Posiblemente, a Alicia Eguren se la podría imaginar como una mujer transgresora, osada, impulsiva en su accionar, sumamente locuaz con sus propias ¨cosas¨ y también con las ajenas.
Disponía de una seducción especial, que si bien no se sostenía por su belleza sino por la fuerza de su impronta política y su vocación de liderazgo; igualmente provocaba una atracción singular hasta el grado de que muchos peronistas perdiesen el sueño y también de que muchas peronistas la mirasen de reojo. Jugó amorosa y políticamente hacia una misma dirección. Difícilmente pudo correrse del sitial de cortesana, tan frecuente en la vida parisina hacia finales del siglo XIX, donde el placer sexual se combinaba graciosamente con el placer pensante y racional. Por cierto, Lou Andrea Salomé, Anais Nïn, Simone de Beauvoir y otras tantas¨preciosistas¨gastaron hojas de papel confesando los secretos de alcoba de la intelligentzia de la belle époque vanguardista y, no por ello, muchas perdieron el rubor de sus mejillas.
Alicia representaba una fotografía de su época: lucía una estética masculinizada, guerrera, dura con las mujeres que no entendían el sentido de la acción directa pero camarada con los compañeros a quienes consideraba sus interlocutores ¨naturales¨. Y, por cierto, intolerante frente a las debilidades. Por ello, fue complejo comprender la literalidad de su mensaje y quizá su glamour, nada ortodoxo, pesaba mucho más que su protagonismo para la rama femenina peronista.
Emilio Corbiére la definió como",,, una anarquista virulenta de excelente oratoria. Hablaba y echaba fuego. Sin quererlo o sin saberlo ella recogía y actuaba los aspectos más contestatarios del peronismo. Yo la ví por primera vez en un acto en el sindicato de alimentación, posiblemente en el ‘68. Desde arriba del escenario lanzaba rayos. No se sabía si estaba diciendo un discurso o maldiciendo a Satanás ... ¨.
En realidad, poco se conoce de su vida anterior a su vínculo amoroso con J.W.Cooke. Lamentablemente, fue imposible rastrear testimonios de parientes o amigos íntimos que brindasen pistas para el armado del rompecabezas. Se sabe por declaraciones suyas en la revista ¨Panorama", 8 de Julio de 1971, que provenía de una antigüa familia federal. Más tarde, desembarcó en el radicalismo y en el peronismo después.
En tanto que Fermín Chavéz detalló ciertos tramos de su trayectoria político- intelectual. Al respecto, este historiador recordó: ¨... Sé que nació en l924. Había egresado de la Facultad de Filosofía y Letras. Trabajaba como profesora de literatura en Buenos Airesy en Rosario. Aproximadamente hasta l952, ella estaba ligada al movimiento literario y cultural de la época con una orientación nacionalista católica independiente. Al año siguiente, mientras trabajaba en Cancillería se casó con un diplomático de carrera, Pedro Catella, y se fueron a vivir a Inglaterra. Poco tiempo después tuvieron un hijo, quien aún reside en Méjico...¨
Su producción literaria comenzó con su libro de poesía ¨Dios y el Mundo¨, en 1946. Tres años más tarde, saldría ¨ El canto de la tierra inicial"; la obra de teatro ¨La pregunta¨; ¨Poemas del siglo XX¨; ¨ Aquí, entre magias y espigas¨ y ¨El talud descuajado¨. A la vez, incursionó en el mundo académico con un ensayo en torno a la obra de Juan B. Alberdi, publicado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Mientras tanto editaba un periódico llamado ¨Nombre¨. Pero su musa más comprometida se jugó con la revista cultural ¨Sexto Continente¨, un espacio de recepción de las expresiones más variadas del arco nacionalista de América Latina.
En 1946, conoció a John W. Cooke en un centro de Estudios que dirigía Ricardo Guardo. Después de ese fugaz cruce no se volvieron a ver hasta 1955.
De esta manera, Alicia Eguren rememoró un posible encuentro: "... El l6 de junio, a partir de la masacare en la Plaza de Mayo, lo busqué para ponerme a su disposición. Estaba seguro de que él era hombre de pelea. Lo encontré gracias a José María Rosa. El estaba prófugo ya que se había pedido su captura porque era delegado de Juan D. Perón hasta que lo descubren y lo llevan a Ushuaia..." De inmediato, ella cayó presa y fue envíada a la cárcel de mujeres de Olmos. En las sombrías rejas se encontró con un grupo numeroso de ex- funcionarias peronistas y mantuvieron vínculos de cierta tirantez y desconfianza mutua.
Por más que Alicia y Cooke estuviesen separados; no obstante, lograron mantener su relación amorosa a través de un rico y frondoso epistolario.
Al salir en libertad se trasladó hasta Chile para unirse a J.W. Cooke que se había fugado del penal de Río de Gallegos junto con Héctor Cámpora, Patricio Kelly y Jorge Antonio. Sin más, decidieron casarse en Montevideo.
