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Operación Masacre en Avellaneda

COMO ERA EL CENTRO DONDE REVISTABA MIJIN

"Era el lugar de las torturas"

Por Martín Granovsky


"Arana era sólo un centro de torturas", dijo a Página/12 Adriana Calvo de Laborde, de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos. "Y de los más tremendos."
–¿Cómo era?
–Un lugar muy pequeño con tres celdas chiquitas, de un metro por uno ochenta, y una más grande. A finales del ‘77 construyeron otras celdas. Sólo había detenidos para torturar. Lo normal eran pocos días. Cristina (Gioglio) es la única que estuvo más tiempo, y destabicada, con los ojos descubiertos. Los chicos de "La Noche de los lápices" fueron directo a Arana. En general los detenidos llegaban allí desde la Brigada de Investigaciones de La Plata. Arana era un lugar muy organizado.
–¿En qué era organizado?
–Para la tortura. Llegabas, te ponían en el pasillo, tabicado, los pies y las manos atados. Llamaban por orden de llegada. Esperabas religiosamente tu turno. Te daban máquina, picana, y te metían en alguna celda. Eso ocurría desde las siete de la noche hasta el amanecer, en que la patota se iba.
–¿Y después?
–Todo quedaba a cargo de la guardia, que era tremenda. Los guardias incluso torturaban ellos mismos mientras la patota no estaba. A uno de los secuestrados los guardias lo torturaron mientras hacían un asado. Tomaban vino y lo torturaron sólo para que repitiera: ‘Me la como doblada’. En Arana el trato era salvaje. Yo misma estuve siete días sin comer. Se hacían las cosas más espantosas: submarino colgado, golpear al prisionero, simulacros de fusilamiento. Y quemaban los cadáveres en el patio...
–El comisario Mario Mijín declaró que sólo hacía guardia.
–El que me venga a decir que se quedaba en la puerta que me explique en la puerta de qué.
–¿Por el tamaño del campo?
–Por el tamaño y por el estilo de funcionamiento. Si por algo se caracterizaba Arana era porque todos los guardias estaban compenetrados con la tortura. Yo estuve en cuatro campos y leí muchos testimonios.
–¿Y otros eran distintos?
–Sí. Otros guardias podían encajar un sopapo o sacar a un prisionero a las patadas, pero no tenían el mismo nivel de compromiso de Arana. Los propios policías que declararon en el Juicio de la Verdad de la Cámara de La Plata refieren que Arana era el lugar de torturas. No se podían hacer los idiotas.
–¿Tampoco tener otras funciones?
–Arana era como una casita de campo destinada a eso. Sólo a torturar. Todo tipo que estuvo en Arana agarró la picana. Todos tenían sangre en los hombros, en las piernas y en las manos. Voy a sugerir algo: que los jueces hagan una ronda de testigos con Mijín. Que llamen a los torturados. Que permitan reconocer la voz, el aspecto o la forma de expresarse. Esa es una tarea de los jueces. Y ya que estamos, para que no quede ninguna duda: Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, sus ministros, el radicalismo, el PJ, la Alianza, los señores legisladores y los señores jueces también son culpables del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Ellos votaron, aplicaron, firmaron, defendieron y se negaron a anular las infames leyes de Punto Final y Obediencia Debida y los indultos. Con ese mismo objetivo reforzaron las leyes represivas. Porque necesitan contar con expertos que eliminen a los que sobran y se organizan para no seguir sobrando. Necesitan el terrorismo de Estado. Yo me pregunto si ahora van a pasar a Mijín a retiro o lo van a premiar con un destino mejor que el que tenía.

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