Compañeras
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19 de diciembre del 2003
Para las feministas Brukman es algo más que ese símbolo mundial de resistencia obrera. Es el lugar donde pudimos ir cosiendo y bordando una nueva trama del feminismo
Las lecciones de Brukman (*)
Liliana Daunes
Brukman fue, hace unos años, el apellido de una familia que vivía de la estafa sistemática de los trabajadores y trabajadoras de su fábrica. Los hermanos Brukman no eran más perversos que otros patrones. Eran parte de la lógica perversa del capitalismo, que en el momento de su apogeo llegó a creer que la burguesía era la clase fundante de ese sistema, y pensó que se podía prescindir de los y las trabajadoras.
Si viviera en Holanda / yo sería de esa gente
que le va ganado tierra al mar.
Si estuviera en el Sahara / ganaría lluvias / cultivando rosas
sobre pausados camellos / que conocen la vivienda de las aguas.
Pero soy de aquí / y soy millones
vibrando en el cansancio elemental
de ganarles nuestra vida
a un puñado de crápulas.
Laura Devetach
Ahora, en todo el mundo, Brukman es símbolo de la resistencia obrera. Y muy pocos recuerdan a don Jacobo, que aún anda por ahí, convencido seguramente de las trampas que le tendió la vida, cuando decidió prosperar en la Argentina.
Pero para las feministas, Brukman es algo más que ese símbolo mundial de resistencia obrera. Es el lugar donde pudimos ir cosiendo y bordando, una nueva trama del feminismo.
Brukman es el telar en el que se enredaron los sueños históricos de las feministas, con las luchas anticapitalistas de las obreras.
Acá aprendimos y enseñamos, una manera de hacer política que demuestra que es posible y necesario reunir la batalla emancipatoria contra el capitalismo, y la batalla emancipatoria contra el patriarcado. O para decirlo en positivo, la lucha por la liberación de todas las dominaciones, por construir una sociedad nueva, con mujeres nuevas, obreras sin patrones, y sin sojuzgamientos en la vida cotidiana.
Obreras sin patrones que asumen que lo personal es político, y comienzan a intentarlo. Que se enredan con otras mujeres en lucha. Que participan de la batalla por la despenalización del aborto y contra la violencia doméstica, contra las discriminaciones por opción sexual.
Obreras que al comenzar a ejercer su autoorganización productiva, al enseñarnos que no sólo es posible, sino que es deseable ser obreras sin patrones, asumen todos los deseos posibles, e intentan ejercerlos.
Obreras cuya historia se inscribe ya en una trama de la memoria, en la que podemos reconocernos en el legado de otras mujeres, como Rosa Luxemburgo, que hoy sigue creando espacios para el encuentro del socialismo y el movimiento de mujeres que no quieren ocupar un mejor lugar en el sistema, sino cambiar el sistema mismo. Trama en la que descubrimos el zurcido invisibilizado de Flora Tristán, (1803-1844) la francoperuana que anticipó a Marx, con su brega incansable por la unidad de los trabajadores y trabajadoras, y que supo discernir que aún en esa unidad, era necesario develar el aporte de las mujeres a la creación de un mundo nuevo. "tengo casi todo el mundo en contra mío, los hombres porque pido la emancipación de la mujer; los propietarios porque reclamo la emancipación de los asalariados".
Y en nuestro país, el maravilloso legado de las primeras feministas anarquistas, que más de un siglo antes del "que se vayan todos", descubrieron la otra trama, la que zurce los trajes de jueces, patrones, obispos, al Estado burgués y al patriarcado.
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Desde fines del siglo 19, las anarquistas crearon, -en las filas del anarquismo y en las filas del feminismo-, una verdadera revuelta. Feministas anarquistas, unieron su radicalidad en la lucha social y en la batalla de género, utilizando el mismo lenguaje desprovisto de disfraces para golpear tanto a la explotación capitalista, como a la dominación patriarcal, incluso en las propias filas de su movimiento...
