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Perú

Los tanques otra vez amenazan

Por: J. Yovera.

Patria Roja No es la primera vez que una protesta magisterial genera de parte de la autoridad la imposición de medidas desesperadas como el estado de emergencia, que no es una muestra de fortaleza, sino todo lo contrario. A mediados de los 70s, el SUTEP fue la línea de avanzada de una lucha que se generalizó y sólo acabó cuando cayó el régimen. Por cierto, las diferencias están a la vista: el gobierno de entonces era una dictadura, que después de un lustro y medio era repudiado abiertamente; el actual es un gobierno democrático, incubado en la protesta popular y surgido de las urnas, con apenas dos años de ejercicio y, sin embargo, blanco de la indignación de un pueblo que exige cambios verdaderos y no poses ni maquillajes. Es tal la frustración y el desengaño que el índice de aprobación del presidente está por los suelos. Dígase de paso, las empresas encuestadoras, la mayoría de ellas empobrecidas de ética y de objetividad, empiezan a borrar su vergozo pasado montesinista y son tomadas en serio como referente.
El gobierno toledista pisa las huellas que dejó la mafia a inicios del 92, cuando sacó los tanques a las calles, clasuró el Congreso de la Repùblica, intervino el poder judicial y toda la estructura electoral, además de comprar, dólares de por medio, a la abrumadora mayoría de los mass media. La diferencia está en la forma; no es lo mismo desmontar el estado de derecho para imponer los tanques, que imponer los tanques amparándose en el estado de derecho. En ambos casos la víctima es el pueblo y, por lo mismo, es él quien resiste, como lo hizo contra la mafia, inicialmente de forma lenta, con la paciencia de la gota de agua sobre la roca, hasta que a finales de la década se convirtió en torrene que arrasó la delincuencia. Toledo sabe que él sólo fue protagonista de los dos últimos años de la dictadura. Los que empezaron a mellarla fueron los sectores populares, mucho antes de los 4 suyos, entre ellos el SUTEP conducido por la misma orientación que hoy el toledismo pretende liqudar con la colaboración del senderismo y, a remolque de él, Don Nicolás Lynch, que después de su fracasado tránsito por el Ministerio de Educación, sueña con el partido propio.
El Gobierno de Perú Posible ha preferido imponer el estado de emergencia y los tanques, dice, para abrir las carreteras y los colegios. Lo que en realidad ha hecho es abrir el camino de la indignación de un pueblo que apostó por él porque estaba urgido de cambios, no sólo políticos, sino económicos. La huelga del SUTEP tiene el mérito de haber empezado a unir ese sentimiento y esa demanda, que incomoda tanto al régimen al extremo de otorgarle a los militares la facultad de discernir quién amenaza la "democracia" para reprimirlo. Pobre "democracia" ésta que no es capaz de encarar ni resolver los problemas fundamentales del pueblo. Pobre "democracia" que sus mentores empiezan a creer que los tanques son una bendición. Las palabras del presidente no dejan duda, será firme en la defensa del orden que no es ni por asomo el que el pueblo demanda. Al lado de él, respaldándolo, los duros Silva y Solari, y cumpliendo sus roles de comparsa: Gloria Helfer, la ex izquierdista y ex ministra del educación del fujimorismo; Luis Iberico, el mismo que tuvo la dignidad de enfrentarse a la mafia, hoy haciendo de pontífice alquilado, pretendiendo dar los santos oleos a una protesta que se inicia; David Waisman, que se avergonzaba de la pantomima de democracia que tejían los penélopes de la corrupción; Anel Townsend, convertida por explicable metamorfosis en la Martha Chavez del régimen. Todos ellos saludan y aprueban las medidas tomadas, que no le hacen bien al país, tampoco a los planes del régimen, porque ¿habrá inversión en un país donde los ciudadanos son sitiados por sus propias autoridades? Si algunos creen que democracia es solamente el derecho de sufragar cada cinco años y no entienden que ésta debe tener como centro de su preocupación garantizarle a todas las personas una vida digna, están quedándose en el marco de una democracia de butifarra en versión de comedor popular. Por esa vía crecerá el descontento, que nadie acallará, ni siquiera el estado de emergencia.