Presumiblemente, Alicia Eguren descubrió en Cooke su espéculo, su otro complementario, quien le permitiría dinamizar esa potencialidad aún no desplegada de liderazgo y estratega que disponía. De tal manera, se convirtieron en piezas claves y necesarias para organizar el proceso de la Resistencia Peronista, en la clandestinidad.
Desde el principio fueron una pareja poco "convencional". Sus vidas afectivas estuvieron cruzadas por la cárcel, las fugas y la ausencia de refugio en la cotidianeidad. Asimismo, se presumía de ciertos ideales de igualitarismo entre mujeres y varones. «Lo haremos tú y yo» de Juan Carlos Viglietti, encerraba ese compromiso básico necesario para la revolución.
Con el clima de las insurrecciones estudiantiles de esa época, aparecieron intentos por generar otros privilegios, otros estilos vinculares poniendo en discusión la virginidad femenina y el casamiento. Los nuevos comportamientos sexuales se reservaron para los cenáculos universitarios y el activismo político. De este modo, las relaciones prematrimoniales se convirtieron en un deber ser.
Llegados los setentas, el peso simbólico que representó la familia burguesa y patriarcal —estableciendo y articulando las pautas reguladoras de la reproducción biológica, económica y afectiva de las personas— sufrió sucesivos corrimientos de su lugar protagónico, en favor de la pareja. A consecuencia de una infinidad de cambios y reacomodamientos de los sectores medios, se abrieron compuertas experimentando nuevos modos relacionales.
La idea rectora de esos tiempos fue también- desde una concepción voluntarista- lograr rompimientos, ya que el accionar es un mecanismo generador de cambios. La pareja pasó a ser un estatuto de compromiso por excelencia tanto afectivo como político e intelectual. Y surgieron íconos de envergadura que se convirtieron en paradigmas de esta experiencia.
Básicamente, primaba el vínculo heterosexual, abierto o cerrado, con implicancias políticas y rupturista de las costumbres tradicionales.
A su modo, Alicia logró fisurar ese mandato patriarcal del deber ser femenino; permitiéndose explorar, cruzando las fronteras de su herencia católica, tanto en el campo privado como político. De allí, que aún ronden fantasmas en torno a su figura: fría, calculadora, amante pasional, rotativa y díscola.
Presumiblemente sin saberlo, esta dupla de J.W. Cooke- Alicia Eguren anticipó en la Argentina un modelo de pareja activista, propio del consenso epocal de los setentas, momento en los cuales se fue diluyendo la impronta machista del varón luchador y la mujer ajena al mundo público de su compañero.
Un hecho que no podría soslayarse y permitiría entender el clima interno entre ambos: vivir tan accidentadamente, con breves pausas de legalidad entre la prisión y la clandestinidad, se expusieron a las lógicas políticas que impidieron descubrirse en sus historias anteriores.
Comenzaron entonces un accionar de significativa trascendencia política, acelerada en los tiempos, que resulta difícil de sintetizar. En l957, partieron juntos a Caracas para encontrarse con Perón en el exilio. Alicia fue testigo del cuestionado pacto Perón-Frondizi, cerrado en Venezuela por mediación de Rogelio Frigerio y J.W. Cooke. Dos años más tarde, retomaron la clandestinidad. Por esa misma época, supuestamente, ella colaboraría en la organización de la Toma de Alto Verde dirigida por el comandante Uturunco, en Tucumán. Fue el primer intento de acción alternativa, el de la guerrilla rural peronista.
A la vez, Alicia suplantó a Cooke en la coordinación estratégica del peronismo en la resistencia.
En l960, viajaron juntos a Cuba. A partir de ese momento, fueron idas y vueltas a la isla. Ella mantuvo una estrecha vinculación con el Che Guevara.
La experiencia de la Revolución Cubana impactó en los cenáculos intelectuales asi como en el espacio de las izquierdas no peronistas. En esa dirección, el nacionalismo comenzó a configurarse como una variable significativa en el interior de la "nueva izquierda", que intentó distanciarse de los tensos debates que provocó la confrontación entre la Unión Soviética y China.
En 1962, retomó la lucha armada al intervenir en el "Ejército Guerrillero del Pueblo", al norte de Salta. Es sabido que todos fueron apresados y, en especial, Jorge Masetti, la figura visible de la aplicación táctica del foquismo, fue desaparecido.
Poco después, Eguren- Cooke fundó la "Acción Revolucionaria Peronista".
Ya en el ‘68, ambos abrieron un espacio en formación: la "Tendencia Revolucionaria¨. Pronto aparecería el periódico ¨Con Todo¨, bajo la dirección de Bernardo Alberto y Mabel Di Leo. De inmediato, elaboraron el documento conocido como ¨Estrategias y Tácticas Revolucionarias¨.
