por
TRABAJO, DIGNIDAD
Y CAMBIO SOCIAL
PROPUESTA DE
LOS M.T.D DE RIO NEGRO
En el M.T.D. Aníbal Verón
A TODOS LOS COMPAÑEROS DE LOS MOVIMIENTOS QUE COMPONEN LA VERON
Estas consideraciones que presentamos a todos los compañeros fueron debatidas
en talleres, rondas y finalmente discutidas en las Asambleas de los movimientos
en Río Negro.
No venimos a realizar planteos desde visiones ombliguistas, que solo piensan
mezquinamente en el cuidado del ranchito propio. Los MTDs de Rió Negro, nunca
adherimos a la Verón por una cuestión reivindicativa, sino fundamentalmente
política. Por lo tanto no venimos a tensar las relaciones para mostrar la decadencia
que presupone la despiadada disputa por la distribución de las reivindicaciones,
sino fundamentalmente a realizar un planteo de lo político. Nos paramos desde
la preocupación de lo que presupone un desdibujamiento de la Verón para los
sectores populares. En este sentido observamos con muchísima preocupación la
tendencia a una destructora verticalización de las relaciones internas y sus
proyecciones externas.
Sobre este proceso queremos hacer consideraciones, que no queden solo
en las palabras, sino en testimonios escritos de un pensamiento critico, de
cara a todos los compañeros de los distintos movimientos y los sectores populares,
que constituyen, para nosotros, los verdaderos puntos de referencia.
Nosotros entendemos que la fuerza que demostró la Verón hasta aquí, lo verdaderamente
atrayente por lo novedoso que resulta, es la concepción de ruptura que se ha
puesto en desplegar una práctica de coordinación de nuevo tipo. Esta consistía
en la no existencia de organismos burocráticos y centralizados, sosteniendo
el respeto irrestricto a la participación y democracia desde cada movimiento.
En el cuidado por la preservación de la particularidad y la diversidad de un
conjunto de movimientos distintos. En el respeto irrestricto por los acuerdos
que dieron origen a la coordinación. En potenciar lo diverso. En la coordinación
entendida en cuanto a tener tiempos que les son propios, no sujetos a la coyuntura,
ni al accionar de otras fuerzas externas. En definir los escenarios propios
de la lucha y la confrontación. En la utilización de metodologías radicales
que no se sujetan a apreciaciones externas, sino por el contrario las que surgen
de la creatividad intrínseca de los movimientos. En el rechazo a la verticalidad
y en el no-sometimiento a los caminos que transitan las mediaciones hacia el
estado.
Lo atractivo de la Verón en definitiva consistía en el desenvolvimiento
de una práctica novedosa, cuestionadora de las prácticas burocráticas y en la
política resultante de una coordinación que conjuga relevantemente las aspiraciones
de un conjunto social amplio. En el desenvolvimiento también de voceros diversos,
nunca focalizados, sin liderazgos excluyentes. En pararse en el sostenimiento
de los cursos más radicalizados de la lucha social, aportando nuestra consideración
de TRABAJO, DIGNIDAD Y CAMBIO SOCIAL.
Mientras los ríos de tinta apresuraban las caracterizaciones de la
etapa y avanzaban sobre la apertura de una situación revolucionaria, con fotocopiadas
argumentaciones de textos del siglo pasado, la Verón sostenía un criterio distinto.
La etapa se caracterizaba por un proceso de resistencia, con un marcado carácter
antirepresivo, y la iniciativa de esta consistía en profundizar el vínculo social,
dando muestras de su capacidad de movilización Es que lo novedoso de lo político
se alejaba del anquilosamiento de la política. Emergía así el criterio extendido
del proceso revolucionario, con una autonomía que se solidificaba al alejarse
de los tiempos del Estado. Los aires de libertad que emanaban eran los mas atractivos.
Nos preguntamos entonces, ¿ Qué recaracterización política se coló en el medio?
¿De donde sacan que los reclamos de la sociedad imploran la existencia de un
movimiento político? ¿ Cuales son los motivos de este acercamiento a las concepciones
de la izquierda orgánica? Y aquí es bueno recordarlo. Todos los procesos, sin
excepción alguna, de las revoluciones del siglo pasado, se realizaron pese
a las izquierdas orgánicas, porque fue una nueva radicalidad y nuevas fuerzas
las que irrumpieron y de esto hay marcados precedentes, solo hay que querer
mirarlos. Claro también es una enseñanza de cómo estas fuerzas devinieron en
conservadoras inmediatamente al seguir los carriles del Estado y de la institucionalidad
burguesa. Y mucho más después de la toma del poder.
