¿Líderes o inventos mediáticos?
Señal de Alerta por Herbert Mujica Rojas
Dice un analista de la izquierda caviar que los líderes aparecen por las coyunturas políticas. ¿Querría decir que no es el caso peruano obviamente- si no hay sucesos careceríamos también de estos capitanes sociales? Me temo que en estos días de la sociedad de la información se inventan, también, liderazgos conforme al grado de amistad o compadrazgo que tenga el protagonista con los que trabajan en los medios.
¿Qué pasa con los cientos o miles de actores que no tienen ni por casualidad- acceso ni cercanía a los medios? ¿No existen o son deliberadamente obliterados del escenario porque las más de las veces sus ejercicios guardan una relación muy íntima con el entorno en que actúan? Y que además son los mismos espacios que los sagrados y consagradosdesean como suyos para cosechar votos o respaldos. Lo normal en este país es que sólo existe aquel que aparece en la radio, en el periódico o en la televisión.
Un ejemplo macabro pero absolutamente real. Si su óbito no es anunciado en el sub-decano El Comercio, usted sigue vivo para el resto de la ciudadanía.
Por costumbre y por esa pereza proverbial y lamentable del peruano, hay la costumbre de creer que cuanto dice el diario de La Rifa, deviene en dato serioy tratándose de fallecimientos, de inconcusa información. Felizmente los lustros últimos han dado cuenta de las múltiples trapacerías de la familia dueña y de cómo sus cercanías al poder de turno les posibilitaron buenos negocios.
El hombre o mujer común no tiene pasaporte a los medios. Salvo que represente un rédito o una información (si es gratis, mejor) para la casa editora. Los arquetipos de influencia mediática siguen los mismos patrones.
De repente sus noticiasno lo son, sólo alertas o internalizacionesde sus figuras para estar vigentes”. Así, hemos visto a idiotas profesionales hacerse pasar como analistas, politólogos, estrategas, exégetas, de cuanto ocurre por nuestros pagos. Hasta un simio con ruedas publicó un libro sobre su heroicalucha contra la dictadura fujimorista.
De lo dicho podría inferirse, por desgracia, que hay que comulgar con cuanto predican los medios. Y estos dependen de quiénes los financian, qué negocios hay detrás de sus principales accionistas o dueños y, sobre todo, de un espíritu de cuerpo que predica que sólo los escogidostienen el camino pavimentado. Los outsiders, independientes, reacios a la montonera del pensamiento, son amargados”, aves raras, anticuados o simplemente incómodos y por ello, ignorados por todo lo alto.
Un sector mayoritario, 95% mínimo, de nuestra clase política responde a esta descripción. Jamás cuestiona temas de fondo. Sólo regala masajes en la epidermis o maquilla rostros para asemejar a jueces implacables que se enredan en la garrulería de sus expresiones vacuas.
Acusan a sus adversarios de mafiosos cuando son parte de oligarquías del gesto, socios de la taradocracia que gobierna y adláteres VIP de todas las ONGs come-dólares que fletan estándares de pachá, vientres orondos y faltriqueras llenas.
Conozco por lo menos a dos intrascendentes cuya táctica consiste en homenajearcon desayunos, almuerzos o tragos a sus amigos de la prensa. ¡Eso sí! Es importante que los entrevistende cuando en vez y que también influyan porque les coloquen como líderes jóvenesen las encuestas. Olvidan que así como hoy se les puede hasta reputar alguna influencia decisiva, mañana podrían ser parte del prontuario de un gobierno cuando deja de serlo. ¡La vanidad es una tara sumamente perversa! Tengo para mis adentros que los líderes no pueden ser coyunturales sino permanentes en el tiempo y con solución de continuidad a través de generaciones. Con horizontes nacionales e involucrados en grandes proyectos de larguísimo aliento, pueden ser jóvenes o más añejos, basta que posean ese elan fundamental de querer hacer patria y no negocios.
Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.