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24 de marzo antiimperialista: memoria que florece
Adital - Claudia Korol -
El 24 de marzo se cumplen 27 años del golpe de estado que estableció
una dictadura militar en Argentina, alentada y apoyada por el gobierno de Estados
Unidos. 30.000 detenidos desaparecidos. Miles de hombres y mujeres presos, torturados,
exiliados, censurados. A pesar del genocidio, la memoria de las luchas antiimperialistas
florece hoy en miles de hombres y mujeres decididas a continuar la historia.
En el día de hoy, lunes 24, el Encuentro de Verdad, Memoria y Justicia,
que agrupa a una gran cantidad de organismos de derechos humanos, partidos de
izquierda, y movimientos populares, hará una marcha desde Plaza Congreso
a Plaza de Mayo, donde se leerá un documento común contra la impunidad
y contra la guerra.
El
día domingo 23, la Asociación Madres de Plaza de Mayo, rodeada
de una importante cantidad de organizaciones piqueteras, de trabajadores y trabajadoras
de empresas recuperadas, asambleas barriales, partidos de izquierda, agrupaciones
estudiantiles, junto a docentes y estudiantes de la Universidad Popular Madres
de Plaza de Mayo, realizó una jornada en la Plaza de Mayo, con una radio
abierta, desde las 15 hs. a las 18 hs. y un importante acto de cierre en el
que hablaron Roberto Martino, del Movimiento Teresa Rodríguez, Homero
Maturano, del MTC de Luján, Orlando Agüero, del MTD Aníbal
Verón, Estela, del MTD de la Matanza, Celia Martínez, de la empresa
bajo control obrero Brukman, Raúl Godoy, de Cerámicas Zanon, y
Hebe de Bonafini, de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. La presidenta
de las Madres, con una bandera de Irak en las Manos, habló a los 30.000,
a sus hijos, diciéndoles: "ustedes nos enseñaron a ser internacionalistas.
Y hoy, aquí, hacemos flamear esta bandera para decirles a los compañeros
que estamos con ustedes, luchamos con ustedes. Sabemos de la valentía
de ese pueblo y la resistencia de ese pueblo. ¡Queridos hermanos iraquíes,
los amamos, y desde aquí, a esas madres, a esas mujeres, les entregamos
nuestro corazón!".
La dictadura intentó desaparecer un proyecto histórico de transformación.
Los militantes de las diferentes organizaciones revolucionarias y movimientos
populares caídos por la acción del terrorismo de Estado, representaban
un desafío al poder del capitalismo.
Los gobiernos instaurados desde el año 83, fueron profundizando las políticas
abiertas por la dictadura, e intentaron de mil maneras echar un manto de olvido
que posibilitara las políticas de impunidad.
Ellos no pudieron desaparecer a los compañeros y compañeras, fundamentalmente
por una razón. Un puñado de madres tomaron los pañales
de sus hijos como emblema de resistencia y de batalla por la vida. Se cubrieron
sus cabezas con los pañales pañuelos, e iniciaron una de las gestas
más conmovedoras que guarda la memoria del continente. Durante todos
estos años caminaron incansablemente la Plaza, y todos los rincones del
país y del mundo, buscando primero a sus hijos e hijas, y cuando los
encontraron, denunciando a los genocidas. El cabello se les volvió blanco
bajo los pañuelos pañales que siguen marchando resistentemente
por la Plaza.
Las Madres andan con su pañuelo solidario en todas las batallas. Enamoradas
de cada pueblo que intenta liberarse. Las hemos visto emocionarse en los campos
de los sin tierra de Brasil, en la Selva Lacandona con los zapatistas, junto
a las mujeres y niños de Irak, en la Plaza de la Revolución en
La Habana y en tantos otros rincones donde, como nos decía el Che, se
alza una nueva bandera de libertad.
Las hemos visto reinventar la alegría desde el dolor, renacer a sus hijos
e hijas una y mil veces. Sabemos que las Madres encontraron a sus hijos e hijas,
porque ellas trajeron el fuego hasta este tiempo en que nacen nuevas rebeldías,
y miles de hombres y mujeres nos comprometemos a continuar los sueños,
las luchas, las pasiones de nuestros 30.000 compañeros y compañeras
caídas.
* Claudia Korol es secretaria de redacción de la revista América
Libre