VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
La Izquierda debate

28 de enero del 2004

El discurso político en América Latina
El cuento como instrumento político

Luis Arce Borja

El cuento como género de la literatura es una maravilla de la comunicación a través de la palabra. En el uso de la ficción o del más crudo realismo el cuento hace vivir la realidad presente o pasada. En las épocas más antiguas de la humanidad, el cuento estaba relacionado al viejo sabio y al maestro, quienes explicaban la historia y la costumbre de los hombres a través de la palabra.

Pero el cuento, como instrumento político, no es un género de la literatura, sino más bien del fraude y del engaño. El cuentista político no tiene originalidad y es repetitivo hasta el cansancio. Su tema es de carácter fabulador en el término vulgar del cuento. En el cuento del político, no existe la fantasía ni la realidad, sino más bien la trampa y la ambición personal del autor. En cada una de sus líneas hallamos la personalidad torva y delincuencial del político. Los cuentistas políticos se parecen a los bufones de la edad media, cuyo afán no era ya contar la historia y las costumbres, sino alegrar la vida de los holgazanes nobles y reyes. Si en el cuentista verdadero, predomina una ruptura con la mediocridad, en los cuentistas políticos la mediocridad esta instala como medula y columna vertebral. Si el verdadero cuentista adorna la vida para hacerla más placentera, el cuentista político adorna el discurso no para hacer menos penible la vida, sino más bien para delinquir y vivir en base al sufrimiento de la población. Estos cuentistas (los políticos) no son como Cervantes que prefirió ir a prisión para salvar su libertad de pensamiento. Estos son mercenarios, que no piensan por ellos mismos, sino más bien por el patrón de turno.

Latinoamérica está repleta de cuentistas políticos. Estos son mentirosos hasta la vulgaridad que bien podrían competir con los vendedores de "cebo de culebra" del Perú (1). Los cuentistas más afamados provienen indistintamente de las canteras de la derecha tradicional o de la izquierda oficial. En un concurso "literario" entre ellos lo más difícil sería determinar al campeón. En Perú por mencionar un ejemplo que proviene de la derecha. Alan García Pérez, líder del APRA y expresidente del país, que ya ha adelantado su campaña electoral, dice que si él retorna al poder, solucionara el problema de la miseria y de la corrupción en el país. La población peruana aún recuerda el trauma que significó los años de gobierno del derechista Alan García (1985-1990). En esa época, no sólo fue el hambre y la miseria lo que azotó a la mayoría de la población, sino también la represión, el crimen organizado desde el Estado, y la corrupción generalizada en las instancias del gobierno. El Mismo caso peruano se puede ver en Argentina, donde Néstor Kirchner, utiliza el cuento del "antiimperialista", pero que actúa como el más dócil proimperialista latinoamericano. El ejemplo vale también para Brasil, donde Lula, habla y jura que gobierna para los pobres, pero la realidad muestra que el presidente de este país no es otra cosa que una ficha de recambio político del imperialismo y los grupos de poder.

Pero la derecha y sus cuentistas profesionales (con más de 180 años de experiencia a cuestas), no es el tema que nos interesa en este artículo. Nuestro propósito es mostrar (a través de algunos ejemplos más recientes) como la izquierda "democrática" y aquella que le gusta llamarse "revolucionaria" y hasta marxista-leninista, es tan parecida a la derecha que como cuentista nada tiene que envidiarle a los más talentosos (mentirosos) de la crema y nata de la derecha tradicional.

Veamos los casos más recientes.

Empecemos por el Perú

Hasta antes de 1980, cuando Perú estaba en "calma chicha", y nadie se atrevía a amenazar al gobierno ni con una pistola de agua bendita, el grupo que se denomina "Patria Roja", decía y gritaba: "el poder nace del fusil". En cada mitin o asamblea sus dirigentes se presentaban con un fusil tallado en madera en las manos. ¿Qué pasó con el fusil?. En mayo de 1980, el Partido Comunista del Perú (PCP) que algunos conocen como "Sendero Luminoso", dio inicio a la lucha armada, y "Patria Roja" prefirió esconder su fusil de palo en salvaguarda de que alguien lo acuse de subversivo. Hizo un viraje de 180 grados en sus discursos (cuentos) políticos. Guardó en el baúl de los recuerdos su alharaca y todas sus fanfarronadas respecto al poder y a la lucha armada. Se embarcó en la "lucha" parlamentaria, y algunos de sus dirigentes se apoltronaron como "padres de la patria" (parlamentarios). Desde el recinto parlamentario y otras instancias del Estado, no sólo renegaron de la lucha armada, sino que incluso fueron cabecillas de grupos paramilitares (rondas) que el ejército utilizó para combatir la guerrilla maoísta.

Pero, si bien es cierto que "Patria Roja", ha cambiado de giro comercial (hablando de política) y de consigna, no ha renunciado a seguir estafando y engatusando a los infelices peruanos. Se sigue llamando una organización que "apuesta por el socialismo" y la revolución, pero sin embargo no tuvo empacho en llamar a los electores a votar por el "progresista" Alan García Pérez"1985-1990), y no tuvo ningún problema para repetir el plato (apoyar electoralmente) al "antiimperialista" Alberto Fujimori (1990-2000), y después en 2001 hacer lo mismo con Alejandro Toledo. Pero Patria Roja, que ya no habla ni en sueños del "poder nace del fusil", sigue escalando peldaños en el tabladillo de la derecha. Recientemente Alberto Moreno, "dirigente histórico" de Patria se ha reunido con los lideres del APRA para concretizar una alianza electoral cuyo objetivo es llevar una vez más a la presidencia de la República a nada menos que al derechista y pro imperialista Alan García Pérez.

