"Hay un acuerdo general, más o menos aceptado, de que la izquierda es una corriente avanzada o progresista respecto de la derecha que suele ser conservadora". A partir de este señalamiento con la precisión y erudición que le son característicos, Octavio Rodríguez Araujo nos presenta un panorama resultado de la reflexión del autor durante mas de 35 años.
Sacudido -nos confiesa- por el levantamiento zapatista, emprende la tarea de estudiar a la izquierda. "Más que definirla, interesaría entenderla, caracterizarla históricamente, ubicarla tanto en su entramado ideológico y consistencia, como en sus posibilidades como corriente frente al nuevo capitalismo que vivimos".
Nos encontramos ante la reconstrucción del largo camino recorrido por la izquierda en los últimos 150 años, haciendo énfasis en los debates teóricos. En este apasionante viaje, Rodríguez Araujo reconstruye avatares, victorias y derrotas. Nos habla de los desafíos prácticos y de las polémicas que los han acompañado, dentro del contexto de movimientos, de luchas específicas.
Por ejemplo, nos dice que la experiencia del primer gran intento de organización internacional de los trabajadores, la Primera Internacional, fundada en Londres en 1864, nos enseña que toda organización amplia y de afiliación plural tiene que basarse en lo que Marx llamaba "comunidad de acción" y no en las formas teóricas aceptadas por sus miembros. Sin embargo, Rodríguez Araujo hace énfasis en que la heterogeneidad en una determinada organización conlleva a muchas imprecisiones teóricas y de objetivos. De allí la importancia de no perder de vista que para el triunfo del proletariado (o su equivalente en la actualidad) es necesario contar con teoría, organización, dirección política, conocimiento científico y programa de acción. Esta afirmación es comprobada a lo largo de la argumentación del trabajo.
Se trata de una reconstrucción analítica y crítica de los "grandes temas", donde el autor toma una posición con respecto a conceptos tales como Estado, cambio social, revolución, reforma, clase social y organización política.
Apunta en su libro que "los mitos y las falacias del pasado en relación con la izquierda no deben repetirse, pero tampoco parece responsable una actitud acrítica ante las nuevas izquierdas por el simple expediente de que son lo que son y lo que hay".
El propósito del autor no es el de presentar una crónica ni una historia, sino la recuperación de los debates de la izquierda desde la Primera Internacional hasta la reunión de Porto Alegre. Rodríguez Araujo busca rescatar la memoria colectiva y a partir de ésta, explicar las derrotas y aportar elementos para reconstruir la teoría.
Al referirse a la corriente llamada "nueva izquierda", correspondiente al decenio de los años sesenta, el autor señala que aquélla "surgió heterogénea, y esta característica la llevó a su fin en corto tiempo, como había ocurrido desde cien años antes con otras comunidades de acción".
Un aporte esencial de la obra radica en el análisis de los nuevos movimientos sociales. Para su autor éstos no han logrado construir una comunidad teórica que proporcione rumbo y sentido a los actores.
En medio de la confusión prevaleciente, el profesor Rodríguez Araujo nos orienta. No podemos perder la brújula, pareciera que nos dice. Desde el punto de vista del politólogo recupera de Marx dos conceptos claves; estos son -como hemos visto- comunidad de acción y comunidad teórica, destacando sus diferencias a lo largo de la historia. De esta manera, si nos arropamos con los términos del marxismo clásico, no hay posibilidad de desencuentro y, a partir de ellos, podemos distinguir de qué tipo de movimientos estamos hablando.
Otro acierto de la publicación radica en el análisis de dos importantes fenómenos actuales: el EZLN y el CGH universitario. Con su lucidez característica ilumina aciertos y errores de ambos y nos permite llegar a conclusiones propias, al margen de discursos maniqueos.
Es, en mi opinión, una lectura necesaria para comprender los rumbos del marxismo, paradigma que mucho dista de haber sido superado. Nos encontramos ante un texto ineludible para los jóvenes (quienes deben conocer y aprender de los éxitos y los fracasos de sus ancestros) y ante un punto de partida para reflexionar sobre los caminos hacia un futuro más justo.