sido el jugoso pago a un trabajo sucio dirigido, a justificar una política contrainsurgente criminal y genocida. No hay ningún militar de alto rango que se sienta inculpado con el informe de esta comisión, y por el contrario las fuerzas armadas como institución, se han sentido vanagloriadas con dicho informe. En un caso que la historia lo recordará como un grotesco espectáculo dirigido a maquillar el rostro homicida de los militares, la comisión concluyó que los peruanos asesinados por los militares (según el calculo de esta comisión son 69,280 personas), eran de "responsabilidad de Sendero Luminoso" y no de las fuerzas armadas, "por que estos fueron los que comenzaron la guerra". En otras palabras y según la interpretación de la Comisión de la Verdad, si los militares mataron, lo hicieron en defensa de la democracia, y en tanto ello las miles de victimas que se le adjudica en 20 años de lucha contrainsurgente, no son de su responsabilidad, sino más bien de Sendero Luminoso que provocó la guerra y que atacó la sagrada democracia peruana. Resumiendo lo dicho por esta Comisión, se diría que si bien es cierto que los militares mataron muchos ciudadanos, ellos no son los culpables, sino más bien "Sendero Luminoso" que provocó la represión de parte de las fuerzas armadas. Así de un plumazo, los militares son santificados, sacramentados, y de victimarios han devenido en pobres víctimas sometidas a la tortura provocadora de "Sendero Luminoso". De esta manera los militares tienen el campo libre para que en el futuro (próximo nos imaginamos) puedan ensangrentar nuevamente el país, sin que nadie pueda inculparlos de crimen alguno.
¿De qué "verdad y democracia" habla Amnistía Internacional?. Será acaso la inaugurada por el corrupto gobierno de Alejandro Toledo? Amnistía hace oídos sordos y cierra los ojos frente a una realidad espantosa que nada tiene que ver con un sistema democrático. El Perú de ahora es la continuación del Perú administrado por la mafia dirigida por Fujimori y Montesinos. Cómo se puede hablar de democracia cuando siguen existiendo las cárceles tumbas del país, donde más de 4 mil prisioneros de guerra y presos políticos son exterminados lentamente. Los presos acusados de pertenecer a la guerrilla maoísta son encerrados en celdas de 2 metros cuadrados, sin ventanas, ni luz eléctrica, y ahí deben permanecer casi 24 horas al día (media hora de salida al patio). Algunas prisiones están instaladas en zonas andinas a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar, y donde la temperatura desciende en las noches a menos 15 grados. Cómo se puede hablar de democracia cuando más del 80% de los prisioneros y prisioneras sufren tuberculosis, anemia crónica y otras enfermedades causadas por el terrible sistema carcelario del Perú. La mayoría delas mujeres prisioneras sufren desnutrición y aguda anemia. Como se puede hablar de democracia, cuando los jueces peruanos se guían más por la consigna política del momento, que por el respeto a las leyes. Desde hace más de 10 o 15 años, miles de peruanos están encarcelados injustamente, cuyo expediente está basado en mentiras y montajes policiales. No puede hablarse de democracia, mientras la policía siga persiguiendo a los abogados y familiares de los prisioneros y prisioneras. En la actualidad, por lo menos una docena de abogados(defensores de prisioneros de guerra) están en prisión acusados falsamente de pertenecer a la subversión. De la misma manera, una centena de personas estás detenidas en situación indefinida sólo por el hecho de haber visitado algún familiar detenido.
La "reconciliación nacional", que alaba Amnistía, proviene no del seno del pueblo peruano, sino de las instancias gubernamentales, y su objetivo no es otra cosa que aplicar la política de "borrón y cuenta nueva" y dejar sin sanción a los militares y civiles responsables de miles de asesinatos cometidos desde el aparato del Estado. Aquí nuevamente, tanto Amnistía, así como la Comisión de la Verdad y el gobierno de Toledo, tienen el expreso propósito de encubrir los crímenes cometidas por las fuerzas armadas, fuerzas policiales, grupos paramilitares, y los gobernantes de turnos desde 1980. A partir de la política de "Borrón y cuenta nueva" (reconciliación nacional), no se dice nada de los crímenes cometidos por el gobierno de Acción popular (1980-1985). Durante este gobierno más de 9 mil peruanos fueron asesinados por los militares y policías (cifras oficiales del Senado, Violencia y Pacificación en 1991). Desde esa época se instauró en Perú la tortura, el secuestro y la desaparición de ciudadanos acusados de militar en las filas maoístas. La propuesta de "reconciliación nacional", cae bien para Alan García Pérez, que como se conoce es el responsable principal de la muerte de miles de peruanos en el periodo1985-1990 (las cifras oficiales anotan más de 11,OOO personas muertas en este periodo). Uno de sus más demenciales crímenes fue la matanza de 300 prisioneros de guerra en junio de 1986 en tres penales del país. Y el "borrón y cuenta nueva", cae bien para no juzgar a ningún militar, y dejar a las Fuerzas Armadas como la institución inmaculada y fuera de cualquier sospecha de haber actuado fuera de su misión de proteger "la sociedad, la democracia y el Estado".
