País Vasco
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Aukera Guztiak
Miguel Castells
Gara
Ese votó a los rojos», «votaron al frente popular»... son frases de la
posguerra. Están en mi recuerdo de los años cuarenta. Con estas frases se
discriminaba socialmente y se perseguía a quienes se suponía que habían dado su
voto en las elecciones democráticas de los años 1931, 1934 ó 1936 a partidos
nacionalistas vascos, republicanos o de izquierdas.
Luego, durante toda mi juventud y también en la madurez, la clasificación en
«afecto al régimen» o «desafecto al régimen» marcó una divisoria para el gueto
de los despojados, de respeto, dignidad y derechos.
Para ejercer la abogacía ante los Tribunales hube de jurar los "Principios
Fundamentales del Movimiento Nacional". Mi primer carnet de abogado en ejercicio
lleva la firma preceptiva del Gobernador Civil.
Muerto Franco mi subconsciente me la jugó. La razón me decía, por lo que veía,
que en las raíces, en el fondo, en lo fundamental, el sistema pervivía; pero
inconscientemente actúe como si existiera una situación de mínimos demo-
cráticos que permitía el progreso hacia la democracia por vías políticas. Fui
uno de los muchos que apoyó públicamente las reivindicaciones de la coalición
electoral Herri Batasuna, en cuyas listas electorales tuve el honor de figurar,
aunque pronto, visto lo visto, caí en el desencanto y me retiré de la actividad
pública política. Me retiré con respeto y admiración hacia los que seguían.
En el año 2002 se ilegalizó a Herri Batasuna y hube de padecer que, como uno de
los argumentos para la ilegalización, el Auto de 26.8.2002 del Sr. Garzón
citase, sin oírme, frases y acciones, de tiempos lejanos. Que estúpida y
demencialmente y, por supuesto mintiendo, me atribuían unos policías,
constituidos en "Unidad Central de Inteligencia" (UCI). Conocí el contenido del
auto por el periódico "El País" (edición escrita y página web) y remití a Garzón
el escrito, del que, a continuación de estas notas, me permito publicar unos
párrafos del comienzo, sobre una de las atribuciones, y otros del final. Lo
publico, a estas alturas, por lo que tiene de ejemplo representativo de la falta
de fundamento con la que los Tribunales están actuando. Lo que unos policías
cualesquiera deciden deviene resolución judicial.
Ahora la Fiscalía del Reino ordena a la policía que investigue a los diecisiete
mil personas que otorgaron su firma en apoyo de la platafoma Aukera Guztiak.
Daba yo por supuesto que, mientras perdure el régimen, el hecho de haber
resultado electo senador por la coalición electoral Herri Batasuna, me
inhabilita para volver a ser elegible. Daba por supuesto que cualquier coalición
a la que yo apoye, pública y/o privadamente, podrá por ello ser ilegalizada.
Bien, esta cuestión me la tomaba, en cierto sentido, como algo personal y, por
lo tanto, carente de interés. Pero se ha dado un paso más, el paso lógico
siguiente: Se ha abierto una investigación sobre todas y cada una de las
personas que dieron su firma para que Aukera Guztiak pudiera constituirse como,
plataforma electoral con el programa de «Por la defensa de todos los derechos
civiles y políticos para todas las personas». Con este paso vuelve a desatarse
la persecución por razón del voto.
La policía decide sobre elegibles y electores. El voto deviene materia policial.
Después de éste, ¿cuál será el paso lógico siguiente? -
* * *
P.D.: Al Juzgado Central de Instrucción nº 5.
(...) he tenido conocimiento del texto íntegro del Auto dictado por el Juzgado
el 26.8.2002. El Auto, reproduciendo un informe de la UCI, se refiere en cuatro
ocasiones a mi persona y dados los efectos procesales, que vincula a dichas
referencias, me hallo obligado a comunicar al Juzgado los hechos que, en
relación con tales referencias, me constan, aportando los medios de
corroboración. Lo hago, en las observaciones que, cada una tras la transcripción
de la referencia con la que se relaciona, expreso a continuación.
I.- Se dice al folio 269 en la página web del Auto: «según los datos aportados
por informe de la UCI (...) 18.02.1978. Durante la celebración de un acto
político en San Sebastián, los dirigentes de HERRI BATASUNA, Francisco
LETAMENDIA BELZUNCE, Miguel CASTELLS ARTECHE y Jokin GOROSTIDI ARTOLA profieren
consignas en favor de E.T.A.».
La información de la UCI al respecto incurre en mendacidad manifiesta.
1.- El Acto político, que dice, no tuvo lugar y además es inverosímil.
2.- Sobra añadir que ninguno de los medios de comunicación locales (Diario
Vasco, La Voz de España, Unidad, Egin y la Hoja del Lunes, editados en San
Sebastián, Deia y El Correo Español, editados en Bilbao), ni los de ámbito
estatal (p.e. El País), recogen la existencia del acto: pero, al menos, Egin y
Deia del 19.2.1978 si recogen la intervención de Francisco Letamendia el día de
autos, es decir el 18.2.78, en un debate público, sólo que el debate tiene lugar
en la localidad de Basauri, Francisco Letamendia interviene en el mismo como
representante de EIA y diputado de Euskadiko Ezkerra (en el Congreso español) y
el tema de su intervención es «la Constitución».
3.- En la fecha 18.2.1978, que el informe de la UCI señala, ninguna de las tres
personas, que refiere, éramos dirigentes de Herri Batasuna. Dicha coalición
electoral no existía, Letamendia era diputado en el Congreso español por
Euskadiko Ezkerra, además de miembro de EIA, y un servidor no tuvo relación
alguna con Herri Batasuna hasta que, con motivo de la selecciones legislativas
del año 1979, dicha coalición le solicitó aceptar ser candidato a senador.
4.- Es un disparate absoluto informar que he proferido «consignas a favor de
ETA».
5.- En relación con el pretendido «acto político», no hubo trámite judicial
alguno, trámite judicial y denuncia policial que forzosamente (art. 359 CP 1973)
hubieran existido en el supuesto de tener alguna realidad la emisión, por parte
de alguna de las tres referidas personas, de «las consignas a favor de ETA», que
la UCI atribuye. (...)
Consecuencia de todo ello. Según indicios que me han venido siendo facilitados,
es que mi ficha policial, tanto en vida como postmortem de Franco, constituye el
debe de todo un ajuste de cuentas, en el que en respuesta a mis intervenciones
profesionales «no gratas», se han ido cargando datos que poco o nada tiene que
ver con la realidad.
Es posible que, por ello, no resulte del todo descaminado, en este caso, el
dicho de un insigne catedrático de derecho administrativo: «La ficha policial es
a la prueba judicial lo que la jaula de grillos a la orquesta sinfónica de Nueva
York». (...).