Compaņeras
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22 de abril del 2003
1803 - abril - 2003
Flora Tristan, injustamente olvidada
Malena Vidal y Adela Reck
Rebelión
"Acaso no haya destino femenino que deje, en el firmamento del espíritu, una semilla tan larga y luminosa"
Andrè Breton
Hace 200 años, nació en París, una de las mujeres más importantes en la historia del socialismo y del feminismo.
Cabe preguntarse por qué la historia oficial mantuvo siempre en el olvido a esta extraordinaria mujer que se sobrepuso a las dificultades de la vida y logró plasmar sus audaces pensamientos a través de la militancia, convirtiéndose -sin saberlo- en una precursora de la Asociación Internacional de los Trabajadores al concebir, anticipadamente a Marx y Engels, la idea de que la clase obrera es una clase internacional que debe unir sus fuerzas por su interés común.
La misma vida trágica de Flora fue el germen de sus ideas. Hija de un hombre de gran fortuna que la dejó huérfana siendo muy pequeña y, debido a que la relación de sus padres no estaba formalizada, pasó de una situación desahogada a una vida de grandes penurias.
Ya adolescente, se casó con el dueño del taller de litografía donde estaba empleada y tuvo tres hijos. Víctima de un hombre violento y abusivo decidió abandonar el hogar, ya que no existía el derecho al divorcio. Este aspecto de su vida personal es lo que origina sus folletos y libros en los que describe la vida de las mujeres pobres, escritos en los que aboga a favor de la reimplantación del divorcio y del acceso a la educación por parte de las mujeres. En sus obras denuncia cuán funcional resulta, al sistema social burgués, que las muchachas proletarias no sean enviadas a la escuela, ya que su formación específica era para las tareas domésticas y esto hacía que no aspiraran a otro destino en la vida más que el de servir o el de ser esposas y madres.
Flora hace suyos los desafíos que el socialismo utópico comenzaba a construir. A tal grado lleva su actividad que las revistas de la época empezaron a publicar sus artículos en favor de los derechos de las mujeres, de los obreros, contra el oscurantismo religioso, contra la esclavitud, e inclusive, por la abolición de la pena de muerte.
Pero ella se convence de que las mujeres no serían capaces por sí solas de sacudirse el yugo social y que, para lograrlo, debían unir sus fuerzas con los obreros. Dice: "el hombre más oprimido puede oprimir a otro ser, que es su mujer. La mujer es la proletaria del mismo proletario."
En el pequeño libro La Unión Obrera, le da forma a su idea de erradicar las injusticias y el sufrimiento del mundo e instaurar la felicidad humana, tarea que para su autora, sólo la podría llevar adelante la organización universal de los trabajadores: "Obreros, durante doscientos años o más, los burgueses han luchado valerosa y descarnadamente contra los privilegios de la nobleza y por el triunfo de sus derechos. Pero, llegado el día de la victoria, aunque reconocieron la igualdad de derechos para todos, de hecho acapararon para ellos solos todos los beneficios y las ventajas de esta conquista."
La revolución a la que hacía mención Flora debía ser pacífica y moral, inspirada en el amor por la humanidad y basada en la educación, rescatando la generosidad y la solidaridad con los humildes. Pero su idea de revolución no será nacionalista; desbordará las fronteras y tendrá un carácter internacional.
En su primer folleto, Flora decía "Nuestra patria debe ser el universo". El instrumento de la transformación social sería ese ejército de trabajadores laico y pacífico, la Unión Obrera, donde hombres y mujeres participarían en un plano de absoluta igualdad, y que, mediante la persuasión, la presión social y el uso de las instituciones legales, iría transformando de raíz la sociedad.
El último año de su vida, ya en París, y sufriendo una grave enfermedad, los obreros deciden efectuar una colecta para reeditar este libro que reaparece con un pequeño prólogo suyo. Pero sus últimos días no los podrá pasar tranquilos ya que la intentan desalojar alegando que es la instigadora de una huelga obrera.
Ya alguna vez había señalado: "Tengo a casi todo el mundo en contra mío. Los hombres, porque pido la emancipación de la mujer, los propietarios porque reclamo la emancipación de los asalariados."
Por sus posiciones políticas y su lucha a favor de la emancipación del proletariado y las mujeres fue reivindicada por Marx y Engels en su trabajo "La Sagrada Familia". Hoy, celebramos el nacimiento de Flora porque fue pionera en el análisis de la relación género / clase y en la lucha por el internacionalismo proletario. Ella no disoció la causa de la mujer de la de toda la clase obrera. Se dirigió, por tanto, al proletariado para que libere a las mujeres de su esclavitud milenaria, al mismo tiempo que se liberaba a sí mismo de la opresión social capitalista.