"La voz de las Mujeres" fue un periódico escrito por y para mujeres, en 1895 y 1896. Fue uno de los primeros diarios de este carácter registrados en Latinoamérica, en el que se unían las ideas anarquistas y feministas. Las redactoras eran principalmente españolas e italianas. Lo distintivo de La voz de las mujeres, como periódico anarquista, radicaba en su reconocimiento de la especificidad de la opresión de las mujeres... En la primera editorial recuperada por una investigadora inglesa se podía leer:
"Hastiadas ya de tanto y tanto llanto y miseria, hastiados del eterno y desconsolador cuadro que nos ofrecen nuestros desgraciados hijos, los tiernos pedazos de nuestro corazón, hastiadas de pedir y suplicar, de ser el juguete, el objeto de los placeres de nuestros infames explotadores o de viles esposos, hemos decidido levantar nuestra voz en el concierto social y exigir, exigir, decimos, nuestra parte de placeres en el banquete de la victoria..."
Y....qué les parece????...La respuesta al primer número de La voz de las mujeres, no vino de la burguesía, sino de la resistencia que el mismo levantó... entre los hombres anarquistas. Respondiendo a sus críticas, abiertas o veladas, las mujeres anarquistas replicaron en el segundo número...
"Es preciso que comprendáis de una vez por todas que nuestra misión no se reduce a criar vuestros hijos y lavaros la roña, que nosotras también tenemos derecho a emanciparnos y a ser libres de toda clase de tutelaje, ya sea social, económico o marital..." Y finalizaba...
"Ya lo sabéis pues, vosotros, los que habláis de libertad y en el hogar queréis ser unos zares, y queréis conservar el derecho de vida y muerte sobre cuanto os rodea, ya lo sabéis, vosotros, los que os creéis muy por encima de nuestra condición, ya no os tendremos más miedo, ya no os admiraremos más, ya no obedeceremos ciega y tímidamente vuestras órdenes, ya pronto os despreciaremos, y si a ello nos obligáis, os diremos cuatro verdades de a puño. Ojo, pues, macaneadores, ojo cangrejos. Si vosotros queréis ser libres, con mucha más razón nosotras, doblemente esclavas de la sociedad y del hombre. Ya se acabó aquello de Anarquía y Libertad y las mujeres a fregar." /////
La batalla de Brukman recién comienza. Si fue dura hasta ahora, lo seguirá siendo cada día.
No es casual que se haya iniciado un 18 de diciembre del 2001, un día antes de aquel en que la rebelión argentina tuvo un rostro de mujeres disparando cacerolazos de indignación sobre un poder corrupto. En que la rebelión tuvo un rostro joven poniendo el pecho descubierto frente a las balas que lo atravesaron 30.000 veces. No es casual que desde entonces, el poder haya hecho todo lo posible para aplastar las experiencias de autonomía, de solidaridad, de rebeldía. Para destruir sobre todo, el ejemplo. Y Brukman es el mal ejemplo a destruir o a cooptar. Es que se meten con la santa propiedad privada, caramba !!!
Recuerdo otro poema, otro poeta: Roque Dalton, salvadoreño, diciéndonos desde su compromiso revolucionario:
"En nombre de quienes lavan la ropa ajena
y expulsan de la blancura la mugre ajena.
En nombre de quienes cuidan hijos ajenos
y venden su fuerza de trabajo en forma de amor maternal y humillaciones.
En nombre de quienes habitan en vivienda ajena,
que ya no es vientre amable sino una tumba o cárcel.
En nombre de quienes comen mendrugos ajenos
y aún los mastican con sentimientos de ladrón.
En nombre de quienes viven en un país ajeno.
Y las casas y las fábricas y los comercios y las calles y las ciudades y los pueblos,
y los ríos y los lagos y los volcanes y los montes, son siempre de otros.
Y por eso está allí la policía y la gendarmería cuidándolos, contra
nosotros.