La Verón aparecía hasta aquí, con marcadas diferencias respecto a las fuerzas
de la izquierda, por su ruptura y radicalidad, por la profundidad de su cuestionamiento
a los cursos de la dominación. Desde aquí se entroncaba con el proceso Asambleario
abierto en la Argentina. Sucede que las distintas fuerzas hoy no pueden expresar
el cuestionamiento y la ruptura, porque no son revolucionarios, no pueden serlo,
no por una cuestión individual, o que se trate de malas personas o incapaces,
sino por que las concepciones verticalistas, que solo piensan y actúan en función
del ascenso al Estado y el poder como meta, no les permite ser cuestionadores
del capitalismo sino mas bien quedan atrapados sistemáticamente en las redes
de la dominación. Por eso expresan lo anacrónico permanentemente. Nosotros seguimos
viendo que pese a que los sectores de poder en el Estado han logrado definir
un proyecto de salida institucional, la crisis de representación sigue abierta.
Y esta alcanza e impacta hoy sobre cualquier intento de representación. Alejarse
de esta radicalidad es perder de vista lo mejor que ha dado en su lucha el movimiento
social de la Argentina.
Solo basta echar una mirada a lo que sucede en el conjunto del movimiento piquetero
para observar ya no solo un proceso de verticalización burocrático de referencias,
sino lo que es más degradante, la utilización de las peores metodologías de
la tradición burocrática del Vandorismo. Y luego la aceptación de subirse a
los carriles del Estado corporativo como proceso de cooptación o asimilación
a las fuerzas del sistema. Es que los acontecimientos del 19 y 20 parecen haber
quedado un siglo atrás. El retomar por parte del gobierno de la iniciativa política
y abrir un curso de reconstitución de lo institucional, no se ha llevado adelante
solo por meritos de los políticos, sino también por la funcionalidad de los
partidos de la izquierda tradicional para ahogar la radicalidad del movimiento
social. Parecería que la Verón también se ve impactada por éste proceso.
LA CRISIS EN EL SENO DE LA VERON
Entendemos que en la Verón se ha abierto una crisis y no queremos caer en superficialidades
que, como tapones quieran obturar, distraer o torcer el debate. En este sentido
aceptamos él desafió de hacer frente a los acontecimientos sin esquivarle al
bulto. Y esta cuestión resulta de aceptar la búsqueda y revisar críticamente
los términos éticos, ideológicos, políticos y del pensamiento que promueven
esta situación. Es decir cuando se abre un proceso de crisis, adoptar una posición
desinteresada y valiente, presupone subirse a la búsqueda de los núcleos políticos,
ideológicos, de visiones y valores que promueven la crisis. De otra manera no
hay búsqueda de superación. No creemos en la manifestación superficial de que
se están cometiendo errores, como lo dicen algunos compañeros. Nosotros preferimos
hablar de CRISIS. La pregunta es si será de superación o de postración.
Observamos que esta crisis tiene emergentes como son, él haber transmitido
posiciones o visiones internas de la Verón a otras organizaciones. El dejar
corre y promover trascendidos a medios de prensa. El reemplazar al debate y
la discusión política por las sanciones y restricciones en la distribución de
los porcentajes de los subsidios de alimentos. El lanzamiento de una publicación
centralizada, reemplazando la elaboración de una prensa que expresaba genuinamente
a los movimientos. La no comunicación a los compañeros de interprensa de esta
publicación, no es solo una vicio de centralización, sino que lo más graves
es la utilización de los mejores métodos del Stalinismo. Aquí la consigna de
dignidad y cambio social, empieza a enflaquecer. Nosotros particularmente
no participamos de la resolución de la conformación de una mesa política. Y
cabe aclararlo, no dejamos de reconocer el estado de asamblea y la necesidad
de algunos debates en tiempo acotados para resolver con prontitud, dentro de
nuestros tiempos. El problema es si esto se establece como un criterio permanente
en el funcionamiento de la Verón.
El llevar los términos de las disputas hasta aceptar las divisiones internas
en un movimiento, en lugar de oponerse terminantemente a estas acciones dispersivas,
es perder la consecuencia con las visiones de la etapa, y dan como resultado,
el dejar precedentes que luego se volverán en contra de cada movimiento de la
Verón y del movimiento en su conjunto.
La pérdida de los tiempos propios y el ceder ante la coyuntura impuesta
por el Estado. El arribar a conclusiones sin que el conjunto de los movimientos
haya realizado sus asambleas, da origen a la superficialidad del análisis
político y los peores vicios de la centralización. La tendencia aparatista de
creer que los problemas de seguridad son de los compañeros de seguridad exclusivamente.