PRONUNCIAMIENTO El gobierno del Presidente Toledo ha decretado estado de emergencia nacional para "mantener un clima de paz social y estabilidad"que garanticen "la inversión, el crecimiento y más trabajo", facultando a las FFAA tomar el control de gran parte del país. Consideramos al respecto: No existe justificación para una medida extrema como la asumida. La crisis política y social no es responsabilidad de los maestros y demás trabajadores en lucha. Las reivindicaciones del magisterio, de los campesinos, de los pueblos del interior, son justas. En lugar de respuestas razonables a las mismas vía el diálogo se vuelve a la política del garrote, de la prepotencia del poder, que el Perú conoció durante el fujimorismo. Lo que es inaceptable.
La democracia no tiene asidero allí donde la pobreza crece, se refuerza el centralismo, se abre paso la arbitrariedad como medio de solución de los conflictos sociales mientras, por otro lado, se protegen privilegios para pocos o se deja vía libre a la corrupción.
Un magisterio maltratado permanentemente, cuyos ingresos representan apenas el 25 por ciento de los que tenía en l970, con una educación en crisis permanente cuando debiera ser uno de los pilares fundamentales de un proyecto de desarrollo nacional, necesita ser reivindicado. Suena a burla grotesca la promesa presidencial de duplicar sus ingresos y reclamarse el presidente de la educación mientras se saca los tanques a las calles y se chantajea a los maestros para doblegar su voluntad de lucha.
Para justificar esta medida abusiva el gobierno necesitó promover o sacar ventaja de la acción de sectores provocadores y divisionistas que desde el inicio se esmeraron en dividir al SUTEP, también echar lodo sobre el Partido Comunista del Perú – Patria Roja sumándose a la mendaz campaña anticomunista montada por los servicios de inteligencia . Le entregaron así el pretexto que la derecha necesitaba para preparar el terreno de la represión y el gobierno ilegalizar la huelga. Los trabajadores deben conocer la verdadera esencia provocadora de estos elementos, algunos de ellos agentes de la policía con discurso anarquista.
La declaración de emergencia nacional muestra un gobierno débil, aislado, incapaz para resolver con responsabilidad los grandes problemas del país, incluyendo las justas demandas de los pueblos y los trabajadores. La fuerza, el autoritarismo, la represión, son los medios que le quedan para sostenerse, y no el consenso y la confianza ciudadana que los está perdiendo. Así inician su marcha los gobiernos autoritarios, el único que agrada a la derecha y al oportunismo político.
Exigimos que se levante el estado de emergencia y que se vuelva al diálogo.
La confrontación sólo llevará a agudizar la situación y a polarizar el país.
No habrá estabilidad ni gobernabilidad con las tanquetas dominando las calles, ni desarrollo con un modelo económico como el actual, en crisis en todo el continente, que conduce la economía a la ruina y al pueblo a la pobreza. La represión, la intolerancia, la amenaza, pueden intimidar a un pueblo durante un tiempo, pero al final se impondrá éste con su lucha. ¡No olvide la marcha de los 4 Suyos, Dr. Toledo! Una vez más expresamos nuestro apoyo y solidaridad al magisterio, a los campesinos, a todos los trabajadores en la defensa de sus derechos y en la demanda de sus reivindicaciones justas. Rechazamos la detención de dirigentes sindicales y populares.
¡SÓLO UN PUEBLO UNIDO, ORGANIZADO Y CONSCIENTE QUE JAMÁS SERA VENCIDO! Lima, 28 de mayo del 2003.
Buró Político Partido Comunista del Perú – Patria Roja