Amnistía Internacional: ¿A favor de los derechos humanos?. No es primera vez que Amnistía Internacional se moviliza activamente para favorecer el crimen organizado desde el Estado peruano. En julio de 1993, cuando el gobierno fujimorista se encontraba en la curva más alta de crímenes contra la población (ya se habían cometidos la matanza de los 9 estudiantes y un profesor de la Cantuta, las 16personas de Barrios Altos, la ejecución de 100 prisioneros de guerra en el penal de Canto Grande, etc.), Hands Landolt, responsable en esos momentos de Amnistía Internacional (sección Perú), declaró a la prensa peruana que los "casos de violación de los derechos humanos habían disminuido con el gobierno de Fujimori". (Diario La República, 23 de julio 1993). Posteriormente en mayo de 1994, llegó a Lima Pierre Sané, Secretario general de Amnistía Internacional. A la fecha Perú estaba considerado a nivel mundial como uno de los países con más"violaciones de los derechos humanos", y con el más alto número de secuestros y desaparecidos (más de 5 mil casos de personas desaparecidas), pero sin embargo el secretario general de Amnistía, no tuvo ningún remordimiento en declarar a la prensa peruana, que "eso no significa que el presidente Fujimori tiene una política deliberada de violación de los derechos humanos". Dijo también que "había una mejoría en lo referente a la aplicación de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones de personas". (La Republica, 17 de mayo 1994). En julio de 1994, uno meses después de la visita de jefe de Amnistía a Perú, la señora Cecile Rolin, una dirigente y activista de Amnistía Internacional (sección Bélgica), intentó pescar incautos entre la población belga haciendo creer que a esa fecha "más de la mitad de las víctimas de la guerra interna era imputable a Sendero Luminoso". Era evidente que la declaración de la petite madame Rolin (publicado en la revista de Amnistía Internacional de Bélgica), correspondía a una combinación con la propaganda oficial estructurada por el mafioso gobierno de Fujimori, cuyo eje estaba determinado por mostrar que los militares eran santos en comparación con las criminales fuerzas de la guerrilla maoísta. Pero eso no es todo. Amnistía Internacional (sección Perú) que actúa en este país desde 1982, es decir dos años después que se inicio la lucha armada, es la inventora del famoso término: "Perú entre dos fuegos". Mediante esta terminología se pretendió presentar el conflicto interno del Perú, como si se tratara de una guerra entre subversivos y fuerzas del orden. Un conflicto entre militares y senderistas, y donde la población era víctima indistintamente de ambos bandos.
¿Pero cuál fue el objetivo político fundamental de simplificar hasta la vulgaridad la situación social y de guerra interna del Perú? Los beneficiarios directos de este tipo de propaganda, fue el Estado, los partidos políticos y los gobernantes, que fueron santificados y ubicados en el pedestal de los dioses desde donde se mantenían al margen de cualquier pecado terrenal, y alejados sin ninguna responsabilidad de la cruel guerra entre los malos senderistas y los violentos militares. En este caso, si el Perú estaba entre dos fuegos (militares y senderistas) las victimas eran por un lado la población, y por otro el Estado, sus gobernantes y los partidos políticos oficiales, que no tenían ninguna responsabilidad con la violación delos derechos humanos, los secuestros y genocidios masivos. De esta manera, los tres últimos presidentes, Fernando Belaúnde Terry, o Alan García Pérez, o también Alberto Fujimori, no eran culpables de la conducta brutal y sanguinaria de las fuerzas armadas y fuerzas policiales. Hay que recordar, que el presidente del Perú, de acuerdo ala Constitución, es el jefe supremo de las Fuerzas Armadas, y en tanto ello manda sobre todas las ramas militares. Propagandizar, el supuesto"Perú entre dos fuegos", sirvió no para defender los derechos humanos, sino más bien para encubrir que el Estado, sus gobernantes de turno y las clases políticas representados por sus partidos, son los principales responsables de las casi 70 mil víctimas de la guerra interna peruana.
Bruselas, 11 de diciembre 2003
Nota:
(1). Según la propaganda oficial de Amnistía Internacional (sección Perú) "La Vela de la Esperanza", placa recordatoria, fue institucionalizada desde el año 2000 "para reconocer a las personas que se hubieran esforzado especialmente por defender los derechos fundamentales de las personas". Desde el 2000 muchas personas de dudosa conducta han recibido la "Vela de la Esperanza". Por ejemplo en el 2000 una presentadora de un canal de televisión (canal 5) recibió el galardón de Amnistía. El canal 5 pertenece a Delgado Parker, que en los 10 años de la mafia dirigida por Fujimori y Montesinos, era un asiduo visitante del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) en cuyo laboratorio se estructuraban los programas diarios de este canal. Otro de los premiados en el año 2000 fue Gustavo Mohome Seminario, en esos momentos director y propietario del diario La República. Este diario sostuvo la campaña presidencial de Alan García Pérez (1985-1990), también apoyo la campaña electoral de Alberto Fujimori (1990-2000), recientemente se convirtió en el vocero principal de la campaña electoral que llevó al poder a Toledo. Este diario, le gusta llamarse de "izquierda", pero nunca ha llegado tarde para secundar publicitariamente las campañas dirigidas a encubrir los peores crímenes de las fuerzas armadas.