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CONGRESO ANFICTIÓNICO BOLIVARIANO JUNTA
POPULAR BUENOS AIRES
EL 24 DE MARZO DE 1976 Y LA UNIDAD LATINOAMERICANA
Hablar del 24 hoy tiene un significado diferente. Este es un 24
de gente en la calle, de rutas cortadas, de piquetes de huelga, de cacerolas
y pancartas, de asambleas en los barrios, de escraches, de universidades combativas,
de grandes desafíos para los nuevos y los viejos luchadores. Y es que
en esto se nos va la patria y también la esperanza. El estado ha cesado,
la sociedad se disgrega y no hay más estrella en el cielo que nosotros
mismos. No estamos hoy para los grandes discursos, para los homenajes, ni siquiera
para el recuerdo. Hoy es tiempo de tomar conciencia y aceptar el riesgo de cambiar
la vida.
Los 30. 000 compañeros desaparecidos en la última dictadura militar,
son solo una parte de la historia epopéyica de nuestro continente. Una
gota más de sangre victoriosa en el río insondable de los héroes.
Un río que nos viene del principio, un río de Hatueyes, de Lautaros,
de Amarus y Caupolicanes; un río henchido de azules libertadores; un
río de Sandinos, de Martíes y de Guevaras, de miles y miles de
hombres y mujeres, tan simples como nosotros, que murieron y morirán
por esta tierra.
Hablar del 24 hoy no es recordar sino tener memoria.
Es saber que los que murieron, murieron resistiendo al enemigo; murieron con
un sueño posible entre las manos, un sueño para nosotros y para
nuestros hijos. Por eso decimos en medio de estos vientos de tormenta que el
único homenaje posible es el compromiso combatiente de los que queremos
una sociedad realmente justa, una sociedad realmente democrática, una
sociedad realmente libre, realmente soberana, realmente fraterna y solidaria.
Es por la felicidad que luchamos y no por un mendrugo más de pan.
Los que hoy hablan de golpe cívico militar son los mismos que arrasaron
con todo, los que saquearon las riquezas y se las dieron a las grandes corporaciones
supranacionales, los que quebraron los estados nacionales de la Patria Grande
y pretenden esclavizarnos de por vida a nosotros y las generaciones que vendrán.
Ellos nos vendieron por 30 monedas. Ellos les han vendido sus almas al diablo.
Son los agentes del plan norteamericano de recolonización de nuestro
continente. Los que votan en contra de Cuba Libre por una baja de intereses,
los que tergiversan el proceso venezolano, los que mezclan con su droga nauseabunda,
la justa causa de los patriotas colombianos.
Ellos y sus amos son los únicos terroristas. Los que quebraron la continuidad
democrática de nuestros pueblos, los que asesinaron a los líderes
del pueblo y sostuvieron a los tiranos, los que intervinieron militarmente,
los que inventaron las guerras del banano, del guano, del petróleo, los
que allanaron las universidades, torturaron a los indefensos y vendieron sus
niños, los que hoy instalan bases contrainsurgentes en nuestros territorios.
Ellos son los que hablan del golpe. Ellos son los que una vez más quieren
instalar el miedo. Estan realmente dementes si piensan que este pueblo que ya
está en la calle, que ya levanta barricadas, que ya cae ante las balas
de la represión, que ya se une más allá de sus diferenciasŠestan
dementes si piensan aunque solo sea por un instante, en un golpe militar triunfante.
Que nadie se confunda en este continente, son las mismas balas las que nos matan,
son los mismos soldados los que las disparan, es el mismo hambre el hambre que
tenemos, es el mismo nudo el que nos cierra la garganta. Hoy igual que siempre,
es contra los imperios contra quien luchamos.
Todas las luchas son la misma lucha y si no ganamos todos no gana nadie.
¡Gloria a los caídos por el pueblo!
¡Viva la unidad de la Gran Patria Americana!
¡30000 compañeros desaparecidos, presente!
¡Patria o muerte, venceremos!