El fin del retorno de los brujos … ¿Por fin?
Profesor J
Powels y Bergier cuando escribieron su texto sobre los misterios del triángulo de las Bermudas y otros, simplemente hicieron un remake que tuvo gran éxito de ventas. Por esa mismo época Jean Jacques Servant Schreiber lanzaba su libro el Desafío Americano tratando de elevar a Europa a la enésima potencia. Mitos van, mitos vienen, todos ellos jugando con el imaginario y el estricto espacio de la subjetividad donde habitan o se depositan conceptos, manipulaciones, voladores de luces, marketing, etc. que trataban de llenar los vacíos producidos por la pos-guerra donde además de la dignidad, se había perdido de pleno la identidad. Los franceses habían sido vapuleados en Argelia por la resistencia local y después profundamente heridos en Dien Bien Phu. Los frentes populares son un asco y La Peste de Camus se transforma en libro de cabecera de muchos y la utopía socialista se hacía pedazos en manos de la que llamaron revisión del estalinismo por parte de Kruschev, que era más papista que el Papa, o sea, peor que Stalin. Estados Unidos luego riega el sudeste asiático con napalm horrorizando al mundo que aún no curaba las llagas producidas en Hiroshima y los Beatles vienen a colocar un bálsamo delicado sobre las heridas del planeta, los hippies se llenan de flores y los estudiantes de París salen al asalto de las torres del poder para dar alas a la imaginación.
Hoy día, ante las amenazas de guerra y el aumento de la represión en muchos países, hacen falta nuevamente los Beatles, esos hippies y esos estudiantes soñadores, pues esto está lleno de brujos y manipuladores.
Tenemos a los descendientes de Powels y Bergier, cruzados extramaritalmente con Servant Schreiber, en Le Monde Diplomatique, la cueva del retorno de los brujos, que más bien parece la familia Adams con la Susan George que se eriza cada vez que le hablan en francés. Ellos mandaron a su druida sofista Bernard Cassens a attacar, o sea, predicar la buena nueva a los aprendices de brujos desparramados por el mundo y atraerlos a los recónditos misterios de la conciliación con el capital. El gran
icono-paradigma o neo piedra filosofal sería esta vez, pasmen, la humanización del capitalismo hasta tener con que substituirlo …
La solución exacta!
Así se ahorran las limosnas en la puerta de la iglesia. Llaman a algunos capitalistas, los invitan al Forro-circo de Porto Alegre financiado por la Fundación Ford cuyos ejecutivos quedan encantados por la elegancia y dignidad del proyecto de disfrazar la cruel dominación capitalista con una lluvia de aspirinas y preservativos que serían arrojados sobre los pobres del mundo. Por si las moscas van a revisar el capítulo de la Biblia que habla del maná que alimentaría a la población merced a la bondad de los brujos, digo de los dioses, y les gusta más aún el asunto. Alencar se coloca zapatillas de bailarina y sale a danzar el vals de la alianza con Lula y cuando entra al palacio de las maravillas el coro del PT le canta la quinta sinfonía de Beethoven con letra de que todos serán hermanos, aunque un tanto fuera de tono por culpa del Frei Beto que hace de director de orquesta con la varita de Merlín sin conseguir afinar la puntería y también por culpa de algunos del MST que se salen de la fila ardiendo por ir a ocupar tierras o del MTST que acaba de protestar ocupando la alcaldía de los compañeros del PT-Alencar. En fin que no todos se dejan hipnotizar por estos aprendices de Mandrake.
El coro de los brujos lanza la grosera mentira de que Lula es progresista y comienzan a llamar a los empresarios de compañeros para disimular, como el compañero Alencar, mega-empresario feliz de que los capataces del PT controlen ferreamente a los trabajadores de sus fábricas. Así cualquier capitalista se suma a los brujos de la humanización.
El otro mito resultó ser Gutiérrez. Debe pasar de varios metros de alto la cantidad de textos que los brujos dedicaron para convencer a los incautos de que vendría el eje Chávez-Lula-Gutiérrez a enfrentar a los demonios del norte, para luego levantar cortinas de humo para disimular su ignominiosa tergiversización, ya que tanto Lula como Lucio, digamos el eje Lulú, usaron esos textos en tareas que no se pueden efectuar en público y tienen que ver con la higiene corporal.
Cuando decimos esto, los muy atrevidos simpatizantes de ellos se enojan más encima porque les desenmascaramos las mentirijillas. Pretenden que nos quedemos callados por una ilusoria unidad donde los muy verdugos sólo nos llevan de ojos vendados a la guillotina.
No, señores neo-brujos!
Unidad con el capitalismo, no!
Quédense con su fenecido eje Lulú y con sus varitas mágicas, que nosotros preferimos mascar hoja de coca.
Profesor J
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