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Operación Masacre en Avellaneda

EL PROFUGO DE LA FUENTE HABRIA DISPARADO CONTRA LOS PIQUETEROS

Las balas asesinas de los infiltrados Va a declarar un testigo que vio al oficial De la Fuente disparar contra los piqueteros. La diputada Walsh contó el maltrato a los detenidos.

Por Irina Hauser

Un nuevo testigo, que declarará en la fiscalía que investiga la represión en Avellaneda, dirá que vio disparar al oficial Mario de la Fuente, jefe de calle de la Comisaría 1ª, quien hasta ahora tiene pedido de captura sólo por encubrimiento. Tanto De la Fuente como el sargento Carlos Leiva, dos policías que actuaron de civil en la masacre y que fueron señalados por Página/12, siguen prófugos. "Esta gente está aparentemente amenazando a testigos", denunció la diputada Patricia Walsh (Izquierda Unida) ayer cuando fue a testimoniar. La legisladora relató ante la Justicia las escenas escalofriantes que vio en la Seccional 1ª el día de la protesta: embarazadas y niños detenidos hacinados en un patio, un joven desangrándose sin recibir atención médica, y Leiva yéndose con una sospechosa bolsa de basura. Sobre la muerte de Darío Santillán, los investigadores dicen: "Los disparos fueron o de Alfredo Franchiotti o del cabo Alejandro Acosta, pero por ahora tenemos testimonios divididos".

El nuevo testimonio que comprometerá a De la Fuente será aportado por la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) en los próximos días. Tanto este policía como Leiva eran miembros de la intervenida Comisaría 1ª de Avellaneda, donde se desempeñaba Franchiotti. De la Fuente, al parecer, lideró una patota integrada por agentes que, vestidos de civil, detuvieron a manifestantes y dispararon Itakas cargadas con balas de plomo. Hay fotos que lo muestran entre los piqueteros con un buzo rayado y manipulando tanto el cuerpo de Santillán como el de Maximiliano Kosteki. En el caso de Leiva, se lo ve disparando y levantando un cartucho del suelo, para borrar pruebas, y está pedida su detención por tentativa de homicidio. A De la Fuente por ahora se lo acusó de encubrimiento, pero la fiscalía de Lomas de Zamora también tendría pruebas de que tiró a matar. Ninguno de los dos policías fue hallado, aunque, informaron allegados a la causa, tampoco estarían tan escondidos: a Leiva lo habrían visto en Mendoza, a bordo de una camioneta 4 x 4 negra.

Uno de los temas en que están concentrados los fiscales Juan José González y Adolfo Naldini es dilucidar qué policía le disparó a Santillán. Saben "que fue Franchiotti o que fue Acosta", dijeron funcionarios judiciales a Página/12. "Tres testigos comprometieron a Franchiotti y los que apuntaron a Acosta. Los que señalan a Acosta son testimonios muy fuertes", añadieron. La palabra de los testigos y las imágenes son cruciales porque "por las pericias es difícil de determinar culpabilidades y, además, ambos usaron escopetas largas", explicaron. Todavía no hay datos precisos sobre los disparos contra Kosteki. Entre hoy y la semana próxima se presentarán otros testigos que podrían echar luz sobre ambos asesinatos. A los fiscales les quedan once días para definir imputaciones y pedidos de prisión preventiva.

La diputada Walsh, secretaria segunda de la Comisión de Derechos Humanos y Garantías de Diputados, alertó sobre la posibilidad de que los agentes prófugos estén intimidando a testigos "sobre todo teniendo en cuenta lo que mostró el programa ‘Punto.doc’", dijo. En su declaración relató las cinco horas –entre las 15 y las 20– que estuvo dentro de la Comisaría 1ª, donde se dirigió al enterarse que había muertos, detenidos y heridos. Contó que había mujeres, varias embarazadas y chicos apretujados, y que detrás de una reja estaban los varones detenidos, entre ellos Sebastián Russo, que no paraba de sangrar por una herida de bala. "Me tuve que poner a gritar para que trajeran asistencia médica para él y otras dos personas más. El fiscal tardó una hora y media en atendernos", protestó. También contó que en oficinas de la dependencia vio a un hombre "vestido como piquetero" charlando de manera familiar con uniformados. "Cuando lo vi por última vez se llevaba una bolsa de residuos en la mano izquierda, presumo que residuos no eran", dijo. La cara le quedó grabada, dice, y al ver fotos publicadas por este diario advirtió que era Leiva.

Hoy declaran la diputada Marcela Bordenave (ARI), que estuvo con Walsh en la comisaría, y el diputado Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad)por el ataque al local del Partido Comunista. Las organizaciones piqueteras se reunirán hoy con el gobernador Felipe Solá y el ministro de Justicia y Seguridad, Juan Pablo Cafiero

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