Pa�s Vasco
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Manifestaci�n 14A en Donostia: Batasuna tensa la cuerda
Roberto Delgado
La Haine
El debate sobre el conflicto vasco continua colmado de mentiras y
manipulaciones, con un gobierno central que proclama p�blicamente que desea
negociar con ETA "si deja definitivamente las armas". Pretender negociar con su
enemigo de clase exigi�ndole como condici�n que abandone sus herramientas de
presi�n, es como si el gobierno, antes de sentarse a la mesa de di�logo,
liberara a los presos pol�ticos, retirara todos los cuerpos policiales y
organizara un refer�ndum sobre el futuro de Euskal Herria
En este escenario se manifestaron el pasado domingo miles de personas en
Donostia bajo el lema "ahora el pueblo, ahora la paz", con la intenci�n de
presionar pol�tica y medi�ticamente dos mesas de di�logo: no s�lo la del
gobierno con ETA (ahora la paz), sino tambi�n la del gobierno con con los
agentes sociales (ahora el pueblo).
Este lema visibiliza una gran contradicci�n que los medios de comunicaci�n
ocultan permanentemente: el gobierno est� dispuesto a negociar con "los
violentos" pero no con "los pacifistas". �No estaremos, una vez m�s, ante la
demostraci�n de que al poder capitalista s�lo le interesa asegurarse el
monopolio de la violencia y no atender a los intereses y necesidades de la
poblaci�n?
Objetivo: pasar por encima de un estado de derecho fascista
Pareciera que las competiciones con vallas de por medio no s�lo se dan en
Helsinki. En Euskal Herria la izquierda abertzale lleva muchos a�os en una
carrera hacia la paz con justicia social que la burgues�a vasco-espa�ola llena
continuamente de obst�culos.
Antes de la manifestaci�n del domingo, el presidente del gobierno repet�a por
televisi�n que "aquellos que dicen 'ahora la paz' no pueden pasar por encima de
una ley democr�tica". �Qu� democracia puede haber en la Ley de Partidos, que
ilegaliza a cerca del 12% del electorado vasco?
Obviamente a la izquierda abertzale no le queda otra opci�n que saltar las
vallas fascistas de este estado de derecho. As�, reunieron a miles de personas
en Donostia en una manifestaci�n prohibida por el Tribunal Superior de Justicia
del Pa�s Vasco, acto que la clase pol�tica tach� de "desaf�o al estado".
Los medios de comunicaci�n jugaron tambi�n un importante papel, llamando a la
represi�n desde varios d�as antes con im�genes de archivo en que se mostraba "lo
habitual en manifestaciones de este tipo": disturbios y violencia callejera.
Claro, pretend�an prepararle el cerebro al espectador para que lo que luego
ocurri� le pareciera normal: la polic�a antidisturbios carg� contra una multitud
que desarrollaba un acto pac�fico y democr�tico.
Si algo queda claro es que la ley es antidemocr�tica. Por tanto, desafiar al
estado es la �nica salida posible para un pueblo que pretende que se respeten
sus derechos.
A sabiendas de que la respuesta del poder ser� la violencia policial, la
izquierda abertzale lucha por desarrollar la desobediencia social a gran escala.
Por eso en la manifestaci�n del pasado domingo no s�lo estaban presentes los
cacareados "j�venes de la kale borroka". En primera l�nea tambi�n hab�an, al
menos, una mujer de 59 a�os que tuvo que ser atendida por servicios sanitarios
por el impacto de una pelota de goma, y otra de 71 a�os que fue conducida a la
Casa de Socorro herida por otro pelotazo. Y por supuesto mucha gente m�s, de
muchas edades y de muchos colores, aunque a la tele no le guste decirlo.
�D�nde est� el Plan Ibarretxe?
Nadie lo vi�. Antes de las elecciones, el circo pol�tico-medi�tico convert�a al
supuesto Plan Ibarretxe (que, seg�n dec�an, desembocar�a en el "respeto a la
voluntad del pueblo vasco") en algo as� como el fantasma independentista m�s
temido de todos los tiempos. Pasadas las elecciones, dicho Plan se convirti� en
un "desaparecido" m�s. Como defin�a el general argentino Videla a los
desaparecidos/asesinados de la dictadura militar de los a�os 70: "son una equis,
no est�n, no sabemos d�nde est�n, lo que sabemos es que se fueron".
El t�rmino "desaparecido" serv�a para crear confusi�n social, escribir la
historia a partir de falsos conceptos y construir as� la coartada medi�tica de
la dictadura. Bien, aqu� vemos que el Plan Ibarretxe no era m�s que otra
maniobra medi�tica y electoral. Lejana y sacada de contexto, pero hermosa
comparaci�n.
Cuando la burgues�a vasca miente para ganar votos y el gobierno espa�ol miente
para que parezca que quiere dialogar, Batasuna tom� la iniciativa para trasladar
el domingo a la sociedad vasca un claro mensaje: "Nuestro objetivo para el
pr�ximo curso pol�tico ser� la constituci�n de dos mesas de di�logo". No una
se�or presidente, dos.
Si de este proceso, adem�s de lograr el derecho de autodeterminaci�n, la
amnist�a, la derogaci�n de las leyes m�s propias de una dictadura, sale un
movimiento popular m�s organizado y m�s fortalecido, que est� en mejores
condiciones para seguir peleando por otros elementos fundamentales de la
justicia social, la estrategia de la izquierda abertzale de las dos mesas habr�
sido un �xito. Pero muchos obst�culos tendr� que sortear a�n en el camino hacia
la consecuci�n de tal objetivo, teniendo en cuenta que poca democracia y
justicia social pueden emanar de unas mesas de negociaci�n que, como siempre, el
poder entiende como meros instrumentos para la desmovilizaci�n.
La fuerza no sale ni del parlamento ni de la mesa de negociaciones. Quienes
limitan su actividad a estos espacios renuncian a toda transformaci�n (v�ase
CCOO, UGT, IU...), mientras que quienes mantienen la presi�n del movimiento
popular obtienen resultados muy distintos.
De las mesas de negociaciones no saldr� el acuerdo espont�neamente. Habr� que
presionar hasta vencer las resistencias burguesas (vascas y espa�olas).
Pero hay algo muy valioso que, desde ya, est� arrastrando esta lucha popular y
prolongada: la construcci�n de conciencia disidente sobre la base de la
desobediencia a un modelo pol�tico y social profundamente injusto.
robe_delgado@yahoo.com