El Bloque de Piqueteros, el sector más organizado y avanzado en los reclamos y propuestas de lucha, compuesto por desocupados de el conurbano y de la provincia de Buenos Aires, fue salvajemente reprimido ayer, miércoles 26 de junio, por la policía en momentos en que cortaban el acceso al puente Pueyrredón, ingreso principal de la zona sur de Capital Federal. La protesta se realizó en el marco de un plan de movilización nacional por la exigencia de trabajo, condiciones dignas de vida y el cambio de la estructura económica y social en la Argentina. En total eran unos 800 piquetes a lo largo de todo el país.
Los servicios de inteligencia del Estado enviaron infiltrados a la marcha para que provocaran las condiciones necesarias que justificaran la represión que ya estaba planificada previamente.
Días antes que el Bloque Piquetero realizara la marcha, las Fuerzas represivas del estado (policía provincial, policía federal, Gendarmería y la Fuerza Naval Argentina) ya habían planificado cómo iban a actuar para impedir que los sectores sociales se movilizaran en contra del actual sistema económico. Es importante destacar, además, que en esta marcha han participado los miembros de la Fuerza Naval. Es un elemento nuevo, no porque no formen parte del sistema de poder, sino porque ahora comienzan a ser parte de la represión en las calles.
La policía de la provincia de Buenos Aires y la policía Federal ingresaron a los hospitales y secuestraron a los manifestantes heridos que se encontraban dentro. También entraron al local del partido Izquierda Unida con el objetivo de detener a los militantes y de robar datos, con lo cual dejan evidenciar que el plan de represión de los servicios de inteligencia estaba planificado, con objetivos más amplios que sofocar esta protesta. Los policías llevaron además de sus armas reglamentarias, otras calibre 22 con las que asesinaron a dos compañeros piqueteros e hirieron a cuatro más, dos de los cuales se encuentran en grave estado debido a las heridas de bala que recibieron. A esto se suma los aproximadamente 80 heridos y un centenar de detenidos. A través de los medios la policía se desligó de su responsabilidad aduciendo que las balas no pertenecen a sus armas reglamentarias.
En este momento el gobierno, sus voceros y las fuerzas armadas a través de los medios de comunicación están realizando una campaña de (des) información y desprestigio en contra del Bloque Piquetero. De esta forma desvirtúa el eje del problema social que provoca esta crisis social, política y económica en la Argentina. Sus discursos giran en torno a defenestrar la actuación de los piqueteros tratándolos de delincuentes o meros provocadores.
Intentan ocultar lo que desde hace tiempo es evidente: el profundo grado de exclusión en el que mantienen al pueblo de Argentina. Actualmente somos 20 millones los indigentes en este país.
Los partidos políticos de todos los sectores, la dirigencia sindical, la iglesia, las fuerzas militares junto al gobierno de Eduardo Duhalde, están en el mismo nivel, todos son cómplices del plan económico y político de miseria que está aplicando el Fondo Monetario Internacional.
El gobierno ha declarado que ahora más que nunca hay que aplicar la ley de Defensa de la Democracia, que no es más que la aplicación de la política del gobierno norteamericano de militarización de las sociedades latinoamericanas para la represión de los movimientos populares.
A todo esto el FMI ha declarado que el gobierno argentino es "inoperante" y que los argentinos los han "decepcionado". Para ellos un gobierno eficiente es aquel que sirve como mero mecanismo de aplicación de sus políticas económicas y sirve a los intereses de las multinacionales yanquis y europeas. Los pueblos que no los decepcionan son aquellos que aceptan ser excluidos, aceptan la sumisión y renuncian a su dignidad.
Esta reorganización del plan de represión de los movimientos populares que el gobierno argentino denomina Ley de Defensa de la Democracia, se da en el marco de la aplicación del ALCA y de las políticas norteamericanas. Prueba de esto es el nuevo ataque al pueblo de Colombia y a su fuerza de resistencia. Se intenta, otra vez, fragmentar a los pueblos latinoamericanos entregando fondos al gobierno uruguayo, provocando la crisis de las economías de Brasil y Chile y el embate mediático y político contra el Pueblo Cubano.
Esta situación no es nueva. La colonización implementada hace 500 años en nuestro continente, continúa hoy en el avance del imperialismo, el intento de implementación del ALCA, la instalación de bases norteamericanas en diferentes zonas del continente, la usurpación de nuestros territorios, la represión de nuestras culturas y nuestros pueblos. Pero frente a esto la lucha de todos los Pueblos Originarios contra el imperialismo y sus aliados, continúa hoy en la resistencia de todo los Pueblos de Latinoamérica.
Desde nuestro lugar como miembros del Pueblo Originario Mapuche, desde la responsabilidad que nos toca asumir en defensa de nuestros territorios y por la liberación de todo los Pueblos, llamamos a nuestros hermanos de toda Latinoamérica a unirnos y organizar nuestra resistencia en un frente común para derrotar a nuestro enemigo común : el capitalismo yanqui y sus sistemas de dominación.
Tenemos la fuerza que nos da nuestra identidad, conocemos nuestra histórica lucha por nuestra liberación y tenemos la convicción de que el cambio no sólo es necesario, sino que es posible.