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La Izquierda Debate

8 de enero del 2004

Ideas para la lucha [9]
Respetar las diferencias y flexibilizar la militancia

Marta Harnecker
Rebeli�n

1. Todav�a existe en la izquierda una dificultad para trabajar con las diferencias. La tendencia, especialmente de los partidos de clase, fue siempre tender a homogeneizar la base social en la que actuaban. Si eso se justific� alguna vez dada la identidad y homogeneidad de la propia clase obrera con la que trabajaban prioritariamente, en este momento es anacr�nico frente a actores sociales tan diversos. Hoy se trata cada vez m�s de la unidad en la diversidad, del respeto a las diferencias �tnicas, culturales, de g�nero, y de sentimiento de pertenencia a colectivos espec�ficos.

2. Se hace necesario realizar un esfuerzo por encauzar los compromisos militantes partiendo de las potencialidades propias de cada sector o individuo , sin buscar homogeneizar a los actores. Es importante tener una especial sensibilidad para percibir tambi�n todos aquellos puntos de encuentro que puedan permitir levantar, a partir de la consideraci�n de las diferencias, una plataforma de lucha com�n.

3. Este respeto a las diferencias debe reflejarse tambi�n en el lenguaje. Es fundamental que se rompa con el viejo estilo de pretender llevar mensajes uniformes a gente con muy distintos intereses. No se puede estar pensando en masas amorfas, lo que existe son individuos, hombres y mujeres que est�n en distintos lugares, haciendo cosas diferentes y sometidos a influencias ideol�gicas diferentes; el mensaje tiene que adoptar formas flexibles para llegar a ese hombre concreto.

4. Cuando todos los discursos y los mensajes vienen hechos de la misma tela y se trasmiten de la misma forma y con las mismas palabras, pronunciadas en el mismo tono y por el mismo meg�fono, cuando pasan los a�os y la pinta y la consigna no cambian, la palabra se deval�a. Es moneda que ya no compra la imaginaci�n de nadie.

5. Hay que individualizar el mensaje, pero sin perder de vista los objetivos comunes.

6. Y nos parece iluminador este tema del respeto a las diferencias para examinar el tema de la crisis de la militancia. Como es de todos conocidos, durante estos �ltimos a�os se ha producido una crisis de militancia bastante generalizada, no s�lo en los partidos de izquierda sino tambi�n en los movimientos sociales y en las comunidades cristianas de base, que no es ajena a los cambios que ha sufrido el mundo. Sin embargo, junto a esta crisis de militancia en muchos de nuestros pa�ses se ha dado paralelamente un crecimiento de la influencia de la izquierda en la sociedad, y aumenta la sensibilidad de izquierda en los sectores populares.

7. Esto hace pensar que uno de los factores que podr�a estar en el origen de esta crisis es el tipo de exigencias que se le plantean a la persona para que �sta se pueda incorporar a una pr�ctica militante organizada. Habr�a que examinar si la izquierda ha sabido abrir cauces de militancia para hacer f�rtil esa creciente sensibilidad de izquierda en la sociedad, porque no todas las personas tienen la misma vocaci�n militante ni se sienten inclinadas a militar en forma permanente. Eso fluct�a dependiendo mucho de los momentos pol�ticos que se viven. No estar atentos a ello y exigir una militancia uniforme es autolimitar y debilitar a la organizaci�n pol�tica.

8. Hay, por ejemplo, quienes est�n dispuestos a militar en un �rea tem�tica: salud, educaci�n, cultura, y no en un n�cleo de su centro de trabajo o en una estructura territorial. Hay otros que se sienten llamados a militar s�lo en determinadas coyunturas (electorales u otras) y no est�n dispuestos a hacerlo todo el a�o, aunque en momentos claves de la lucha pol�tica siempre se cuenta con ellos y en su vida cotidiana promueven el proyecto y los valores de la izquierda.

9. Tratar de encasillar a la militancia en una norma �nica, igual para todos, en una militancia de las veinticuatro horas del d�a y los siete d�as de la semana, es dejar fuera a todo este potencial militante.

10. Tenemos que crear un tipo de organizaci�n que d� cabida a los m�s diferentes tipos de militancia, donde se admitan diversos grados de formalizaci�n. Las estructuras org�nicas deben abandonar su rigidez y flexibilizarse para optimizar este compromiso militante diferenciado, sin que se establezca un valor jer�rquico entre ellas.

11. Una de las cosas criticables de la organizaci�n leninista de partido es haber uniformado las instancias org�nicas sin tener en cuenta la diferencia de cada medio social. Las c�lulas o n�cleos se estructuraban en forma exactamente igual en todos lados sin tener en cuenta lo espec�fico de cada �mbito: una f�brica no es igual a un latifundio o a una escuela universitaria o a un canal de televisi�n.

12. Para facilitar esta militancia diferenciada se hace necesario adaptar la estructura y los organismos de base a la naturaleza del medio en que se desenvuelve la actividad militante.



Bibliograf�a de Marta Harnecker sobre el tema

- La izquierda despu�s de Seattle, Siglo XXI Espa�a, 2002.

- La izquierda en el umbral del Siglo XXI. Haciendo posible lo imposible, Publicado en: M�xico, Siglo XXI Editores, 1999; Espa�a, Siglo XXI Editores, 1� ed., 1999, 2� ed., 2000 y 3� ed., 2000; Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, 2000; Portugal, Campo das Letras Editores, 2000; Brasil, Paz e Terra, 2000; Italia, Sperling and K�pfer Editori, 2001; Canad� (franc�s), Lant�t �diteur, 2001; El Salvador, Instituto de Ciencias Pol�ticas y Administrativas Farabundo Mart�, 2001.

- Vanguardia y crisis actual o Izquierda y crisis actual, Siglo XXI Espa�a, 1990. Publicado en: Argentina, Ediciones de Gente Sur, 1990; Uruguay, TAE Editorial, 1990; Chile, Brecha, 1990; Nicaragua, Barricada, 1990. Con el t�tulo Izquierda y crisis actual: M�xico, Siglo XXI Editores, 1990; Per�, Ediciones Amauta, 1990; Venezuela, Abre Brecha, 1990; Dinamarca, Solidaritet, 1992.
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