Medios y Tecnolog�a
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Prachatai, un medio independiente en Tailandia
Cruzada electr�nica por la prensa libre
Marwaan Macan-Markar
IPS
Las paredes de la oficina de Prachatai, una publicaci�n de noticias por
Internet en lengua tailandesa, reflejan la pol�tica editorial de este medio de
11 meses de antig�edad integrado por 10 periodistas.
La fotograf�a que m�s se destaca es una de soldados tailandeses avanzando
sobre estudiantes que manifestaban por la democracia, en Bangkok, en los �ltimos
d�as del gobierno del general Suchina Karpayoon, en 1992. "No m�s dictadura en
Tailandia", reza una leyenda sobre la imagen.
La forma en que el equipo editorial dirigido por Somkiat Juntursima cubri� un
cap�tulo de gran violencia en la pol�tica contempor�nea tailandesa distingue a
Prachatai de otros medios tailandeses.
"Nuestra cobertura de la violencia en el sur de Tailandia es diferente a la del
resto. Deseamos exponer los hechos que otros no abordan", declar� el director de
la publicaci�n, de 36 a�os, en su peque�a oficina situada al final de un
callej�n en un barrio de clase media de la capital tailandesa.
Detr�s de �l, dos mujeres periodistas escriben en sus computadoras port�tiles.
Una de las notas tiene que ver con la contaminaci�n; la otra, con la oposici�n
de una comunidad a un proyecto local de generaci�n de electricidad.
Prachatai naci� de la frustraci�n de Somkiat y otros periodistas de ideas afines
por lo que consideran el sesgo oficialista de los medios de prensa de lengua
tailandesa.
Pese a ser nuevo, el sitio web ya recibe unas 1.500 visitas diarias y comienza a
hacer sombra sobre sus competidores.
"Nos diferenciamos de los diarios porque buscamos �ngulos que reflejen las
preocupaciones de la gente, con frecuencia v�ctimas de pol�ticas o acciones
gubernamentales", explic� Somkiat.
Esa pol�tica editorial se reflej� en el material que Prachatai public� despu�s
del d�a m�s oscuro del sur de Tailandia, cuando 78 hombres y ni�os
pertenecientes a la minor�a malaya musulmana murieron por asfixia bajo custodia
militar, el pasado 25 de octubre.
Los fallecidos eran algunos de los 1.3000 manifestantes que se hab�an congregado
esa tarde frente a la estaci�n de polic�a de la meridional localidad de Tak Bai
para protestar por el arresto de seis musulmanes. Fuerzas de seguridad tambi�n
hab�an matado a cinco malayos musulmanes.
El primer ministro Thaksin Shinawatra arguy� que los detenidos estaban d�biles
porque el incidente tuvo lugar durante Ramad�n, mes de ayuno para los
musulmanes, pero Prachatai public� el testimonio de un hombre de 23 a�os, Abdul�
Jaeha, que hab�a experimentado la brutalidad militar aquel nefasto d�a y ofreci�
una explicaci�n diferente.
Seg�n Jaeha, los soldados despojaron a los hombres y ni�os de sus camisas, les
ataron las manos a la espalda, les dieron fuertes puntapi�s y los obligaron a
acostarse unos sobre otros en camiones militares.
"Los soldados cubrieron mi cabeza con un saco negro de pl�stico. Tambi�n lo
hicieron con otros en el cami�n, pero no con todos", revel� Abdul�.
Adem�s de este testimonio, Prachatai public� siete v�deos de aproximadamente
tres minutos cada uno sobre la violencia estallada en Tak Bai.
Fue un acto de coraje, dado que el gobierno de Thaksin hab�a prohibido la
difusi�n de v�deos que mostraran al ej�rcito o a la polic�a utilizando la fuerza
para reprimir a los manifestantes.
"No hemos parado desde entonces, porque tenemos buenos contactos en el terreno y
en esa regi�n", admiti� Chiranuch Premchaiporn, gerente de la publicaci�n
electr�nica. El pasado viernes, Prachatai public� dos nuevos v�deos sobre la
violencia en el sur.
Para activistas de derechos humanos en Tailandia, la informaci�n que esta
publicaci�n electr�nica ofrece a diario les alivia del sesgo oficialista de los
medios de lengua tailandesa en general, pese a ser independientes.
"La prensa tailandesa habla de la violencia en el Sur, pero no explica sus
razones", dijo a IPS la investigadora Sunai Phasuk, de la organizaci�n de
derechos humanos Human Rights Watch, con sede en Nueva York.
El seguimiento de esos casos en los medios convencionales suele dar m�s peso a
las versiones de los militares o del gobierno, dijo. "Con frecuencia los
art�culos distorsionan la informaci�n y procuran legitimar el uso excesivo de la
violencia", afirm�.
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