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NUEVOS TESTIGOS SOBRE LA MASACRE
Otros con balas de plomo
Diecisiete nuevos testigos desfilaron ayer por la fiscalía de Lomas de Zamora que investiga la represión a los piqueteros en Avellaneda. Dos de ellos tienen heridas de balas de plomo y los demás son personas que estaban en el local del Partido Comunista (PC) cuando fue atacado brutalmente por la policía. Los fiscales de Lomas de Zamora Juan José González y Adolfo Naldini podrían pedir prisiones preventivas esta semana.
En la fiscalía esperan que declaren más testigos que estuvieron en la estación Avellaneda, en su mayoría vendedores, y que al parecer presenciaron la muerte de los piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Algunos de ellos estarían aún amenazados y tienen miedo de hablar. Además, un perito está abocado a reconstruir la secuencia fotográfica del asesinato de Santillán, pero aún faltarían piezas. Sobre la muerte de Kosteki sólo se sabe que le dispararon a unos 30 a 50 metros.
Uno de los heridos que declaró ayer, David, dijo que el comisario Alfredo Franchiotti le disparó balas de goma cuando empezó la represión en el puente Pueyrredón, y que recibió un perdigonazo de plomo en un pie en las inmediaciones de plaza Alsina y que, cree, venía del arma de Carlos Leiva, uno de los policías de la comisaría primera que estaba vestido de civil. A otro de los testigos, Jorge, le ingresó una bala metálica por la axila, la tiene alojada en la cintura y le está dificultando la movilidad del brazo izquierdo. Dijo que fue herido en Mitre y Montes de Oca y que le dispararon desde arriba, probablemente de la bonaerense.
Los demás testigos hablaron sobre el ataque a la sede del PC. Algunos dijeron que al policía que pateó la puerta le decían "Aguirre", que fue el que le disparó en la cabeza a Mariano Benítez y "manoseó a una de las chicas cuando se desmayó". También contaron que la policía les gritaba "zurdos de mierda". El responsable del local, Alfredo Stobever, entregó a la Justicia un perdigón de plomo y dos de goma que quedaron en el lugar.