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Perú

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas

¿Gobiernan los Semecos?*


Ya no asombra que los intentos del ex-primer ministro Luis Solari en comunicarse con el presidente Toledo, el día de ayer, hayan sido inútiles. En cambio, en un acto típico y que no parece solitario, Simio con Ruedas amenaza enjuiciar a Solari. ¿Para eso sirve la ley en el Perú? ¿Para ventilar broncas intestinas, acallar protestas crecientes, distraer la atención pública de terremotos en sus vísperas?

¿Quieren los sectarios parecer inteligentes cuando no son más que brutos audaces?

Las arremetidas contra Beatriz Merino tienen factura con nombre propio. Así lo dice Jorge Mufarech y múltiples voces que sindican a Perú Posible y a su aliado el FIM, como los presuntos responsables. Sin embargo de lo cual Merino tiene que aclarar si es que hubo conflicto de intereses y contrataciones inadecuadas y favoritismos sospechosos en su gestión en la Sunat, porque eso sí que es imprescindible.

¿Persisten los mediocres suponiendo que aquí pueden hacer lo que se les venga en gana por la sola ocasión que les ha llevado a puestos de alta responsabilidad?

El sectario es miope, irrestricto en su torpeza y básicamente un imbécil incurable. Tiene el atrevimiento del trepón y actúa y luego mira los resultados. El mediocre sobrevive, nada en la miasma, sólo se preocupa de tener los 15 y los 30, su cheque de pago y no le importa que el país sea rematado en parcelas, a través de concesiones o privatizaciones hechizas, tramposas. El matrimonio tan común del sectario y el mediocre produce a los corruptos y entonces se logra el anagrama de Semecos: sectarios, mediocres y corruptos.

¿Gobiernan los semecos el Perú?

Años atrás llamé a esta nueva clase social la taradocracia. César Hildebrandt usó el término y enriqueció su significado en un país con cánceres que parecen insalvables porque nos encanta disfrazar la mentira y la endulzamos con el castellano tan rico en palabras y términos huecos. Al político simplón, le llamamos estadista. Y del farsante decimos que ha madurado. Al estafador denominamos empresario y a los vendepatria, tecnócratas. Los pirañas de microbús se sienten consejeros de cualquier cosa y lo único que no olvidan es pasar por caja a cobrar lo que el pueblo les paga inmerecidamente.

Preguntado Luis Iberico de las razones por las que los partidos están divorciados de la sociedad, no tuvo mejor idea que repetir de paporreta una cantidad de frases hechas, que suenan bonito pero que no tienen fondo. ¡Ese es el problema! Se habla por inercia y se repite con fruición todo lo que la gente ¡no quiere oír porque está cansada que le mientan! Si alguien, como Antauro Humala, insinúa fusilamientos, entonces le zahieren y le apostrofan a rabiar, pero, todo indica que los que se sienten en peligro son los que promueven esta clase de reacciones.

Los Semecos son parte de un país que no encuentra vehículos orgánicos desde donde responder a estas bestias peludas. Los partidos sólo sirven para encontrar trabajo del Estado y muchas ONGs mantienen a sus gordos y enriquecidos dirigentes con pretextos muy bien elaborados y muy modernos porque conjugan bien la división actual productiva que han diseñado las potencias económicas.

Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.

*Esta misma columna a las 7:30 pm. por Radio Cora en el programa Desde el Congreso.