15 de agosto del 2003
Entrevista a Alain Touraine
El gran retroceso de los medios de Estados Unidos
David Sendra, Brecha
-¿Qué opinión le merece la labor realizada por los grandes medios
de comunicación estadounidenses a la hora de cubrir la guerra en Irak?
-Un rechazo total. Estuve presente en Nueva York en febrero y marzo, es decir
antes de la guerra y durante su primera fase. Me llamó la atención
la casi total ausencia de información y de debates en los medios. Como
muchos, tuve varias oportunidades de comparar CNN con BBC World. Los ingleses
informaban, los estadounidenses presentaban reportajes técnicamente impresionantes,
pero que no iban más allá de los comunicados militares. En cuanto
a los periódicos, el New York Times, que es el único diario realmente
nacional de Estados Unidos, después de un largo silencio abrió
un debate, pero muy limitado. Tengo una experiencia larga de la vitalidad de
la opinión pública en Estados Unidos (por ejemplo durante la guerra
de Vietnam), de tal manera que estoy impresionado por el retroceso que se está
llevando a cabo ahora. Esta situación me parece muy peligrosa para la
vida democrática de Estados Unidos.
-Tras los acontecimientos del 11 de setiembre, ¿cómo ve la salud de la
libertad de expresión?
-A partir del 11 de setiembre la lógica predominante en el mundo y en
especial en Estados Unidos no es más una lógica económica
y financiera sino una lógica ideológica y bélica.
-Usted sostuvo que Lula podrá demostrar que es erróneo que no
se pueda hacer nada frente a la dictadura de los mercados. ¿Cómo está
viendo sus primeras medidas políticas? ¿Y cómo analiza las primeras
medidas del nuevo presidente argentino, Néstor Kirchner?
-La importancia de la victoria de Lula es que por primera vez en un gran país
latinoamericano se dice claramente que la democracia debe ser escogida como
camino hacia reformas sociales, y no la revolución. Este cambio fundamental
no hubiera sido posible sin el fortalecimiento del Estado y las reformas de
tipo socialdemócrata llevadas a cabo por los gobiernos de Fernando Henrique
Cardoso. Pero también Lula mismo dio la prioridad a la construcción
de instrumentos propiamente políticos. Existen todavía fuerzas
importantes que creen solamente en la revolución como instrumento de
cambio social. El gobierno de Lula tendrá que mantener cierto equilibrio
entre todas estas fuerzas.
En cuanto a Argentina, gracias a la política del ex presidente Eduardo
Duhalde y a las primeras iniciativas de Kirchner, se ha escapado de un riesgo
muy grande y muy inmediato de violencia política y de ruptura del orden
constitucional. Tengo gran confianza en la capacidad de Argentina de levantarse
y avanzar porque este país tiene muchos recursos humanos. A pesar del
'brain- drain' (la fuga de cerebros), lo más urgente es que se forme
una clase dirigente, una oposición social y un liderazgo político
en un país que durante las últimas décadas ha sido dirigido
desde afuera por el sistema financiero y bancario mundial más que desde
adentro.
Por otra parte, de manera general, y a pesar de la tentación normal de
pensar en soluciones para todo el continente, la construcción de un sistema
continental me parece fuera de alcance y destinado a fracasar. El único
proceso posible y necesario es el renacimiento del MERCOSUR y su transformación
rápida en un centro de decisión económica y política
autónoma. No hay capacidad de decisión posible en un continente
tan diverso como América Latina. La misma observación se aplica
a la Unión Europea.
-¿Cómo se inserta la estrategia de promoción del ALCA en un contexto
en que Estados Unidos no duda en basar su dominación en la fuerza bélica?
-La transformación brutal y total de la política estadounidense
deja la prioridad a metas bélicas e ideológicas, no deja ningún
lugar para una política latinoamericana porque los países del
continente no tienen ningún peso en la formación de esta nueva
geopolítica. Eso puede tener aspectos positivos para los países
del continente. En particular porque el tema de la globalización es menos
importante que el tema de la hegemonía política, el ALCA tiene
menos importancia simbólica y a la vez los países latinoamericanos
tienen una cierta capacidad de iniciativa política, pero hoy como siempre
depende básicamente de los mismos países que se tomen iniciativas
políticas. Agrego que no puede haber iniciativas políticas importantes
que no estén fuertemente vinculadas a programas de cambio social y en
consecuencia de movilización popular.