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Cumbre de Monterrey 2002

20 de marzo del 2002

Indígenas de América Latina han sido
las más grandes víctimas del neoliberalismo

David Carrizales y Enrique Méndez, La Jornada

Coinciden en Monterrey delegados a la Asamblea social otro mundo es posible
Duras críticas al Plan Puebla-Panamá Ese proyecto forma parte de la reordenación del gran capital Afectará negativamente a 120 comunidades en varios estados del país

Las comunidades campesinas de México y América Latina, sobre todo las indígenas, han sido las más grandes víctimas del sistema neoliberal, porque también han sido las que mejor han resistido a los embates de las trasnacionales para apoderarse de las riquezas de la biodiversidad, se dijo en la mesa de trabajo que analiza los efectos de dicho modelo económico en el área rural, dentro de la Asamblea social otro mundo es posible, que impulsó el Foro Social Mexicano.
Aldo González, dirigente indígena de Oaxaca y ex alcalde de San Pablo de Guelatao, afirmó que México tiene 60 millones de pobres y 65 por ciento de ellos vive en la zonas rurales, no obstante que México es un país con población mayoritariamente urbana.
''Los campesinos ya no producen ni el maíz que se comen''
Agregó que como resultado de las políticas globalizadoras, los campesinos indígenas de México ya no producen ni el maíz que se comen, porque se les ha inducido a otros cultivos como el café o a la explotación forestal, para que puedan comprar el grano básico, dándose así un atentado directo contra lo que constituye ''el centro de la cultura y la resistencia indígena''.
Expuso González que la mayor riqueza en flora y fauna que hay en el planeta -y que interesa sobremanera a las grandes potencias económicas mundiales- coincidentemente existe en las zonas indígenas del continente americano, ''por eso vienen sobre nuestras tierras con programas como el Plan Puebla-Panamá y el Plan Colombia''.
En ese sentido, apuntó que por eso el gobierno de Vicente Fox Quesada, al igual que el de Ernesto Zedillo Ponce de León y anteriores, se niegan a reconocer los derechos de los pueblos indios sobre sus tierras, porque saben de su oposición a que sean objeto de la depredación.
Según González, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari dio el primer paso para privar a los campesinos de sus tierras cuando impulsó la privatización del ejido, haciendo posible que pudieran vender sus parcelas.
Asimismo, expuso que para terminar con la costumbre centenaria de los indígenas de tomar sus decisiones en forma colectiva, el gobierno impuso programas como el Progresa y el Procampo, individualizando los apoyos.
En tanto, Mariana Hernández Sosa, lideresa indígena oaxaqueña, señaló que el campo mexicano está muriendo por el efecto de las políticas neoliberales que han provocado el desplome de los precios de los productos agrícolas, presentándose fenómenos como la migración, con lo cual los campesinos han tenido que emplearse con salarios miserables en empresas maquiladoras, sin derechos laborales, o bien arriesgar su vida intentando cruzar la frontera estadunidense.
Por otro lado, en la mesa sobre los efectos del neoliberalismo contra la paz mundial, Nuria Fernández impulsó un acuerdo para condenar ''la agresión israelí contra el pueblo palestino'', además de reforzar las protestas que cada jueves se realizan frente a la embajada de Israel en México, y otros se manifestaron por efectuar un plantón permanente.
Por lo que hace a la mesa de libre comercio -que revisó los principales tratados comerciales en el mundo-, el secretario de Movimientos Sociales del CEN del Partido de la Revolución Democrática (PRD) e integrante del Consejo Nacional Indígena, Abelardo Torres, afirmó que el Plan Puebla-Panamá afectará a 120 comunidades de los estados donde se construirá la infraestructura necesaria para echar a andar ese proyecto.
El mundo, repartido en tres grandes bloques
En la discusión presentó la síntesis de un documento de análisis sobre el PPP, y dijo que este proyecto forma parte de la ''reordenación del gran capital'' de un puñado de hombres poderosos ''que se reparten el mundo en términos de mercado en tres grandes bloques: el asiático, dominado por Japón; el de la Unión Europea, y el de Occidente, en el que impera Estados Unidos''.
Cada uno de esos bloques, insistió, impone a otras naciones los tratados comerciales para garantizar lo que no tienen sus socios industriales: petróleo, agua, terrenos y mano de obra barata.
En pocos meses, anticipó, los indígenas se verán involucrados en movilizaciones, porque no están dispuestos a ser desalojados de sus tierras por un proyecto para el que no fueron consultados.
Mientras, el académico Víctor Acuña, integrante de la Red Mexicana contra el Libre Comercio, afirmó que los acuerdos internacionales sólo contribuyen a reducir los costos de las empresas transnacionales, pero condenan a los países ''a una especialización, la miseria, y aumenta la distancia entre el desarrollo y la pobreza''.
Los tratados comerciales, abundó, no sólo no han contribuido al desarrollo industrial de los países donde se depositan los capitales, sino que acaban con la infraestructura local y la sustituyen por grandes maquiladoras, ''que no son parte del proceso industrial, sino únicamente del ensamble''.

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