En nombre de quienes lo único que tienen
es hambre, explotación, enfermedades. Sed de justicia y de agua.
Persecuciones, condenas, soledad. Abandono, prisión, muerte.
Yo acuso a la propiedad privada de privarnos de todo".
Para nosotras, para las mujeres que golpeamos con rabia cacerolas, y pateamos calles y plazas, para las piqueteras -hoy nuevamente estigmatizadas por ese poder que discrimina y castiga-, para las que buscamos romper el cerco informativo de una comunicación oficial que estupidiza e incomunica, para las muchas obreras que aún hoy soportan la opresión patronal o estatal, Brukman es -sobre todo- una necesidad. La necesidad de que puedan sostener, en un momento mucho más complejo, un proyecto que siga enseñándonos que es posible la creación de una nueva manera de producir, sin explotación de clase, sin opresión de género. Que las diferencias ideológicas en el campo de los trabajadores y trabajadoras no sean límites infranqueables para nuestros proyectos, sino parte de la diversidad imprescindible y enriquecedora de las nuevas prácticas socialistas.
La mía es sobre todo una palabra de solidaridad para con ustedes, trabajadoras de Brukman, y un pedido a mis compañeras del feminismo, para que podamos seguir construyendo esta trama de un feminismo que no se limite a disputar espacios de poder en las instituciones burguesas, sino que reafirme su radicalidad revolucionaria en el compromiso que reúne en la lucha la perspectiva de género y clase, haciendo de la solidaridad no una donación caritativa sino un encuentro de esperanzas y sueños libertarios.
Y por último, otra poesía, desplegando una bandera roja, ésta viene de aquisito nomás, es de Diana Bellessi, poeta santafesina:
Primero fue escuchar
pero después de cuánto
dijo el tímpano sí
ahora oigo y vos
sos también yo es decir
verbo y no la nada
que alza el corazón.
Tienen cara de piedra
trajo el viento del sur
dicho por Cutral-Có,
era de una mujer
la voz solita y quema
en ruta piquetera,
lo aprendí sólo de oído
sin conocer las reglas
del arte que mantenga
siempre en alto la ronca
voz. Para comer hay
que arriesgarse la página
del diario asalta y tiembla
la tranquila mañana
como Dios manda y, queda,
dicha al oído, en voz
baja, pa'comer nomás
en la oreja estalla
de la dura de oído,
dícese de quien es
algo sorda mejor
escucha una piedra
la larga nota en mí
menor que en las entrañas
de la tierra cantan,
atestiguo y voy de oídas
una tras otra quieren
dejarnos sin alma y
por el barrio de Palermo
una nena escribe
la historia que ¿qué voy
a ser yo de grande?
¡ciruja señor! ¿qué
si no? Entrar o entrare
una cosa por un
oído y salir o
salirle a una por otro
no estimar el aviso
como quién oye llover
Hacerse cargo qué?
- Ya lo leí señora
- ¿y qué hacemos ahora?
No lo se. Quién es esta
mujer? ¡Pica! ¡Mancha!
Oír, ver y callar
se advierte o se aconseja
no se entrometa donde
no le toca. No obstante:
¡viva! Bandera roja.
(vivan la lucha y resistencia, las batallas ganadas y las nuevas luchas de las trabajadoras/es de Brukman)
(*) Esta ponencia fue presentada por Liliana Daunes en el foro "Obreras, movimiento de mujeres y feminismo: dos años de una experiencia de lucha y solidaridad con Brukman", realizado el viernes 12 de diciembre en el Centro Cultural Rosa Luxemburgo, Buenos Aires. El panel estuvo conformado por Celia Martínez (obrera de Brukman), Marta Fontenla (feminista lesbiana de ATEM), Liliana Daunes (trabajadora de la comunicación y docente de la Univ. Pop. de Madres de Plaza de Mayo) y Andrea D'Atri (integrante del PTS)