16 de diciembre del 2002
El debate Garzón-Marcos
Luis Javier Garrido
La Jornada
El debate, que acaso nunca se lleve a cabo entre el subcomandante insurgente
Marcos del EZLN y el juez Baltasar Garzón de la Audiencia Nacional de
España en torno a la justicia en el marco del neoliberalismo, a los derechos
de los pueblos indios y a la situación prevaleciente en el País
Vasco, sería una excelente oportunidad, por la resonancia que podría
alcanzar, para plantear cuestiones capitales que no se están discutiendo
en la actualidad y sobre las que urge abrir un diálogo a nivel internacional.
1. El intercambio de misivas de los últimos días entre Marcos
y Garzón podría llevar no a una descalificación del movimiento
zapatista, como muchos pretendieron hacerlo de manera inútil, sino a
poner en la mesa de debates algunos de los temas centrales del mundo neoliberalizado,
que hasta ahora los intereses dominantes han impedido debatir abiertamente y
en un plano de igualdad entre quienes sostienen posiciones encontradas.
2. La carta de Marcos al roquero español Angel Luis Lara El Ruso con
motivo de la fundación de un Aguascalientes en España (La Jornada
del 25 de noviembre), en la cual emitía opiniones sobre diversos personajes
del conservadurismo español, que suscitó gran encono de políticos
y académicos de la derecha ansiosos de poder descalificar al zapatismo,
y que fuera respondida de manera poco inteligente por el magistrado español
en un largo texto plagado de insultos en el cual retaba al Sub a un debate (El
Universal del 6 de diciembre), así como las cartas de éste al
juez aceptando el reto y proponiendo que dicho encuentro se lleve a cabo en
la isla canaria de Lanzarote, y a las fuerzas políticas españolas
precisando la iniciativa (La Jornada del 9 de diciembre) han abierto así
un posible espacio de discusión de alcances insospechados.
3. El neoliberalismo es ante todo una doctrina de rasgos totalitarios que no
admite cuestionamientos, y los políticos e ideólogos que se escudan
tras de sus tesis no han tenido ante la inconformidad creciente más argumento
que sostener que no hay otra vía posible para organizar a la sociedad
que adoptar ese modelo único y, luego del 11 de septiembre, mostrando
su incapacidad para debatir, están llegando aun a descalificar a todo
crítico e inconforme como "totalitario", "integrista" e incluso "terrorista",
de manera que Garzón no ha constituido la excepción, y eso resulta
más preocupante.
4. En su carta fallida en la cual los argumentos son sustituidos por los insultos,
Garzón se sitúa en la misma línea de George W. Bush y,
con una irresponsabilidad que sorprende en quien debería recordar que
es miembro de la judicatura, pretende perversamente identificar a los miembros
del EZLN como "terroristas" y enemigos de la democracia y asumirse él
como un supuesto "demócrata", como si se pudieran desconocer, por un
lado, las aportaciones de los zapatistas a la construcción de una nueva
democracia sustentada en otra ética política, y por el otro, la
trayectoria zigzagueante y tortuosa de Garzón en el PSOE, primero en
pos de cargos legislativos y luego de una cartera ministerial que nunca le llegó,
y ahora su identificación plena con la derecha de Aznar y con el PP,
a los que tan eficazmente está sirviendo en el caso del País Vasco.
5. ¿Quién puede ignorar, entre otras cosas, que Garzón en más
de 10 años de buscar a los genocidas de Latinoamérica no ha procesado
a uno solo?
6. El incidente es preocupante por el papel que han desempeñado los medios,
como acontece en especial en el caso de España, donde a pesar de estar
involucrados en la controversia personajes públicos españoles,
el asunto no se ha tratado de manera profesional. La primera carta de Marcos
al Aguascalientes madrileño sólo mereció una insignificante
mención en El País (27 de noviembre), la respuesta de Garzón
con su reto fue sintetizada, no muy bien, por el mismo diario (7 de diciembre)
y la aceptación de Marcos del reto de Garzón fue condensada de
manera deficiente por El País, El Mundo y La Vanguardia de Barcelona
(10 de diciembre). Y aunque el hundimiento del Prestige en las costas de Galicia,
que se estima como una de las mayores catástrofes ecológicas de
la historia, ha consternado a los españoles, abriendo enorme polémica
por la responsabilidad de la derecha gobernante española en lo acontecido,
nada justifica la información sesgada.
7. La intolerancia de buen número de periodistas, así como de
medios mexicanos y extranjeros, que falseando la realidad aprovecharon el incidente
para tratar de deformar la realidad linchando al EZLN con imputaciones calumniosas,
y el papel sórdido de algunos académicos y artistas que a fin
de presentarse con una supuesta actitud "políticamente correcta" ante
los grandes poderes trasnacionales y, aun a sabiendas de que mentían,
se sumaron a esa campaña de desprestigio, tienen gran significado en
el contexto actual, pues permiten caracterizar mejor a los poderes trasnacionales.
8. José Saramago lo sintetiza correctamente cuando en la entrevista concedida
ayer a La Jornada (12 de diciembre), al comentar, entre otros textos, el artículo
calumnioso de Carlos Fuentes sobre los zapatistas, afirmó que mucho de
lo publicado en torno al posible debate mostraba una política de "manipulación"
de parte de los medios y constituía "una vergüenza informativa".
9. La discusión que el mundo requiere conocer es sobre la realidad de
las políticas que se están imponiendo en el mundo entero, y que
lo mismo afectan a las comunidades indígenas de Chiapas que al pueblo
vasco o a los pescadores gallegos, pues se sustentan en la misma premisa: los
derechos de las multinacionales están sobre los derechos de los individuos,
de las comunidades y de la nación en su conjunto.
10. El mundo neoliberal actual se halla inmerso en la irracionalidad y no hay
muchas iniciativas para abrir un debate racional en torno a lo que está
aconteciendo, por lo que el encuentro de Lanzarote podría constituir,
de haber voluntad política, un precedente significativo para contribuir
a la construcción de un mundo diferente.