Luis Arce Borja
El Diario Internacional
Raúl Gonzales, el "senderólogo" que en la época de Fujimori se alquiló al Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) que dirigía Vladimiro Montesinos, vuelve a la carga para agarrar una "chambita" en las nuevas instalaciones de lo que antes era el cuartel general de la mafia dirigida por Montesinos. Se táctica es conocida, se presenta como el único que conoce "las entrañas de Sendero". González ha desempolvado su viejo libreto antisubversivo y repite como disco rayado sus "fórmulas mágicas" para detener lo que él llama "nueva amenaza subversiva".

Es increíble, pero en Perú los hechos y hasta los discursos se repiten unos tras otros, sin siquiera cambiar una coma o un punto. El mismo libreto, el mismo tono. Así González, para referirse a las fuerzas armadas y el problema de la subversión actual, habla como si estaría en plena década del 90.

González: "Cuesta creerlo pero todo indica que es verdad. Veintitrés años después de iniciado el periodo de violencia terrorista que dejó 25 mil peruanos muertos y millones de dólares en pérdidas, las Fuerzas Armadas, según fuentes consultadas por OJO, parecen estar como en el comienzo, es decir, ni preparados ideológicamente, ni militarmente para enfrentar esta nueva amenaza subversiva que algunos llaman "remanente" o "rearme" de Sendero Luminoso. Un oficial de inteligencia, que por razones obvias no identificamos, reveló a OJO, que desde los años 80 no ha habido, en formación académica de los militares peruanos, una preparación de tratar de conocer lo que realmente es Sendero Luminoso". (7 de julio 2003).

González que conoce bien los cuarteles militares y sobre todo las instalaciones del SIN, emplea este discurso, no porque esté seriamente preocupado de la subversión, sino porque dicho argumento apunta a dos propósitos: Por un lado, mediante el pretexto de la "amenaza subversiva", se pretende investir de inmensos poderes a las fuerzas armadas y fuerzas policiales. Al mismo estilo que en la época de Fujimori, cuando los militares barrían a sangre y fuego pueblos enteros. La lucha antisubversiva servirá en este caso, para reforzar la militarización del Estado y hacer de los militares una vez más los héroes de la película. De otro lado, el discurso del "ganapán" González busca que las fuerzas represivas vuelvan a liquidar a cientos de prisioneros de guerra recluidos en las prisiones del país. Para este fin, este "senderólogo", dice (como lo hizo en la década pasada) que las órdenes para las acciones guerrilleras provienen de las prisiones, y en particular del mismoAbimael Guzmán. Es con este fin que González señala lo siguiente:

".. si se dice que Guzmán tiene una "correa de transmisión" desde su centro de reclusión, por qué el ministro de Justicia o el Inpe no lo aíslan y no ejecutan acciones para modificar el régimen carcelario. Esa sería una acción inmediata. Hace 35 días que se denunció este hecho y nadie hace nada. Y es que no discutimos los problemas que realmente importan.......Es que el segundo semestre va a ser muy crítico. Van a salir terroristas libres, los nuevos juicios serán un problema ....No quiero alarmar a nadie, pero veo un semestre explosivo ..."

Queda claro que este ex funcionario del SIN, junto con buscar la militarización del país, el reforzamiento del poder militar, y el asesinato de los prisioneros de guerra, persigue también "sensibilizar" a las corruptas autoridades peruanas para que dejen sin efecto las libertades de muchos prisiones que de acuerdo al código penal ya cumplieron las extensas sanciones de carcelerías dictadas desde la mitad de los años 80.

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