Y así sucesivamente se muestran tendencias a las alteraciones de las conductas
políticas. Y entre las resultantes más negativas debemos señalar que apreciamos
que desde el 26 de Junio en adelante, la coyuntura parece habernos impuesto
el no salir de ella y de allí, cierto entusiasmo por la representación Solo
parecería que resta el avanzar en el vedetismo político y la representación
para quedar atrapados en el disciplinamiento que busca la política y su institucionalización,
en desmedro de las concepciones de lo político. Y aquí no podemos hacernos los
distraídos o los ingenuos con las concepciones que manifiestan la necesidad
de convertir a la Verón en un Movimiento Político.
Observamos muy críticamente él habernos sacado mal de encima a quienes
rompían sistemáticamente los acuerdos, para avanzar luego en un lento proceso
de deterioro de los acuerdos que dieron origen a esta coordinación. Así se cedieron
espacios a Quebracho que mucho costo constituir.
Estamos convencidos que más allá de estas resultantes emergentes, la
crisis que se ha abierto en la Verón tiene que ver esencialmente, con la existencia
de un avance arremetedor de las concepciones verticalistas y burocráticas en
desmedro de la convivencia y de los acuerdos que dieron origen a esta coordinación.
Este avance es violentador de una convivencia armónica e impone términos que
pueden concluir horadando y rompiendo a la Verón.
En este sentido entendemos que la prevalencia de la unidad esta ligada
a la voluntad que pongamos en retomar los acuerdos originarios y en desarrollar
nuevos acuerdos que respeten terminantemente las diferencias, las independencia,
las particularidades, la pluralidad y la coordinación entre el conjunto mas
extendido de todos los compañeros de los movimientos, por sobre todas las cosas.
Estamos de acuerdo en avanzar en una concepción y una práctica creativa, no
repetitiva, sino novedosa de movimiento de movimientos. Ello supone una superación
de la mera coordinación, en donde se profundice el sentido del anticapitalismo
y la búsqueda de una nueva sociabilidad, en donde los valores del hombre nuevo
se efectivicen desde ahora, y la ética y la moral revolucionaria no estén regidas
por un tribunal, una conducción o los comisarios políticos sino que descansen
en la custodia del conjunto de los compañeros que componen los movimientos.
En donde se constituyan espacios de lo político por afirmación de la confianza
en cada compañeros que participe circunstancialmente, pero en una disposición
que ponga constantemente en el conjunto de los compañeros de todos los movimientos
el custodio de los acuerdos, las resoluciones y de las prácticas metodológicas
con que se dirime lo político. Con horizontalidad, democracia directa, con
ampliación social y protagonismo social extendido, con crecientes grados de
articulación y apertura. Con respecto de las diversidades y especificidades
de cada movimiento. Donde seamos poseedores de un sentido de nuestros propios
tiempos y espacios. Sin subordinación a los tiempos del Estado y sus cronogramas
represivos y dominantes constantes.
El enquistamiento de una conducción, conlleva inmediatamente la implementación
de la subordinación y luego el lento repliegue del protagonismo del conjunto
y su reemplazo por el sentido de la disciplina y obediencia.
... Rechazamos el criterio de Movimiento único, Movimiento Político
o Conducción de Movimientos, ya probados en la historia que son formas y contenidos
que concluyen en prácticas reproductoras de dominación, subordinación e inexorablemente
más capitalismo.
Entendemos que si de lo que se trata es de luchar contra el capitalismo, no
se trata solo entonces de declaraciones, de no pago de la Deuda externa o basta
de explotación, sino también y fundamentalmente en no someternos a las prácticas,
los carriles, las instituciones y los valores en definitiva, del capitalismo
y la dominación.
Por estos motivos proponemos un funcionamiento por áreas que tome las actividades
del Movimiento desde una práctica participativa, rotativa, con revocación inmediata
de tareas para quienes no se atengan a los acuerdos establecidos por los plenario.
Este último, organismo máximo de resolución democrática, desde donde emanen
las tareas a realizar para las actividades que se acuerden. Sin estructuras
permanentes, que tiendan al anquilosamiento por estacionamiento de sus miembros.
Aquí debería estar la riqueza participativa, formativa y fundamentalmente abierta
del funcionamiento de la Verón.
Por último pensamos que la crisis actual que observamos, puede ser una crisis
de superación. Desde lo poco que podemos hacer, estamos dispuestos a jugarnos
en esa perspectiva de la Verón, que es lo mismo que decir por el conjunto de
las expresiones y experiencias de los MTD, que han abierto en este país, un
surco histórico de lucha consecuente contra el sistema capitalista.