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ARGENTINA
"Basta de hambre, entrega, desocupación y represión"
La mitad no pudo llegar, pero así todo sumaron 30 mil
Redacción Surmedia en Argentina
Ayer fue, como los demás desde comienzos de la semana, un día
destemplado y de persistente garúa en Buenos Aires. En los barrios de
las periferias suburbanas todo se convierte en charcos y barro. Las viviendas
humildes se saturan de humedad y de sus moradores las ropas y el calzado -de
por sí escasos- están empapados. Muchísimos fueron los
sumidos en resfríos y gripes que no pudieron salir y marchar hacia la
Plaza de Mayo, pero así todo se sumaron 30 mil manifestantes "contra
la represión, el hambre y la política económica; por castigo
a los autores intelectuales y materiales de los asesinatos de Darío y
Maximiliano".
Bajo lluvia, llovizna, mucho frío o algún poco de sol, hubo concentraciones
y actos en todo el país al cumplirse una semana de la masacre de Avellaneda
y el asesinato de los jóvenes Darío Santillán y Máximiliano
Kosteki. Las organizaciones sociales y políticas convocantes conformaron
un arco muy significativo. Hubo actos en Córdoba, Corrientes, La Rioja,
Mar del Plata, Mendoza, Misiones, Neuquén, Paraná, Rosario, Salta,
Santa Fe y Tierra del Fuego. En un acto en Puerta del Sol, Madrid, la comunidad
argentina fue acompañada por los sindicatos, los partidos de izquierda
y artistas populares españoles. Envió su adhesión el escritor
portugués José Saramago, y el abogado Slepoy anunció la
apertura de la Casa Argentina. En París hubo una declaración en
conferencia de prensa de intelectuales, políticos y defensores de los
derechos humanos.
En la capital argentina se realizó la principal de las multitudinarias
actividades. Surmedia ya anunció en días anteriores la
larga lista de organismos y organizaciones convocantes (ver "Miércoles
3: movilizaciones en toda Argentina"). El principal aporte de manifestantes
lo hicieron el sur y el oeste del Gran Buenos Aires, desde donde a pesar de
la persistente lluvia llegaron nutridas columnas, a pie o en ómnibus.
En la entrada a la capital por las autopistas del oeste la policía implementó
controles de esos vehículos, que generalmente se desenvuelven en transportes
informales suburbanos y no tienen habilitaciones para ingresar a Buenos Aires,
pero finalmente no les impidió el acceso. El argumento que se agitó
fue la búsqueda de "elementos que pudieran perturbar el desarrollo
pacífico de la protesta", dijeron algunos noticieros televisivos.
Por supuesto que no hubo ninguna situación de inseguridad, ya que las
policías -en el territorio provincial y en el porteño- se mantuvieron
muy alejadas.
Fueron la Coordinadora Aníbal Verón del Movimiento de Trabajadores
Desocupados, el Bloque Piquetero Nacional, la Corriente Clasista y Combativa
CCC, los movimientos Independiente de Jubilados y Pensionados y Barrios de Pie,
más la Central de los Trabajadores Argentinos -que agrupó a educadores,
otros trabajadores del Estado y una importante presencia de los trabajadores
de prensa de la Utpba -que integra la CTA-, los que concentrándose en
la populosa Avellaneda acompañados por los partidos políticos
que adhirieron, iniciaron la jornada de protesta poco después del mediodía
cruzando juntos el Riachuelo, a pie, por el Puente Pueyrredón, para ingresar
a la capital por el barrio de Barracas, a unas 40 cuadras de la Plaza de Mayo.
Allí, en Avellaneda, cuando reclamando comida para los comedores populares
e insumos para los hospitales el 26 de junio se quiso manifestar sobre el puente,
fue desatada la feroz represión que provocó la muerte de Santillán
y Kosteki, y decenas de heridos algunos todavía muy graves.
La inclemencia del tiempo demoró y modificó el movimiento de las
columnas, que previamente se había determinado: las referidas provenientes
del sur y del oeste, y la compuesta por delegaciones del conurbano norte y noroeste
que se concentrarían en Retiro, frente al lujoso hotel Sheraton Buenos
Aires. Todas luego debían reunirse frente al Parlamento Nacional, en
la Plaza de Los Dos Congresos, para por la Avenida de Mayo llegar hasta frente
a la Casa Rosada. De todas maneras, cubiertos la mayoría con paños
o bolsas de polietileno, y portando infinidad de pancartas, fueron llegando
a la Plaza de Mayo. Los cálculos periodísticos indicaron la presencia
de 30 mil manifestantes. Si se tiene en cuenta que el temporal amilanó
por lo menos a la mitad de quienes aún a pesar de sus resfríos
y gripes habían expresado su voluntad de participar, según manifestaron
a Surmedia militantes de organizaciones de base, la cifra es muy significativa.
En el cierre del acto porteño no hubo discursos, solamente se dio lectura
a las consignas de la convocatoria. Los partidos políticos y sus referentes,
entre ellos Luis Zamora, Elisa Carrió, Vilma Ripoll, Patricio Echegaray,
Carlos Altamira, Patricia Walsh, Alicia Castro y el sacerdote Luis Farinello,
formaron una columna en la que se ordenaron mediante un sorteo previo. Iniciada
la desconcentración, pasadas las 19, se reunieron nuevamente delegados
de todas las organizaciones para hacer un balance y lanzar la convocatoria para
el martes 9, en Argentina Día de la Independencia, y que llevará
como consigna "Por la segunda y definitiva Independencia".