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Zamora contó cómo la Bonaerense se ensañó contra los piqueteros
El diputado Luis Zamora declaró en la causa que investiga la masacre del 26 de junio. Recordó que el subcomisario Vega culpó de las muertes a los piqueteros. La Correpi se quejó porque la Bonaerense no busca a los prófugos.
El diputado de Autodeterminación y Libertad, Luis Zamora, identificó al oficial De la Fuente.
Por Adriana Meyer
"Usted sabe que se mataron entre ellos", le dijo el subcomisario Vega de la Policía Bonaerense a Luis Zamora en la guardia del Hospital Fiorito. Hacía apenas unas horas que Maximiliano Kosteki y Darío Santillán habían sido asesinados. Zamora declaró ayer como testigo en la fiscalía que investiga la masacre de Avellaneda y reconstruyó sus vivencias del 26 de junio. Por otra parte, los abogados de la Correpi se quejaron por la falta de celeridad con que la Bonaerense está trabajando en el caso, especialmente en cuanto a la búsqueda de los prófugos (ver aparte).
El relato remite a las secuencias fotográficas ya conocidas. Pero la acumulación de testimonios sirve a la investigación judicial. El legislador de Autodeterminación y Libertad relató ante los fiscales Juan José González y Adolfo Naldini que cruzaron el Puente Pueyrredón a las 13.30 y cuando llegaron a la Comisaría 1ª les informaron que había 188 personas demoradas y que otras se encontraban en la 2a. "Tenía presentes las palabras de Ruckauf cuando dijo que ‘las fuerzas de seguridad entienden perfectamente cuando se les dice que hagan lo que tienen que hacer’. Saben que pueden pegar y hasta matar", declaró Zamora. El diputado contó que pidió ver a los detenidos, y que al rato salieron tres camionetas hacia el Fiorito. Junto a otros diputados fueron hacia allí. "Vimos una verdadera cacería humana", describió el testigo. Y agregó que cerca de la guardia vio a policías de civil, uno de ellos con un palo similar al que usan los piqueteros.
Fue en el Fiorito donde se vivió una escena que Zamora comparó con un "secuestro típico de la ESMA", cuando varios policías se llevaron arrastrando a un joven. El legislador reconoció que uno de los que actuaron en ese momento es el mismo que aparece en la foto publicada ayer por Página/12. Es el oficial Mario de la Fuente, jefe de calle de la Comisaría 1ª de Avellaneda, quien había sido identificado por este diario en fotos y filmaciones junto al sargento Carlos Leiva. Ambos están prófugos (ver aparte). Zamora recordó que "se querían llevar al pibe en una camioneta y cuando intenté frenarlos, De la Fuente empezó a gritarle al que manejaba ‘¡arrancá, arrancá!’". Según declaró, "ese oficial tenía autoridad, dirigía al grupo y también era el que mandaba en el Fiorito". Mientras estaba en la guardia, Zamora se dirigió a un policía que tenía una herida en la sien para pedirle que retiraran a todos los uniformados que había en el hospital. "Ya tuvieron dos muertos, ¿qué más quieren?", lo increpó el legislador. Y el policía, que resultó ser un subcomisario de apellido Vega, le respondió: "Señor diputado, tenemos experiencia. Usted sabe perfectamente que se mataron entre ellos".
Cuando se enteraron del allanamiento al local de Izquierda Unida fueron hacia allá. "Salían gases lacrimógenos, el ambiente era irrespirable, cuando salí estaba sofocado pero pude ver que había unas 20 personas en el patio de una casa lindera, tiradas en el piso. Había heridos con bala de goma, un charco de sangre y hasta masa encefálica", relató Zamora. Los diputados José Roselli y Vilma Ripoll sacaron a Mariano Benítez, de la Correpi, que había recibido nueve balas de goma en la cabeza, y lo llevaron al Fiorito. Zamora reconoció que el oficial que estaba al lado del que pateó la puerta del local podría ser un policía de apellido Paggi. El abogado Daniel Stragá, que acompañó a Zamora, cree que podría ser quien disparó a Benítez. Zamora le pidió en ese momento al fiscal González que detuviera al policía pero el funcionario se negó aduciendo que no tenía ninguna imputación en su contra.