Pero no se crea que en Perú solo "Patria Roja" tiene el privilegio de cambiar de color como el camaleón. Nada de eso. Otro ejemplo bastante fresco es Javier Diez Canseco, uno de los saurios parlamentarios de la izquierda oficial y que también hasta 1980 hacia gárgaras matinales con la palabra revolución. Este personaje que desde hace 24 años engorda en los pasillos parlamentarios del Perú, no sólo se sigue llamando de izquierda, sino que proclama que su "lucha es por el socialismo". Diez Canseco, igual que toda la izquierda oficial del Perú, ha sido compañero de ruta y auspiciador electoral de Alan García, de Alberto Fujimori y de Alejandro Toledo. Pero ello no lo inhibe cuando se refiere al socialismo. Así lo afirma él mismo: "Si nos preguntan por qué persistir en el socialismo, bastaría constatar que los problemas que le dieron origen siguen presentes y, en muchos casos, se agudizan". (Javier Diez Canseco, publicado por el diario La República, enero 2004). Igual ejemplo se puede encontrar en Henry Pease, actual presidente del Parlamento peruano y militante del partido de Toledo. Este personaje, que ha sido candidato presidencial de Izquierda Unida varias veces, siempre le ha gustado llamarse "socialista", pero sin embargo ha recorrido casi todas las tiendas políticas de izquierda y derecha. Antes de ingresar abiertamente a la política estuvo enganchado 20 años en una ONG financiada por transnacionales manejadas por la socialdemocracia Europea. Se metió en Izquierda Unida (IU), y paralelamente apoyo al gobierno aprista. Después, cuando IU se hizo trizas, se convirtió en fujimorista, y también fue miembro del partido electoral de Javier Pérez de Cuellar. Ahora es el más ferviente partidario de Alejandro Toledo, y recientemente se ha puesto a la cabeza de los auspiciadores de una ley corporativa dirigida a controlar policialmente los medios de comunicación.

En Bolivia, en Argentina, Brasil y Ecuador

El problema de los cuentistas políticos es que renuevan para nada su viejo discurso. Por ejemplo, en Ecuador los mismos que apoyaron la candidatura electoral del Lucio Gutiérrez, ahora dicen que volverán a la rebelión popular para echar abajo a este presidente" y que "organizaran el poder desde las bases". Por experiencia ya sabemos que ese "poder de base", no se otra cosa que la justificación para subirse al carro electoral del personaje que reemplazará a Gutiérrez, y que de seguro (mientras los trabajadores no se doten de su propia organización política) será un sátrapa más de los grupos de poder. En Bolivia, Evo Morales se ha convertido en el felipillo del presidente Carlos Mesa. Morales no tiene limites para alagar al nuevo presidente a quien denomina falsamente como opositor a los dictadores del imperialismo norteamericano. El cuento más descarado y reciente de Evo Morales se refiere a la pretendida "salida marítima de Bolivia".Mediante este discurso patriotero, que las clases políticas de este país lo utilizan desde hace más de 100 años, se pretende poner a las masas pobres de este país como alfombra de la política del "antiimperialista" Mesa. El otro cuento de Morales, y que permanentemente repite, tiene como trama principal un posible "golpe militar" que los norteamericanos estarían gestando contra el pobre y desamparado presidente Mesa. A esto hay que agregar el cuento de la Asamblea Constituyente para "democratizar la sociedad", y aquellos conceptos abstractos sobre la "nueva democracia" o el "estado protagonista".

En Argentina, la culpa no es de Néstor Kirchner, sino de las organizaciones (madres de Plaza Mayo, y casi todas las organizaciones de izquierda), que ven en este personaje un "antiimperialista" y un potencial anticapitalista de nuevo tipo. Aquí también el cuento del "golpe militar" contra el gobierno es la carnada para poner a las masas tras la política reaccionaria de los nuevos gobernantes de Argentina. Este cuento es tan viejo como las infectas democracias latinoamericanas. Otra forma de cuento para sostener a Kirchner, se refiere a colocar a este presidente como si fuera una victima de la gran burguesía de este país. Si la policía reprime a los piqueteros o cualquier movilización social, o si se atenta contra la libertad de expresión, o si se encarcela a trabajadores y refugiados extranjeros, nos es la culpa del presidente argentino, sino de los grupos de poder y del imperialismo que atizan el fuego detrás las bambalinas. Así se han realizados una serie de manifestaciones de protesta, no contra Kirchner, sino contra los perversos capitalistas y militares argentinos. Poner a este presidente al margen del Estado, de los grupos de poder, de las fuerzas armadas, y de otras instancias del poder, es no comprender simplemente el carácter y esencia de clase de estas instituciones, y cerrar los ojos frente al juego político de la gran burguesía, terratenientes y del imperialismo.

Bruselas, 23 de enero 2004

(1). En Perú existe un tipo de vendedor ambulante que se dedica a vender "cebo de culebra". Este cebo, según el comerciante callejero, proviene de las culebras que como se conoce abundan en la amazonía peruana. Según el "vendedor de cebo de culebra", esta grasa del peligroso reptil tiene propiedades milagrosas. Es bueno para sanar cualquier tipo de dolencia física. Si alguien le duele la cabeza, basta un poco de este cebo (grasa) para estar bien. Si alguien se rompe un hueso, basta un poco de este "medicamento" para que el hueso vuelva a su estado normal. Si a alguien le duele el vientre, basta un poco de cebo de culebra para que pase el dolor. Así sucesivamente, el cebo de culebra, no tiene competidor en el arte de la curación.

Es tan famoso el "vendedor de cebo de culebra", que la propia palabra (vendedor de cebo de culebra) ha sido adoptado en el lenguaje popular del Perú. De esta manera, si alguien miente o es simplemente un charlatán, no hay mejor calificativo que denominarlo "vendedor de cebo de culebra"