El mismo se presentó, en 1969, en el Congreso Fundacional de la Tendencia, llevado a cabo en Córdoba; en el cual se reunieron los sectores más radicalizados del peronismo.
Se la recuerda también por su famosa Carta Abierta a Perón- 4 de Octubre de 1971- que se convirtió en un incunable para el activismo del momento.
Posteriormente, vinieron años complicados entre la caída del gobierno camporista; la persecución fascista del lopezreguismo; la muerte de J.D. Perón; el gobierno caricaturesco de Isabel Perón y el incio de la avanzada militar hacia el poder mediante una estrategia de religitimación a través de la lucha contra la subversión.
No obstante, acompañó a Héctor Cámpora y dirigió la revista ¨Nuevo Hombre¨, que con anterioridad estuvo bajo la coordinación del profesor Silvio Frondizi y de Manuel Gaggero.
A lo largo de este proceso, sus lugares de inserción en el movimiento peronista no quedan aún muy esclarecidos.Tan es así que se evoca una multiplicidad de espacios de pertenencia política a la vez: Montoneros, Fuerzas Armadas Peronistas, Peronismo de las Bases y Partido Revolucionario de los Trabajadores .
De lo que no cabe duda es sobre su final trágico: el 26 de enero de l977, con 52 años, fue detenida- desaparecida. Estuvo en la ESMA y, después, fue lanzada desde un helicóptero al Río de la Plata.
La memoria es objeto de controvertidos debates, generándose así una variedad de definiciones sobre ella. Cabría decir entonces que no existen conclusiones únicas y últimas. No obstante, lo significativo es invitar a pensar el problema entre la memoria y la política, o mejor, la política en toda memoria, en todo proceso de construcción de una memoria colectiva.
Recorrer ciertas etapas del peronismo constituye toda una aventura, pero si a ello, se le suma recuperar la historia de vida de una mujer peronista que pasó del nacionalismo católico a la lucha armada de izquierda, la cuestión se complica más aún. Aunque no se puede soslayar la amplia y masiva participación de mujeres en el peronismo a lo largo de su trayectoria. No obstante, reseñar la vida personal, política y cultural de Alicia Eguren representa todo un desafío, por más limitaciones que surjan de la realidad un tanto hosca para los recuerdos.
De allí que esta simple crónica constituye un primer abordaje sin un final cerrado ya que de ella aparecen fragmentos acotados por tiempos y escenarios definidos; sin demasiadas alusiones ni referencias en el interior de su propia fuerza política. Por esta razón, al intentar reconstruir su recorrido se logra visibilizar su protagonismo en el campo de las luchas políticas y en las prácticas de resistencia social. Cabría entonces completar con mayores precisiones- a través de testimonios orales que se transforman en una fuente riquísima de hallazgos- los laberínticos últimos años de su vida. Procesar su activismo como sus discursos, es volverla capaz de hablar, de transformarla en relato visible.
Se comenzó diciendo un desafío y no es errado este presupuesto ya que Alicia Eguren dividió imaginariamente al peronismo en dos: los que la querían y los que la rechazaban sin tapujos. Casi se podría hacer un paralelo con la figura de Eva Perón. Tanto una como otra provocaron pasiones encontradas por razones muy similares, a saber: la intuición compulsiva, la impulsividad que era un estilo propio de entrega y la¨ imprudencia¨ en el escenario político público como en el personal.
En lo que respecta a la figura de Eva Perón de acuerdo a las posiciones en que se ubicaban los proapasionados y los contrapasionados, aparecía elevada hasta la condición mítica o la dejaban caer del pedestal como una hereje. Para unos, ella representaba un fallido de la historia y para otros la historia dejaba de ser un fallido a partir de su protagonismo.
Alicia Eguren - sin quererlo- vino a ocupar un lugar similar: un sitio confuso de emociones, del cual poco se sabe en torno a su orígen y a su pasado hasta que el encuentro amoroso con el ¨hombre¨ le significó contenido y contención política a su persona. Aunque también existen secretos en voz baja sobre su vida privada que la condenaron sin contemplación.
No obstante, en otros puntos se abren: intervinieron en contextos históricos diferentes; una extracción de clase opuesta. En una la historia ya dio su palabra y en la otra todavía se mantiene callada. Asimismo, a Eva las peronistas la idolatran sin contemplación y con Alicia muchas mujeres de los años ‘40 se crispan hasta los nervios tan sólo de nombrarla. También sus finales fueron distintos: Eva muere por un cáncer y Alicia le provocan la muerte las manos sangrientas de la última dictadura militar.
Estos intentos de marcar cruces entre ambas figuras tan recortadas por las emociones, presumiblemente, jamás se podrá contemporizar a todos los intereses en juego.
*Asambleísta, feminista autónoma.
Agradezco la colaboración que me prestaron-sea con bibliografía y testimonios- Emilio Corbière; Fermín Chavéz y Mabel Di Leo. A tod@s mi profundo recuerdo.